*Nota: Artículo publicado originalmente en la revista Petrer Mensual, nº 45 – septiembre de 2004
Cuando despertaba el día 15 de este pasado mes de agosto no esperaba hacer mucho. Ya saben, un día de verano: tumbarse al sol, bañarse, ver una película al anochecer, salir a tomar algo con los amigos… Pero la realidad es que me iba a tocar la lotería, la lotería periodística: un documento excepcional que viene a ti casi por arte de magia. Una casete que encerraba algunos de los momentos cumbres del pasado del pueblo, gracias a la poderosa voz y prodigiosa memoria de Juan Bautista Poveda Poveda, el “Sevilet”.
Ya se intuye lo especial de la cinta antes de escucharla. La historia de su génesis ya está cargada de emotividad, de búsqueda del saber, de emocionantes ansías de descubrimiento. Juan Esteve, famoso abogado de Barcelona, quería saber los orígenes y antecedentes de su familia. Conocer sus raíces y comprender a sus ancestros. Y quería saber algo más que la razón de tal o cual motivo en el escudo familiar. Quería saberlo, también, de primera mano. Así que sentó a su tío, Juan Bautista “el Sevilet”, frente a él, y en mitad de ambos colocó una grabadora. Lo que queda, ese relato a través del tiempo y tantas y tantas vidas, lo podrán leer íntegro a continuación.
Es un documento épico el de Juan Bautista porque, aunque ciertamente fidedigno, el pulso que le da y el tono que sostiene revisten de realismo mágico a sus palabras. Escuchar su narración es como asistir a la escritura en tiempo real de la segunda parte de “Cien años de soledad”. Sus recuerdos no son un homenaje a una vida, ni siquiera a una generación, sino a toda una saga, a la genealogía de una familia: veinte décadas de existencia, con sus buenos y malos momentos, con sus risas y sus lágrimas. Familias que prosperan y otras que desaparecen. Del campo a la industria. Del hambre al bienestar. La evolución del pueblo está aquí, junto a la suya y también junto a la nuestra, lector.
Juan Bautista, que había nacido casi con el siglo, en 1905, nos dejó hace nueve años. Como comprobarán, siempre amó y persiguió la cultura y el saber. Eran su debilidad. Su virtud, entre otras: la observación y…la memoria. Juan Esteve (hermano de Daniel Esteve Poveda), su sobrino, a quien le contaba todo lo que recoge la cinta, cuenta en la actualidad 88 años. La cinta -que por cierto había sido grabada a mediados de los años 80-, entonces, se la quedó Daniel Esteve, hermano de Juan, que la ha querido compartir con nosotros. Nuestro agradecimiento.
Ni me he atrevido, ni quería, advierto, cambiar nada de un documento tan impregnado de principio a fin de tanto valor sentimental e histórico. La trascripción es literal, así que van a asistir a una mezcla de castellano y valenciano, con continuas incorrecciones en ambas lenguas y con algunas palabras inventadas. Pero no podía ser de otra manera: así lo vio (o así lo recordó) y así lo contó el Sevilet (que, por otra parte, era exactamente como se hablaba en el pueblo. Seguro que lectores que ya peinen canas se verán reconocidos). No tiene desperdicio. Piensen, además, que van a realizar un ejercicio sano, porque la lectura les obligará a leer dos libros más: uno en cada idioma.
“Interesa que li conte si sé algo dels antepasats de mosatros i li tinc qui dir que en el any 1810 al 1820 existía en España mol poca autoritat, i en els pobles se crearen unes pandilles de maleants que frecuentaben estos pobles, pa recabar una contribusió del veins d’ells, pa el sustent d´ ellos, i era un malestar el que existia entre la població.
Y en aquella época era alcalde de petré un señor que se llamaba Andrés Bernabé; era afincat en el poble, casat en dos fills, Matias Bernabé y Andres Bernabé, i les segues finques estaven en el partit de les Pedreres i era un gran propietari i un gran responsable del poble.
Cansat i avergoñat de aquella situasió de bandoleros va convocá als seus veïns i els vá comunicar el plán a seguir pa vore de triunfá sobre ellos.
Un dia pregona la aplegada aquella pandilla de maleantes i obligats, tenien que puchalis la contribusió a la plasoleta de San Bonifasi.
Al aplegar allí estos veins carregats en sacs, llevan els comestibles i el piensos pals animals que els transportaben, ante ellos obrin els sacs, i enves de sacar les mercansies que llevaben, saquen els ferramentes i armes que cada ú tenia, i ataquen violentament aquellos bandoleros, els van vense, els van reduir a la nada, pero uno dellos se vá escapa, i entonses en persecusió van aplegar hasta el poble de Monfort del Sit i allis es vá pedre la pista.
