Javier Pedrosa como «capitán del equipo», Javier Espinosa y Aarón Tovar (este último también como «ingeniero de vuelo») como «operadores de antena», Silvia Azorín y Miguel Cuenca como «mecánicos» e Irene Laserna como «científica del proyecto». Son los seis estudiantes de 1º de Bachiller Industrial del IES La Canal que, junto a su profesor José Miguel Coves, participan en Portugal desde hoy mismo, y hasta el domingo, en el Concurso CanSat Europa 2015.

El CanSat es una iniciativa educativa patrocinado por la Agencia Espacial Europea (ESA), donde alumnos de instituto -de la rama científica- de toda Europa tienen la posibilidad de experimentar «una misión espacial real». La base es realizar un satélite de baja altura (con toda clase de sensores y medidores) que será lanzado en cohete. El proyecto, en última instancia, pretende estimular nuevas generaciones de técnicos y profesionales que aseguren un futuro a la cosmonáutica europea.

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En este 2015, participan 16 institutos de todo el  viejo continente; a seis los ha preseleccionado la propia ESA -de entre unos 40 centros- y el resto -diez- son los ganadores de concursos nacionales en la materia. España es el único país que tendrá dos representantes, el colegio Retamar (Madrid) y el IES La Canal de la localidad. «Ha sido un intenso y muy laborioso trabajo. Llevamos desde noviembre», explica Coves, que ya estuvo hace unos meses un fin de semana en Holanda en una actividad dirigida a los profesores del proyecto. Los seis alumnos -todos menos uno en la clase- han trabajado en horas lectivas, pero sobre todo en su tiempo libre. Estos días, en un aeródromo portugués, tienen su premio, con una experiencia repleta de momentos únicos (incluyendo, incluso, un viaje en una avioneta que, tras sortearlo entre ellos, ha recaído en Aarón Tovar).

«En principio, los requisitos del concurso son los siguientes: meter toda la electrónica y sensores que podamos en una lata de refresco de medidas estándar (de 66 mm de diámetro y 115 mm de alto), con un peso máximo de 350 gramos. La idea es introducir un microcontrolador, como si fuese un pequeño ordenador, al que se añaden muchos sensores (de temperatura, de presión, brújulas digitales, acelerómetros, detectores de gps, cámara, etc.) y se lanza con un cohete a un kilómetro de altura. Después desciende en paracaídas y durante la caída manda datos a una estación base; estos datos los van procesando los alumnos y sacando conclusiones», explica Coves. «La competición se divide en dos misiones. La principal es común para todos los equipos, medir presión y temperatura durante cada segundo de caída y la secundaria es a propuesta de cada participante».

La propuesta del IES La Canal, llamada «Azorsat», es muy ambiciosa. Sin experiencia previa en un concurso de estas características, «quizá pecamos de primerizos. Nosotros hemos querido diseñar desde cero un satélite con una impresora 3D, que sea capaz durante la caída de dirigirse a un punto determinado», relata Coves del ingenio creado. «Así que hemos diseñado un paracaídas dirigible, basado en un modelo militar, que en principio irá al punto determinado que queramos. La propuesta a la SAE fue conseguir, durante los primeros instantes de la caída, tras estabilizarse el satélite, realizar una foto aérea, y a partir de ahí determinar en tiempo real cuál sería el mejor lugar de aterrizaje. Nosotros partimos del punto de lanzamiento, con sus coordenadas gps, y la idea es a partir de la foto determinar dónde estamos y si ha habido algún cambio apreciable en el terreno, para poder dirigirlo a unas nuevas coordenadas gps. Esto creo que va a ser imposible», ríe, «pero lo intentaremos, y por lo menos que se aproxime al punto de lanzamiento». Pero hay más: «Cuando caiga el satélite y ya esté en tierra, como tiene sistema de pilotaje, queremos desplazarlo por el suelo, y seguir midiendo presión, temperatura, etc».

Son, por lo tanto, cantidad de habilidades y conocimientos los requeridos: aspectos de diseño técnico a nivel estructural, diseños de  aeroestática, trabajos de electrónica y programación, y de análisis de datos. «Nos han ayudado otros profesores también, como el de matemáticas a la hora de hacer cálculos», cuenta Aarón. Todos los alumnos han trabajado en todas las áreas, aunque cada uno, como en un proyecto real, se ha especializado en ámbitos determinados. «A mí me gustaría estudiar alguna ingeniería, especialmente telecomunicaciones o robótica, y esta experiencia me ha ayudado a conocer de manera práctica muchos aspectos de la profesión», aporta Miguel. «Yo saco la experiencia de trabajar en grupo, y sí me ha servido para verme en esto, yo sí me veo el día de mañana dedicándome a la electrónica», cuenta Silvia. «Además, es algo nuevo, en clase nunca tenemos la oportunidad de hacer estas cosas, es todo teoría, teoría», concluye Irene, «y también conoceremos gente de otros países y practicaremos el inglés». La presentación y defensa de su proyecto, de hecho, tendrán que hacerla en inglés, por si faltaban retos a esta aventura.

«Azorsat» está a punto de echar a volar. Este año habrá un total de 18 oportunidades de lanzamiento, especifican desde la ESA. El IES La Canal participará en la categoría  «principiante»; su desempeño lo conoceremos la semana que viene de boca de sus propios protagonistas.