Cuando la respuesta a determinados temas viene enmarcada en gran o toda medida por un juicio de valor. Cuando el interlocutor es ciego y sordo, el resultado suele ser un naufragio dialéctico, una pérdida de tiempo y energía.
Dos mil ochocientas treinta y tres palabras elevadas al infinito, para algo, que debería estar asumido por todos. Un derecho.
Un derecho, derecho que para conseguirse, tuvo que dejar un gran reguero de sangre y muchas muertes por el camino.
Un derecho a decidir. Una opción personalísima de cada mujer.
En un momento donde los efectos de la crisis dejan profunda huella en toda la población y en todos los sectores, paro, desahucios, hambre infantil y no tan infantil, recortes en sanidad, en educación y un largo etc., a alguien, con nombre y apellidos, se le ocurre que hay que desviar la atención hacia algo con la suficiente entidad y con una gran carga emocional como es el aborto, y reformar la ley.
¡ Claro que hay que desviar la atención !. La mayoría de mujeres y un elevado porcentaje de hombres hemos mirado hacia otro lado, el lado que usted quería, hacia algo con la suficiente entidad y la suficiente carga emocional, para que el juicio de valor estuviese asegurado. ¡Que malos son unos, que buenos los otros! “Objetivo conseguido.” Felicidades.
Señor mío, recapacite. Restablezca la situación jurídica preexistente.
¿Sabe que los abortos están ahí? Si, claro que sí.
¿Sabe que el nº anual de abortos está por encima de los cien mil? Sí, lo sabe.
¿Sabe cómo se sientes todas las mujeres que han tenido que abortar y que problema había detrás de su decisión? No.
¿Sabe que en la mayoría de casos, esa decisión solo era la punta del iceberg, sin verse lo que había bajo el agua? No se lo ha planteado.
Problemas como el paro, la pobreza, la dependencia, la sanidad, la educación, los malos tratos, la justicia……. ¿Le suenan esos problemas? Si, claro que si.
¿Sabe que mañana podría ser su hija, su sobrina, su nieta, su hermana, su prima, su mujer? Nunca se sabe, nunca se sabe.
¿Se irán a Londres a hacer un cursillo de ingles? Sí, sí.
¿Tendrán que ocultar, mentir, pedir , sufrir esa decisión y además irse a abortar a un lugar que estará fuera de la ley ?. No esté tan seguro del no.
¿Mujeres de primera y mujeres de segunda?
Escuche las voces, son muchas, vienen de todas partes y abra los ojos a un problema que existe y que por ello debe tener solución.
¿Sabe que con su propuesta está mandando a muchas mujeres a buscar solución en la clandestinidad de nuevo? Sí, lo sabe pero no le importan esas mujeres ni sus problemas.
¿Un pasito delante, dos hacia atrás? ¿Es eso lo que vamos a tener?
Restitutio in integrum, o lo que es lo mismo restablezca la situación jurídica preexistente, deje las cosas como estaban aquel día en que se le ocurrió que había que reformar la ley del aborto.
Y al nombrar esta institución, debo decir que siento cierto miedo, no se le ocurra llevar las cosas a antes de 1985, cuando en todo caso era ilegal abortar.
Ahora, habrá alguien que dirá, ellas se lo han buscado. Y yo digo, quien es quien para hacer juicios de valor de nadie? Ni ahora ni antes, ni nunca. Pero, hay quien no pierde ocasión de sembrar la esencia del argumento. ¡Es tan fácil caer en la trampa.!! ¿Verdad?
Pregúnteles a todas las mujeres, cada una con su problemática particular, que hace años, tuvieron que buscar la solución en la clandestinidad y tomar una decisión, que con toda seguridad no fue fácil. Deje de estar sordo y ciego.
Y también saldrá alguien que diga,….. pero el niño tiene derechos. ¡Claro que los tiene! .Ríos de tinta se ha escrito y dicho sobre esto y al final, tribunales por en medio, la solución siempre es política, juicio de valor incluido enmarcando la decisión.
El Nasciturus, que así se llama al concebido no nacido, tiene derechos, reconocidos por ley, pero tiene que llegar a nacer y ser persona para adquirirlos. La legislación española indica que el nacimiento determinará la personalidad y se reputará nacido el feto que tuviere figura humana y viviese veinticuatro horas enteramente desprendido del seno materno.
Lo demás, es jugar con los sentimientos humanos, una maniobra para lo que las urnas no le legitimaron, ni sirve para hacer campaña electoral con el mensaje del bueno y el malo.
Ni una palabra más, porque ya son demasiadas palabras, demasiadas voces, para un derecho personalísimo con nombre de mujer, que no debería ser cuestionado..
GRUPO DE MUJERES SOCIALISTAS