Tornen al poble y formen el seu tribunal, chusguen aquellos bandoleros, aquellos maleantes y els van ejecutá en el Altet dela Forca, que en petré se denomina.
La pau y la tranquilitat y quisás la alegria, vá reinar per algun temps en este poble, pero un dia, abaixa un altra pandilla per el Vinalapo, i a la altura del Chopo, pregunten a uns treballadors que habien en el camp, si conexien a ón viuria al Andrés Bernabe, i uno de aquellos li vá dir: “mira, aquell chic que está segan alfalfa, es fill de Andrés Bernabé”, i este diu: “bueno pos ell mos acompañará a sa casa”. Prudenment, van aguardar quel chic se cabara de segá la falfa, i en el animalet que llevaba se va, se va. Encaminá a sa casa, estos lo van seguir d’aprop, sempre discrets pa no deixase veure, i van vore en qué casa de camp se van clavá.
Van esperá que se fera de nit,y entonses van aplegá, toquen a la porta, diuen qui eren i els de dins no volen obrir, pero estos diuen: “mira, obriu perque será millor pa vosatros, perque de lo contrari arrimarem unes garbes de ñeña a la porta, cremarem i entonses entrarem i non deixarem ninguno”.
Ante aquella falsa de realitat que existia pa cremar la porta, el de dins van obrir, van parlamenta. Crec que se va dir, se van, li van demanar 6.000 reals, per el mal que habia fet anteriorment a la pandilla o als compañeros d´ellos i este Andrés els va contestar que sí, que podría dona eixos dinés, pero no allí que no es tenia si nos venin al poble. En resumidas cuentas es que antes de que se fera el dia van pillar camí, acompañats del Andrés, i en ves de venisen para Petré, se van anar para Caprala y al pasar per la Bassa de Caprala, yá, els dones de aquel camp, estaben llavan allí en la sequia, i al vore la comitiva y al Señó, al Andrés Bernabé que anaba en ellos, li van preguntar: ¿Señor Andrés a dónde va usted tan de mañana? Y el señor Andrés el va contestá: “No sé donde me llevan estos señores, hijas mías”. Entonses esta comitiva vá continua y a uns 200 metros se van interná en un barranc y al rato van sentir uns disparos, van aná allí, se van encontrar al señor Andrés mort y els capraleros, en aquell mateix lugar van fomentar una creu que incara huí se conserva i tots els añs per el dia de Santa Creu, 3 de mayo, van a engalanala en flors i es recordá este fet”.
En toda esta primera parte, como habrán notado, se hace referencia a los orígenes de la festividad de la Santa Cruz en Caprala.
Todo un árbol genealógico
“De esta familia queda viuda i dos fills, Andrés y Matías. Passa el temps, treballen de la agricultura, progresen i apleguen a la majoria d’edat. Se casen: el uno el Andrés se vá casa en Onil, en una xica d’aquell poble, i el Matías se va casar en una xica de Petrer, que li dien Josefa Payá. El de Onil, com estaba llarg dels interesos que tenia en Petré, li va vendre al seu germá Matías, y este se va fé carrec de tota la finca. Entonses yá este casat vá continuá ens els treballs agrícolas i se va considerá com uno dels primers agricultors del poble de Petré. Al llarg de la seua vida va tendre tres fills: Matías, Josefa Maria i José María. Estos tres fills van continuar treballant dins de la familia hasta que yá se van fé majors, se’n va casá i van anar percibint la part d’herencia que els corresponia. Al Matías Bernabé, que era dels tres, el major, se casá, y este té la friolera de huit fills: sis homes (Matías, Jaume, Pepe, Daniel, Andreu i Julio) y per chiques te a a María Josefa y a Julia. Estos van prosperá mol, perque estos huit fills, al repartirse la herensia van tocá a cada ún a una finca, que podia equipararse al valor d’una mula per treballarla.
Tots van viure de l´agricultura, menos dos que se van disgregar de ella y se van fer comerciants, el uno carnisé, y el altre comerciant de piensos y altres coses de agricultura».
«José María també se va casá i va tindre quatre fills: Juan Bautista, José María, y dos chiques més, la una Matilde i la altra Genoveva, crec que se dia. Estos se van casar també en llauraors i van viure de l’agricultura prosperant tota la vida, menos la Matilde que es va casá en Majo, que era mecánic de la singer; este guanyaba molts diners i va prosperá més que ninguno. José María li va tocar la part en la Pedrera, es el que va fer la canalisasió en compañía de don Vicente Amat de les aigües de Caprala a la Pedrera i al Poblet, que allí hay una bassa en la Pedrera, y una bassa en el Poblet, aigües que en la fecha de hui se han perdut per falta de conservar la instalació.
