Poesía rescatada del siglo XX, música de guitarra y un amplio abanico de sentimientos humanos se pusieron anoche sobre el escenario del Teatro Cervantes de Petrer de la mano de dos grandes: Alberto San Juan, actor español ganador de un Goya, y Fernando Egozcue, guitarrista argentino. Los protagonistas de este recital poético musical bautizado «Todo dice que si…» comenzaron el espectáculo empujados delicadamente por las palabras de la poetisa Sacra Leal, que preparó con su prosa el ambiente para una velada que venía cargada de emoción, pero también de sonrisas, e incluso, de alguna que otra carcajada.
Y es que el tándem San Juan-Egozcue demostró que un recital de poesía no tiene por qué ser un acto solemne y cerrado. El actor recitó magistralmente poemas de amor, desamor, vida, muerte…pero también eróticos y de humor inteligente, acompañado por la guitarra del compositor argentino, y recogiendo y lanzando de nuevo al aire las palabras que nos regalaron en su día autores como Pedro Salinas, Juan Ramón Jiménez, Luis Cernuda, Gabriel Celaya, Jaime Gil de Biedma, José Agustin Goytisolo, Josep Maria Fonollosa y Ángel Gonzalez.
Tampoco faltaron las anécdotas, como el atuendo de Alberto San Juan, que recitó descalzo, con unos pantalones vaqueros de su compañero y una camiseta de tirantes, demostrando que la poesía no necesita de corbatas y trajes. El propio actor, haciendo gala de su desparpajo, explicó en un paréntesis entre verso y verso que había decidido prescindir del traje por el calor- «Me lo he dejado en Madrid, aunque cuando he llegado me he arrepentido de no haberlo traído», indicó con su pícara sonrisa-. Pensaba entonces saltar al escenario con un pantalón de lino, pero al final acabó utilizándolo para secarse el cuerpo tras salir de la ducha y comprobar que no tenía toalla. «Así que le he pedido un pantalón a Fernando, aunque como podréis comprobar, no tenemos la misma talla, por eso lo llevo desabrochado», explicaba al público, ya perdido entre las risas, mientras señalaba la extraña forma que se intuía bajo la camiseta. Y con este vestuario, no cabía mejor complemento que unos pies desnudos. «Es la primera vez que actúo descalzo. Así que aquí tenéis una primicia».
Tras el recital, nos encontramos cara a cara con el dúo, que nos recibió amablemente en el camerino, eso sí, después de atender a unos admiradores. En esta entrevista tampoco faltaron las sonrisas.
Disfruté mucho. Reí y me emocioné. Todo un acierto este recital dentro del festival de guitarra. Y por lo que veo en la entrevista, dos artistas cercanos y simpáticos. Así da gusto