Aire Puro, tranquilidad, sosiego, amigos, viñedos, vino, coñac, risas, cerca del cielo…. ¡Qué nostalgia de aquellas de montañas, vendimias, época de siembra! …. Que valor tiene el paraje que evoco, una auténtica maravilla difícil de explicar con palabras, que si aún hoy existe es gracias a la dedicación de sus osados habitantes, quienes debieran sentirse orgullosos. A los petrerenses, eldenses y alicantinos que no piensen igual, que lo vuelvan a pensar, pues lo echarán de menos cuando se vayan fuera… Mirando a la ventana, a veces hablo a mis compañeros de nuestro valle, y les digo que deberían conocerlo antes de morir, pues vale la pena descubrir donde Dios sacó la idea para dar belleza a la Tierra.
Imaginaos hoy aquí en Sao Paulo: tráfico, trabajo, estrés, gente e inseguridad, y no tienes de ninguna manera salir de estas realidades. Vivir en una gran ciudad nos obliga a vivir con algunos factores de irritación constante y llega un momento en que quieres irte fuera lo más lejos que puedas. La verdad es que cuando llegué aquí esto me parecía una locura que no tenía ni inicio ni final: miles y miles de personas de diversas clases étnicas, toda una Babel del siglo 21.
Pero después de unos días observé también que San Pablo es rica, intelectual, democrática, viva, deportiva, cultural, sentimental, romántica, moderna, seria, extrovertida, profesional y, por supuesto, insegura, como también como todas las grandes ciudades del mundo. No hay absolutamente ningún adjetivo que consiga descifrar con precisión todo lo que representa una de las mega-ciudades del mundo. Lo que es increíble es que sales 30 km. del centro y ya tienes Selva y la mata Atlantica, y km. y km. de florestas… Verde, verde que te quiero verde, pájaros de todas las especies y tamaños…; en fin, el Dorado como dirían nuestro antepasados colonizadores.
«Sampa», como la llamamos aquí, está minuciosamente diseñada por una multitud de nacionalidades, culturas, creencias, formaciones e ideas, y esta gran metrópoli es pionera en su cosmopolitismo, por vocación y adopción. Es italiana, alemana, judía, portuguesa, japonesa, china, francesa, africana, árabe, española, latina, brasileña, paulistana. Estas y otras tantas facetas están presentes en la arquitectura de los edificios, en las calles, en el paladar refinado de sus sugerencias gastronómicas (imaginaos la diversidad étnica), y en los trajes y gestos de una gente que no para, día tras día.
Estar en San Pablo es experimentar la vivencia de insertarse en una metrópoli 24 horas, con un estilo de vida que conjuga trabajo y ocio como si fueran dos caras de la misma moneda. Capital de un estado del tamaño del Reino Unido, con una población próxima a la de España y que genera casi la mitad de la economía brasileña, San Pablo es hoy el espíritu de Brasil, pues aunque Río de Janeiro sea una ciudad maravillosa, hoy está tomada por inseguridad y actualmente es muy peligrosa.
Espero más adelante poder seguir relatando mis andanzas en este monumental país, un saludo a todos mis compatriotas desde Brasil com aquel ritmo de samba no pé*… (*trad: samba en el pie).
Antonio Maestre, hijo de Aurelio «el de Pichilín» y Paquita «la del metge»
Esto de «cartas abiertas» hace tiempo que no se ve, pero está bien esta iniciativa, pero sería mejor conocer al autor: qué hace, cuánto tiempo lleva, etc.
Espero que todo esté claro en su siguiente crónica. Y que cuente cómo ha pegado por allí la gripe porcina…
Esperamos impacientes el relato de tus andanzas.
Cuentanos algo.
Encantada de saber de ti.
Qué bueno saber de ti después de tanto tiempo. Muy interesante lo que escribes. Treballe al ayuntament del teu poble. Un beso.