La ley electoral dice que desde la convocatoria de las elecciones, los gobiernos no pueden usar las instituciones que gobiernan con inauguraciones, visitas o publireportajes de las obras realizadas. Sin embargo, el PP se salta la norma, sea Adela Pedrosa en Elda o Pascual Díaz en Petrer. Es un claro síntoma de su prepotencia, a la vez que un signo de su nerviosismo.

Pero pasemos a ver lo que hace el PP con el dinero en los jardines. Poco han hecho durante esta legislatura y resulta que a unas semanas de las elecciones locales se dedican a decorar con plantaciones florales pequeños jardines. Buscan lo superficial, lo llamativo. Quieren hacernos ver que la realidad de Petrer es alegre y colorista. Pero estas flores no pueden tapar su inoperancia y su dejadez.

Como ahora no tienen millones de euros de programas de inversión estatal o autonómica, no pueden lucirse con grandes obras. Aunque en esto también metieron la pata a fondo, talando árboles y haciendo plazas duras. La plaza de San Crispín es un buen ejemplo; con un presupuesto exorbitante levantaron toda la plaza y crearon un problema tremendo ya que  en cualquier momento y por un descuido, los niños pueden salir sin ningún obstáculo a las calles que la rodean pudiéndose ocasionar alguna desgracia. Y todo ello en un parque que ya estaba con todas las medidas de seguridad realizadas y que según dicen los vecinos albañiles que estaban en paro, que si a ellos les hubieran dejado, con muy poco dinero hubieran  reconvertido el parque a gusto de los vecinos,  aunque no fuera tan espectacular y el dinero que hubiera sobrado se podría haber aplicado para darles trabajo en algo útil para el pueblo, como puede ser el mantenimiento de espacios verdes en la ciudad.

En la entrada de la autovía, desde Alicante por Salinetes, han hecho una estructura escalonada de paredes-ribazo  de piedra con un cartel-cuadro de Petrer, que no  está mal, pero para hacerlo han roto la composición diseñada por los anteriores jardineros mucho más natural, en forma de ladera. Ahora ha quedado en una parte una estructura grande de piedras y en la otra una pequeña ladera, donde han puesto unas líneas de flores, quedando el jardín algo raro y asimétrico. Pero eso sí han vuelto a gastar dinero en algo que ya estaba hecho y funcionaba, para parecer que hacen algo y deslumbrarnos. En los momentos que estamos bien podrían haber puesto el nombre de Petrer sin toda esa parafernalia.

Que bueno sería administrar mejor los fondos comunes para una mayor eficacia en el gasto y en su aplicación en este Petrer donde las necesidades sociales y ambientales precisan una atención urgente y sincera.

Por Tomás Pérez Medina – Compromís per Petrer