Había que tirar de épica, de la buena, para poder remontar el 1-4 adverso de la ida, pero el Alcoyano no se amilanó y, haciendo bueno el dicho sobre su moral, se plantó ayer acompañado de mil seguidores -uno de los desplazamientos más numerosos de aficionados en la historia del club- en el Bernabeu dispuesto a dar la campanada. No hubo tal y el Madrid ganó 3-0 para certificar su pase a octavos de final de la Copa del Rey, pero el equipo alicantino dejó una buena imagen, como en la ida, e incluso dominó territorialmente el juego durante muchos minutos.

El petrerense David Torres salió como delantero centro titular del equipo, al igual que en el partido de ida, pero no tuvo muchas ocasiones de demostrar su talento ofensivo. No tuvo opciones de gol, aunque peleó mucho y ayudó en la presión. En el primer minuto de juego, trató de arrebatarle el balón a Albiol con una entrada por detrás y el internacional español se retiró lesionado. Torres fue finalmente sustituido a poco más de quince minutos para el final.