La María Josefa Gertrudis se’n casá en Juan Bautista Poveda el Sevil, este novio o este marit te el apodo de el Sevil perque va servir en el cuerpo de la Guardia Civil quan este se va creá allá en Andalusía per falta de miembros del cuerpo y al regresar despues del servis i vestit de guardia civil se li vá quedá el apodo de guardia civil, que es a on ell vá prestar el servisi. Este matrimoni va tení tres fills: Juan Bautista, Andrés i Pepe. Els tres se’n va casá i van continuar els treballs de les seues finques agrícoles i en ’elles van viure hasta la terminació de la seua vida”.
De frailes y jotas
“Els fills de Matías Bernabé Payá, estos huit fills, se’n tenien en Petré com a homes aixina un poc divertits, que se clavaven en tot, i en tot tenien que vore. Hay algunes anécdotes, d´ellos, pero pa no fe mol llarg esta reseña te’n contaré una d´elles: el Matías, fill major, s’encontrava al costat de la carretera, en la Pedrera, preparant un bancal per plantá vinya. I així estava quan va vore venir per la carretera a un frare en una burra que llevaba quatre canters de ví, llimosnes que li habien fet en el cases del camp, y el diu als homes que estaben cavan: “este cura, que no treballa, este flare que es un gandul que no treballa va a ballamos una jota”, y saca el manec de la aixá, se’n ix de la carretera i li diu al frare: “oiga usted, señor. Usted que se pasea y no trabaja debiera de aliviarnos un poco a los que trabajamos y para ello debería usted de bailarnos una jota”. El frare li contesta: “pero hijo mío, cómo voy a bailar si para bailar se necesitan unas postissas i estas postissas no forman parte de mi misión”. «Bueno pues si usted no baila, con postissas o sin postissas, pues este –que era el mango– le hará a usted bailar”. I el frare dise, «para estos casos –para estos casos tan difísiles– llevo yo siempre mi herramienta, llevo las postissas, ¿me da usted permiso para sacarlas y bailarle?” I dise: “Hombre claro que sí”. Y entonses se mete las manos en las mangas y saca un revólver, y le dise el frare: “ahora baila usted y sus compañeros de trabajo le cantarán, porque si no, le pego, le descargo todos los tiros que lleva el revólver”. Y aquel Matías en medio la carretera, y cantando los que trabajaban que estaban allí en el bancal de al lado, tuvo que bailar la jota que él quería que bailara el fraile”.
Tiempos duros
“El matrimonio Juan Bautista Poveda “el Sevil” y Maria Josefa Gertrudis Bernabé, tiene tres hijos: Juan Bautista, Andrés y Pepe Poveda Bernabé. A la edad de nueve años del mayor, Juan Bautista Poveda, muere el padre de ellos, y cuenta este Juan Bautista Poveda, que a la vez es mi padre y tu abuelo, que se marchaban a trabajar la finca de los Palomarets y cuando iban a senar por la noche su madre les freía una sardina con bastante aseite, los cuatro asentados en la mesa mojaban el aseite, respetaban la sardina para el día siguiente volverla a freír. En esto demostraba al contármelo mi padre, la vida económica de aquella época: que no gastaban una peseta en comestibles, sinos que vivían de lo que ellos cosechaban para poder ahorrar y seguir adelante.
A los pocos años muere la madre, y quedan los tres hermanos huérfanos, los recoge un hermano de Juan Bautista Poveda el Sevil llamado el Chapus. Este les administra y siguen trabajando colectivamente sus tierras y este señor que fue tutor de ellos iba, pues iba recopilándose alguna economía alcansada durante los años, y cuando allegaron a la mayoría de edad, este hombre, tío de ellos, les partió las fincas y cada uno le dio la parte que le correspondía el dinero a su favor y empesaron estos tres hermanos a trabajar por su cuenta y riesgo hasta que se casaron.
El Andrés Poveda Bernabé se casa con Amelia Poveda Payá y tienen tres hijos: Andrés y dos hermanas más. Y el Pepe se casa con María Josefa Bernabé, pero no tienen familia y éstos desaparesen. Juan Bautista Poveda Bernabé, segundo Sevil, se casa con Amelia Poveda Payá y tienen cuatro hijos: Amelia, Remedios, Amalia y Juan Bautista Poveda Poveda.
