La competencia en la vigilancia de nuestros montes pertenece a la Conselleria de Medio Ambiente, que cuenta con una brigada comarcal, con campo base en Ferrusa, y con patrullas de vigilancia encargadas de la supervisión y aviso en determinados puntos fijos de los montes del municipio, estando el más cercano en la sierra del Maigmó. Estas patrullas alargan la jornada de vigilancia hasta las 9 de la noche, ya que a última hora existe más riesgo de incendio debido al viento y surgen más dificultades debido a la escasa visibilidad de la noche. Las brigadas cuentan con unos 15 trabajadores que realizan turnos rotativos creando grupos de cinco o seis personas. Además, hay un equipo trabajando todo el año en el Paisaje Protegido de las Sierras del Maigmó i del Cid, que a las labores de prevención suma otras de estudio y análisis del entorno.
El Ayuntamiento de Petrer, por su parte, “desde hace 15 años realiza acciones complementarias en cuanto a prevención y concienciación ciudadana”, como explica Maria José, técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento, “en muchas ocasiones en colaboración con el Centro Excursionista de Petrer”. Las zonas que más vigilan son la de Cárdenes y Caprala. Hasta ahora, el voluntariado procedente del Centro Excursionista ha estado saliendo todos los fines de semana, para pasar ahora, durante el mes de agosto, a realizar su labor diariamente. Los voluntarios están organizados en grupos rotativos de unas seis personas y en total cuentan con unos 25 voluntarios.
Las funciones de estos voluntarios van desde la vigilancia, no solamente del término estrictamente responsable sino también de los territorios colindantes de Ibi y Castalla, hasta la práctica de tareas de limpieza y de información al usuario, tanto agricultores y propietarios de los terrenos como excursionistas. El perfil del voluntario, aunque existe una gran disparidad, suele ser el de una persona aficionada a la montaña y con unas “condiciones físicas mínimas”, ya que, a pesar de que se hace vigilancia estática, también se hacen rutas a pie y “en verano el calor hace que sea más duro”.
La Diputación Provincial de Alicante, propietaria de grandes terrenos rurales en nuestro término, también cuenta con equipo propio, encargado de los parajes de Catí, Calafate o Casa Cancio. Debido a la coincidencia entre varios voluntariados, según asegura María José, “cada uno de los grupos de voluntariado actúa sobre una zona en concreto; por ejemplo, los voluntarios de la Diputación vigilan Catí, Calafate y Casa calcio”, todas ellas propiedad de la Diputación de Alicante.
La técnico de Medio Ambiente ha remarcado que “debido a las grandes campañas de concienciación ciudadana se ha conseguido que Petrer sea un municipio muy sensibilizado”. El Plan municipal de quemas, el cual contempla que no se pueden realizar sin autorización y que en esta época del año no se pueden llevar a cabo, “ha contribuido a que los agricultores sean más cuidadosos en cuanto a la peligrosa labor de quema de rastrojos”, aclara.
Cruz Roja y el voluntariado
Cruz Roja, por su parte, al igual que el Centro Excursionista, el Ayuntamiento y la Diputación, también realiza labores de prevención y concienciación del medio natural durante los meses de verano desde hace 12 años. Los 40 voluntarios de Cruz Roja trabajan durante las mañanas en la Sierra del Cid desde el mes de Junio hasta Agosto aunque, como ha afirmado Antonio Páez Herrero, responsable del Departamento de Medio Ambiente de Cruz Roja Petrer, “las labores de prevención se pueden alargar hasta el mes de septiembre, dependiendo del tiempo; de hecho, si seguimos con estas altas temperaturas lo ampliaremos seguro”. Los voluntarios de esta organización pertenecen tanto a Petrer como a Elda, ya que esta última no cuenta con un departamento dedicado al medio ambiente.
La labor de los voluntarios se basa en la entrega de trípticos de concienciación entre los montañeros y agricultores de la zona, así como en la prevención, vigilancia y limpieza de los montes. En este sentido, el pasado sábado 3 de julio Cruz Roja realizó una batida de recogida de residuos en la que participaron todos los departamentos municipales de la organización. Páez Herrero afirma que “el hecho de que los asiduos a la montaña vean a Cruz Roja recoger residuos conlleva que ellos también lo hagan”.
“La preparación de los voluntarios pasa por una buena condición física”, aclara el responsable del departamento de medio ambiente de la organización, “ya que la vigilancia se hace a pie y el vehículo solo se utiliza para desplazar a los voluntarios del casco urbano a la zona rural”.
En cuanto a la conciencia colectiva respecto al medio natural, Páez es claro: “sí que existe cierta percepción positiva en cuanto al medio ambiente, aunque el porcentaje sigue siendo bajo; a simple vista, sólo un 40% está un poco concienciado, pero aún falta ese 60%”.
Las subvenciones y la crisis económica
Las intervenciones de los voluntarios durante los meses estivales se llevan a cabo gracias a las subvenciones que desde la Conselleria de Medio Ambiente se destinan a este tipo de trabajos. No obstante, este año las ayudas se han visto afectadas por la situación económica actual. Así, la subvención recibida por parte de la Conselleria, que en años anteriores ascendía a los 18.000 euros, este año se ha visto menguada a 8.000. Para cubrir esta reducción, la financiación del Ayuntamiento ha sido aumentada en un 600% (6.000 euros), ya que en años anteriores el consistorio únicamente aportaba al proyecto aproximadamente 1.000 euros.
La falta de presupuesto ha ocasionado que, este año, las labores hayan sido recortadas, tal y como ocurrió el año pasado, momento desde el que los voluntarios dejaron de pernoctar en la sierra (como se había hecho en años anteriores) y volvían por la noche. Asimismo, para evitar la participación masiva, Conselleria ya no permite la inclusión de menores de edad en las labores de voluntariado.
Cruz Roja también ha sufrido recortes en la subvención que recibe todos los años de la CAM a través del proyecto VOLCAM. Años anteriores la cantidad ascendía hasta los 7.000 euros, pero este año, la cantidad ha sido algo superior a los 3.000 euros. Páez asegura que “desde Cruz Roja entendemos este tipo de recortes ya que existen muchas otras ONG que también tienen sus propios proyectos y necesitan de este tipo de ayudas”. Por este motivo, la entidad modificará sus horarios, dejando de realizar turnos de tarde y apostando por la jornada intensiva de mañana.