En noviembre de 2014, ya poníamos sobre alerta del tommicus, un insecto perforador conocido por los estragos que causa en las zonas forestales, y en diciembre ya se confirmó un brote en L’ Almadrava. Las medidas adoptadas entonces por las autoridades competentes parecían haber abortado la penetración del insecto en las pinadas de la localidad, pero hemos podido confirmar un nuevo brote en el valle de L’Avaiol.
El núcleo de la infección se halla al lado del camino, al inicio de la subida al valle y no son muchos los pinos afectados, en torno al centenar. Al tratarse de una zona de pinadas casi continuas, no obstante, la probabilidad de que se extienda es notable. «Da miedo en que no pudiéramos parar la plaga», cuentan desde la asociación de Amigos del Valle del Vinalopó, que tienen la sede en el mismo paraje natural. «Hemos cortado los troncos, por donde están las galerías, para buscar al insecto. Dentro, pero, ya no hay nada, ninguna larva. Es decir, ya se han ido, ¿pero a dónde?»
El hecho se ha comunicado al servicio forestal, y desde el colectivo, siguiendo el protocolo, están a la espera de la visita a la zona de un técnico en plagas forestales, encargado de dar un primer diagnóstico del tipo de insecto y determinar mejor así el tratamiento. También se ha puesto en conocimiento de responsables del albergue de la L´Avaiol de la Diputación de Alicante, por la proximidad (10 metros) de la finca del ente provincial con el foco del insecto, que posiblemente sea el tomicus piniperda.
La sequía extrema del año pasado permitió la irrupción de diferentes zonas de la Comunidad Valenciana de plagas de diversos coleópteros y las administraciones llevan luchando contra estos insectos perforadores desde entonces. El peligro de los mismos lo atestigua el relato de veteranos escaladores del Centro Excursionista de Petrer, que a finales del año pasado y en un rápido proceso vieron perecer el pinar de la pared negra de Orihuela, el paisaje que llevaban contemplando en treinta años de escalada.
El tratamiento, en un principio, no es otro que la corta y destrucción de todos los pies afectados, exactamente lo que han hecho desde la asociación medioambiental local. La ley les obliga a ello, «algo asumible a pequeña escala, pero imposible de abordar en el caso de que se diera una plaga. Con el calor que está haciendo, además, da miedo entrar con las motosierras en el monte». Perfectamente informados de la situación, la nueva concejala de Medio Ambiente, Silvia Rodríguez de Compromís, ya tiene la primera situación apremiante que resolver.
Vaya tela…. Hay que actuar de forma contundente si no queremos que se pierda esta zona tan llena de vida.