Amelia Poveda Payá, madre mía y abuela tuya, Juan, tiene tres hermanos más: Visitación, que se casa con un Samuel Payá y tienen dos hijos, Samuel y Luisa. El Samuel muere soltero y la Luisa mal casada, no dejan descendensia, y desaparese la familia. Otro hermano, Valero Poveda Payá, se casa dos veces: con la primera mujer tiene una hija llamada Salud, esta Salud se casa con Santiago Payá y tienen dos hijos, Santiago y Ángeles que aún viven. Siempre han vivido todos de la agricultura, menos estos hijos que han tenido que trabajar en la industria para poder sobrevivir.
Vicente Poveda Payá estudia y saca la carrera de médico. Le toca marchar a Cuba a la guerra y allí se enrola en los hospitales, practica la medicina,y alcansa una grande sabiduría médica. Regresa al pueblo y se hace titular del pueblo como médico… Se casa y tiene dos hijos: Ernesto y Lolita. El Ernesto sigue el camino de los estudios, pero muere muy joven sin sacar carrera alguna.La Lolita se casa con un médico de Petrel llamado Ramón Rico, con quien tiene una hija. El médico muere en el año 18 dejando a una niña, Isabel; la Lolita tambien muere a los dos o tres años y la Isabel, que era una presiosidad de niña, muere a los ocho años, en 1936. Qué llástima, la mort acaba en esta familia y en la cultura que habíen adquirit”.
Historia reciente
“Els meus pares y abuelos teus van tenir quatre fills, jo el més jovenet de tots. La meua Amancia me llevaba set anys, la meua Remedios me’n llevaba deu i va ser la meua niñera i la meua Amelia me’n llevaba tretze.
Jo recorde que en temps de recolecció totes se’n anaven a la verma, a arreplegar almerles, a arreplegar olives i a recolectar les collites, i después quan aplegaben a casa se arreglaben, se mudaben i com eren guapes i ben vistes pareixien senyores. Jo notava que els pares estaven contents i s’admiraven en els seus fills.
La primera que se’n va casá va ser Amelia, ta mare, en Daniel Esteve. Se’n van establir en Ciudad Real en un comerç de mobles, tú, al poc temps de casat, vas naixer y vas naixer en casa i el teu germá Daniel també va naixer, al dos o tres anys, en casa. Passen el anys i tus pares se trasladen a Albacete y allí continúen en el negosi de muebles. Tú acomençes a estudiar, el teu germá més xicotet també. Os sorprén la guerra civil d’Espanya: tú a punt de terminar la carrera, el teu germanet un poc més retrasat. Pero tú tens la virtut de després de guerra terminarla iestablirte en Barcelona, como agente polisia, sen agente de polisia en Barcelona te relasiones en els de la teua profesió, y pases a ayudarlos com a passant en el bufet de ellos. Adquirixes experiencia i clientela hasta el día en que pots treballar per conte i raó teu, alcançes fama, triunfes defenent asumpts importants, pero tens mala sort de no casarte i elteu saber no té continuació en la vida. És una de la mala sort de esta la nostra familia.
Después de guerra, tu hermano Daniel estudia y trabaja con Hellín de pasante, tiene la suerte de acabar la carrera de procurador y se establece por su cuenta. Triunfa en la profesión y económicamente. Hoy Daniel es una personalidad respetada y querida en los pueblos de Elda y Petrer. Se casa y no tiene familia del matrimonio, pero adquiere dos niñas adoptadas como padre. Les lleva a estudios superiores: Dios quiera que su cultura tenga con ellas continuación.
Se casan Remedios en Andrés y se dediquen al cultivo de la terra y pronte monten un pequeño comerç de comestibles a ón venen també es products que ellos cullen de la agricultura. Tenen dos fills: Andrés y Amelia.
Amancia se casa en Luis Maestre, este es un industrial; viuen de la industria, prosperen en agricultura y amasen un gran caudal en finques rústiques y urbanes, pero no tenen familia y a la mort de ellos y ans de morir tenen que repartir es seus bens y casi ningú sen recorda de ellos ya.
Per últim me caso jo en Concha López Payá, formem un matrimoni, vivim bé, i no prosperem, pero tenim cuatre fills: Remedios, Juan, José luis y Vicente. Tots ellos se han casat, tots viuen bé, y son felisos, es vec alegres. Tenen major nivell de vida que jo ha tengut y que ting y crec que coms els pares de mosatros prosperarán en cultura. Jo he quedat viudo. El canvi ha segut tan grand que em considere de profesor, alumno, sin ganes d’estudiar. La resenya que tu me habies interesat aquí, en estes paraules, acaba”.
Me encantó esta vieja historia, ……..historias que contaban los abuelos qué conocían a la gente sus procedencias y trascendencia ……………. quién contará las nuestras?….