Hace un par de días salió en la prensa los papeles originales del asesinato de Federico García Lorca, en los que, desgraciadamente, hemos podido observar cómo fue asesinado, según la policía del régimen franquista por ser masón y además fue tachado de prácticas de “homosexualismo”. Por lo cual, fue arrestado como si de un gran y peligroso delincuente se tratara. El documento hace constar que el lugar fue rodeado “con gran aparato por milicias y guardias de asalto”. Fue asesinado por pensar LIBREMENTE Y DEFENDER SUS DERECHOS.
Vemos como en el siglo XXI, aún existe asesinatos o arrestos como por ejemplo tirar desde torres de campanarios a homosexuales con el pensamiento, “perro muerto, se acabó la rabia”.
Pero este año también tiene motivos para la satisfacción. Se conmemoran diez años de felicidad desde la aprobación por el Congreso de los Diputados, a propuesta del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, de la Ley de Matrimonio entre personas del mismo sexo. Una aprobación que tuvo lugar el 3 de julio de 2005.
A pesar del apoyo del 66% de los españoles al matrimonio igualitario, la tramitación de esta ley se vio acompañada de movilizaciones en contra, pero también a favor de la medida, que congregaron a miles de personas de toda España. Diez años después el camino andado ha mostrado que vale la pena y se hace impensable que este derecho pudiera volver a desaparecer.
La iglesia católica y otras asociaciones se opusieron a esta ley. El Partido Popular presentó un recurso contra dicha ley en el Tribunal Constitucional y Mariano Rajoy acusó a Zapatero de dividir a la sociedad y romper la familia. Pero al final, a pesar de todo este ruido mediático, el amor entre personas que deciden quererse libremente acabó venciendo.
Fue un avance sin precedentes en España, pero hoy en día queda mucho por luchar y defender los valores de los derechos humanos.
Víctor Bravo
Juventudes Socialistas de Petrer