El reputado investigador local Bonifacio Navarro Poveda publicó en la revista Festa 2010 un artículo que, titulado “Una mirada al Petrer de los años 60”, recogía diversos extractos de un estudio más amplio que lleva realizando durante un tiempo. Retomando ahora la temática, desde la publicación vamos a publicar varios piezas de su puño y letra que se mantienen inéditos sobre la época.
«Lo ocurrido era difícil de creer. La subasta que se realizaba en el Ayuntamiento para adjudicar la recogida del esparto que crecía en los montes de Petrer quedó desierta. Nadie presentó como en años anteriores un sobre cerrado para adjudicarse la concesión. El gobierno del Estado había importado por primera vez 18.000 toneladas de yute y fibra de coco que servirían de materia prima para elaborar capazos, cuerdas y otros enseres. El Plan de Estabilización Económica aprobado el año anterior abrió nuestro mercado nacional a la importación y al comercio con el exterior que traería consigo la quiebra de numerosos sectores de la agricultura tradicional que se mantenía desde siglos atrás, obsoleta y poco competitiva. Como un augurio, esta subasta nos revela la clave de lo que iba a acontecer en la economía: desarrollo industrial en detrimento de la agricultura, despoblación y éxodo del campo en beneficio de villas y ciudades industriales.
El invierno de este año fue excepcional. Los primeros días de 1960 quedaron grabados en la memoria colectiva de los habitantes de Petrer, las casas y las calles amanecieron cubiertas con una gran nevada, una de las mayores que se recuerda. El alcalde Nicolás Andréu tuvo que dirigir una carta al Comandante del Cuartel Militar de Alicante justificando al soldado Manuel Muñoz Alzamora “El Pintoret” que le resultaba imposible personarse en el cuartel debido “a la intensidad de la nieve”. Desde el año 1939 Petrer tenía el mismo alcalde. Terminada la Contienda Civil y tras unos meses de gobierno de una comisión gestora, el Gobernador Civil había nombrado como alcalde a un hombre encarcelado por sus ideas conservadoras pero de talante conciliador y poco dado a participar en las intrigas que frecuentemente se generaban en el interior de las familias del Régimen.
Los soldados de nuestro pueblo no siempre gozaban de permisos o cartas de aval de las autoridades, el servicio militar obligatorio era duro, prolongado y en ocasiones en otro país de donde el soldado podía no regresar jamás. El soldado Francisco Montoya de nuestro pueblo perdería inútilmente su vida en la guerra de Ifni, Marruecos se había levantado en armas para recuperar este territorio que pocos años después sería entregado por Franco.
Y mientras unos petrelenses dejaban sus huesos bajo tierra, otros nacían en los domicilios familiares ayudados en el parto por única camadrona del pueblo, Pepita “La Comare”. En 1960 José Luis Perseguer de Castro abría una nueva farmacia en una calle alejada del casco de la población, era mas que calle, avenida, todavía sin asfaltar pero muy amplia, además de fronteriza con la vecina ciudad de Elda. Esta farmacia ofrecía sus servicios a un núcleo de población en continuo crecimiento a pesar de las resistencias de las autoridades locales. Esta zona de la “Frontera” carecía de plan urbano y crecía sin cesar cada año aumentando sus habitantes. Constructores, unos de Elda como Afrodisio Barbero, o de nuestra villa, como Ignacio Ribelles o Francisco Leal “Sogall”, aprovechaban la creciente demanda levantando viviendas que se ocupaban con rapidez. Marino Aguado abría un moderno cine en el mismo límite de demarcación que dividía los dos pueblos.
Petrer en 1960 contaba en su conjunto con veintiocho tiendas de comestibles que surtían los escasos alimentos a la población, se sacrificaban 4.000 aves al año y la mayoría de la población comía insuficiente y cocinaba con leña o carbón; atrás quedaban las cartillas de racionamiento y el estraperlo y la población comía poco a poco algo mejor. Los jóvenes ya no robaban fruta de los huertos por la necesidad de comer, sino por travesura o distracción. Los domingos puestos de traje, los hombres –nunca las mujeres solas- invadían alguno de los dieciocho cafés y bares para tomar una caña o un vermú, los jóvenes iban y venían de paseo por la Avda. de José Antonio, aunque todos la conocían por la Expanada, las fábricas de zapatos tenían muchos pedidos y se ganaba un salario semanal más elevado trabajando sábados en las casas las mujeres y los hijos mejoraban la economía familiar con el trabajo de aparado o cortando trozos para la confección de bolsos. Las sirenas de las fábricas de calzado más importantes marcaban con sus “pitos” el ritmo de vida de la población trabajadora.
En aquel año, habían 672 personas de más de cuarenta años que no sabían leer ni escribir, de las cuales 483 eran mujeres. Los niños, aprendían el Catecismo y las primeras reglas en el colegio público Primo de Rivera aunque, desgraciadamente, lo abandonan tempranamente para incorporarse al mundo laboral. Este año se han terminado seis nuevas aulas y se ha levantado un piso más. A pesar de las reformas y ampliaciones el colegio queda pequeño por el continuo flujo de escolares. La leche en polvo y el queso enlatado que manda el gobierno de Estados Unidos complementa la insuficiente alimentación del hogar. Las “permanencias” aunque prohibidas, están toleradas ya que representan una ayuda para el escaso salario de los maestros.
