Redován 4 -2 Petrerense
El Petrerense, ese equipo capaz de lo mejor y lo peor, enseñó este pasado fin de semana su peor cara y cayó con estrépito en Redován, un equipo que todavía no había ganado en lo que llevamos de campeonato y que transitaba en el furgón de cola del campeonato.
Si asumimos que la calidad y técnica de los jugadores rojiblancos es superior a la del Redován (que lo es), lo que vimos en la primera media hora de partido fue un clamoroso ejercicio de indolencia por parte del equipo visitante, que ya caía 3-1 en el minuto 25 de la primera parte. La escuadra local, sólo con intensidad y concentración, borró del mapa a los hombres de Campello, que estuvieron muy espesos y fueron superados en todas las líneas.
Ya en el minuto 5, el rechace de un córner permitió fusilar al jugador rival a Nito y subir el primer tanto al marcador. Pocos minutos después empataba Coti, en jugada personal, con un tiro cruzado al borde del área que agujereó la escuadra, pero fue un espejismo, un destello de calidad en un partido jugado a un ritmo vergonzoso. Así, dos minutos después, la defensa se comía un balón largo a la contra, y tras tres rechaces, el Redován volvía a perforar la meta petrerense. En el minuto 25, y nuevamente tras varios rechaces en el saque de una falta, siempre ganados por el conjunto rival, el Redován encontraba el premio del tercer gol.
“Las bajas se han notado en exceso”, argumenta Campello, quien no pudo contar con Uri, Corbí, Paterna o Cabrero, entre otros, “pero no quiero poner excusas, porque se juega como se entrena, y esta semana ano he visto intensidad ni concentración en ningún entrenamiento”. La segunda parte sobraba, y más todavía cuando el árbitro señaló un penalti injusto poco después de empezar que el equipo de la Vega Baja materializó en el cuarto tanto. En los últimos veinte minutos finales, por si llovía poco, el Petrerense se quedaba con nueve, por expulsiones de Raúl Gómez (doble amarilla, muy rigurosas ambas) y Álex Gras (roja directa por insultar al árbitro). También llegó el gol de Claudio, que aunque arrastra unas molestias y tendrá que perderse algún futuro partido, sigue siendo la referencia ofensiva.
Este sábado, a las cinco de la tarde en el Barxell, los hombres de Campello buscarán la redención ante el Athletic Orihuela, que viene de vencer al líder y con la moral por las nubes. El míster tratará de recuperar sicológicamente a un equipo que necesita como el comer encadenar un par de victorias que le den consistencia. “Somos un equipo muy anímico, de rachas. Necesitamos confianza y encontrar una línea regular de trabajo”, sentencia Campello.