Sí, sigo indignado

Llevo un montón de días “indignado” y me apetece trasladar mi indignación, pues estoy seguro de que los motivos que me llevan a esta situación le atañen a mucha gente y quisiera compartirla.

Está claro:  LA PRIMA DE RIESGO,   LAS AGENCIAS   DE  CALIFICACIóN (Moodys, S.& P., etc.,), LA RESERVA FEDERAL DE EE.UU., EL BANCO MUNDIAL,  EL BANCO CENTRAL EUROPEO, EL G-20, etc. No pueden impedir que los mercados fluctúen, no estén suficientemente tranquilos y para ello, está claro, la culpa, además, del pueblo Libio, de Afganistán y de Irak (por no mencionar la situación de hambruna en África), la tenemos la gente llana que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. «¡La leche!», gritaría algún antepasado nuestro, «mira que no darnos cuenta». Si estaba claro, cuando nos aseguraban que los pisos nunca bajan de valor, por tanto no había problemas (si no puedes pagar, lo vendes y aún saldrás ganando); cuando nos decían “vivir de alquiler en tirar el dinero”. Cuando nos ofrecían  el mejor coche a pagar el primer año 20 €, y además entrabas en un sorteo de una vacaciones en Cancún. Cuando nos intentan convencer de que el ejercito “necesita modernizarse”. Cuando nos hemos tragado la prescripción de flagrantes delitos de estafa a los dineros públicos (es lógico, nos dicen: los jueces no hicieron bien “los deberes”). En definitiva, cuando nos hemos fiado de las personas  que “saben mas que nosotros”. Es decir, banqueros, políticos corruptos, etc., a quienes les hemos hecho caso y ahora nos dicen que somos nosotros los  culpables y empezamos  a creérnoslo. Hasta nos vamos a creer que el escudo antimisiles en Rota es necesario.

Vamos a ver, no existe ninguna especie vegetal ni animal a la que le venga mal mejorar su situación. Eso es de cajón, un árbol es más feliz con una tierra mas fértil, una vaca con  mejores pastos y un pez con un agua menos contaminada y con más abundante plancton. Nosotros, los humanos, somos exactamente igual: cuanto mejor, mejor.

Que no nos vengan con cuentos, nos han tendido una trampa muy bien orquestada,  los insaciables dueños de las grandes fortunas mundiales que  hoy se llaman los “mercados.”

¿Quién son los dueños de los mercados?

Son los mismos que los de las agencias de calificación, que los de las multinacionales de la información, de los monopolios petrolíferos, de los monopolios de las simientes, etc.

Está claro que los dueños de los mercados no somos la humanidad sino unas cuantas familias sin escrúpulos que, entre otras fechorías, al día de hoy se encuentran en Durban (Sudáfrica), negándose a dar soluciones para el planeta que se está muriendo, pensando, los muy “cretinos”, que si nos quedamos sin planeta, ellos, flotando con sus riquezas, se podrán librar.

Pero bueno, el Barça le gano al Madrid, que es lo que verdaderamente importa.

 

 

 

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