El cementerio es ampliado con setecientos nichos más porque la población crece y crece sin cesar. Petrer cuenta con 10.615 habitantes, la población se ha multiplicado por dos en algo más de diez años y el problema de la vivienda y la escolaridad es acuciante. El presupuesto municipal de ese año ascendía a un total 1.971.000 Ptas., se destinaban 4.000 ptas. para el deporte que realizaban de forma privilegiada los jóvenes del Frente de Juventudes. No lo hacían mal, el equipo de baloncesto San Fernando se proclamó campeón provincial y subió de categoría. Otras 1.200 ptas. para becas escolares y algo más de 30.000 ptas. a la Banda de Música. El grueso de las subvenciones se destina a los festejos locales de Moros y Cristianos y de la Virgen con un montante 65.400 Ptas.
Hipólito Navarro Villaplana, personaje clave en esta etapa que nos ocupa, ostenta la presidencia de la Junta Central de Comparsas y en el trascurso de este año propone un Reglamento innovador “que no es militarizarlo”, como él decía, para que dote a las fiestas de una nueva estructura que realce su brillantez y mejore su organización. Una de las capitanias del bando moro la ostenta Pascual Román Torregrosa del bando cristiano Antonio Mira Poveda, industrial zapatero uno y pronto de bolsos el otro….
La Feria Internacional de Calzado de Elda había abierto sus puertas el año anterior y Petrer se beneficia dela apertura de nuevos mercados. Antonio Poveda y su mujer Manola traslada y amplía en 1960 su ferretería poniendo a la venta lámparas y electrodomésticos, también, Pascual Díaz y su mujer Julieta abren una mercería junto con la venta de comestibles. Luis Escolano y Eduardo Tortosa venden en sus comercios petróleo para las estufas y hornillos “modernos”, 20 litros por cartilla y mes, cuatro litros por cupón para cada familia. Hay censados 2.642 hornillos en el pueblo ya que la escasez de carburante precisaba de su control.
La Cooperativa Agrícola de Petrer de Ahorros y Préstamos se hacía eco de la demanda de viviendas y construía el grupo de las calles Sancho Tello y San Bartolomé. Paralelamente un grupo de vecinos agrupados y formando la Cooperativa San Bartolomé levantaba cien viviendas conocidas popularmente por “les blocs” debido a su tipología moderna e innovadora de construcción en altura dejando zonas abiertas a su alrededor.
En este año no se habían abandonado todavía, aunque tenían los días contados, dos molinos harineros, uno de ellos de A. Galiano ubicado dentro del casco urbano; el otro en las cercanías del rió Vinalopó propiedad de a G. Sánchiz. Nacía el primer trinquete, Francisco Leal “Sogall”, amante de este juego popular valenciano, fue una persona clave en la recuperación de este deporte en Petrer. En sus instalaciones, además de las “partidas”, albergó en ocasiones actuaciones circenses tales como la de la célebre “Mujer de Hierro” que levantaba y lanzaba varias sillas ayudándose con la boca.
La Iglesia de San Bartolomé se encuentra finalizando sus obras de reconstrucción del incendio sufrido durante la Guerra Civil. De esta tarea se encarga una Junta de fieles presidida por Enrique Amat, escritor, Juez de Paz y Cronista de la Villa unos años mas tarde.
Con motivo de las fiestas patronales de octubre y para asistir a la coronación de la Virgen, visitó Petrer el Sr. Obispo de la Diócesis de Orihuela Pablo Barrachina. El alcalde Sr. Andréu y su señora actuaron de padrinos de la coronación ante un pueblo de “creyentes” que se reunió en la Plaza del Generalísimo –hoy Placa de Baix-. Como otros años hicieron acto de presencia la Banda de la Agrupación de Infantería del Regimiento de San Fernando de Alicante, también la Banda de Música de Villena actuó en los templetes levantados con tablones y con adornos de pino en dos calles de la villa como era tradicional.
El año de 1960 cobra su importancia por celebrarse una reunión de Franco con el D. Juan de Borbón, donde acordaron que su hijo D. Juan Carlos, años más tarde coronado Rey, continuase sus estudios en España donde residía hacía más de una década. También este año, el Jefe del Estado concedía al alcalde de Petrer D. Nicolás Andréu, la Medalla de Cisneros y el maestro de primera enseñanza D. Evaristo Pla y el panadero Carmelo Poveda eran elegidos concejales por el sector de “Cabezas de Familia” en unos comicios sin libertades políticas ni igualdad de oportunidades.
La oposición al régimen franquista, aunque con diezmados efectivos, realizaba una actividad de resistencia en la clandestinidad con escasa influencia entre los trabajadores. Durante este año, el Partido Comunista de España distribuye en Elda y Petrer unas octavillas llamando a la Reconciliación Nacional y a la Huelga General Pacífica para alcanzar un estado democrático y de derecho. Es detenido en Petrer por este motivo y condenado a prisión en Consejo de Guerra a José Maria García Soria, militante del PCE. También este año, el gobierno prohíbe la difusión de un manifiesto de la Hermandad Obrera Católica, HOAC, que habla sobre el significado histórico del 1º de Mayo. Meses más tarde, 339 sacerdotes vascos hacen público un documento denunciando la ausencia de libertades políticas y los malos tratos policiales en las comisarías. La oposición al régimen franquista incrementa su actividad a partir de 1960 a pesar de la represión.