Tras varios días intentado fotografiarlo en el hide de Helios, ayer sobre las 5 de la tarde lo vi posarse en uno de los pinos cercanos a la charca. Nada más ver su aleteo tuve claro de que se trataba del gavilán, siendo la primera vez que yo tenía la oportunidad de contemplarlo. Este se quedó enramado en el pino durante unos segundos y, una vez había contemplado la situación de la charca, no dudó en bajar hasta ella, donde empezó a beber. Al instante de llegar el gavilán apareció una ardilla que poco a poco avanzaba en dirección a la charca; el gavilán con una pose imponente empezó a mover las alas y rápidamente la ardilla volvió a subir al pino para poder resguardarse de la rapaz, que siguió bebiendo agua tranquilamente. Tras un intenso minuto refrescándose volvió a batir sus alas y posteriormente se perdía entre el bosque.

Como fotógrafo ha sido la mejor experiencia que he podido vivir hasta el momento: nada más verlo, se me subieron las pulsaciones a las nubes, la cámara me temblaba entre las manos y al salir del hide la satisfacción era completa.

Para acabar me gustaría resaltar el gran trabajo que se esta haciendo en el valle por parte de varias personas, para que fotos como estas se puedan hacer realidad.