Celebramos el 1º de Mayo, Día Internacional del Trabajo, en medio del confinamiento motivado por el COVID-19, virus que recorre el mundo y que se ha manifestado con especial incidencia en nuestro país. Todo se ha visto afectado por la extensión de la pandemia; miles de personas han fallecido, nuestro tejido productivo ha quedado gravemente tocado, millones de puestos de trabajo están en peligro y cientos de miles de personas se encuentran sin recursos frente a la crisis.
l° de Mayo. jornada de solidaridad internacionalista
El COVID-19 está afectando a todo el mundo, aunque lo haga con diferente intensidad y en todo el mundo se ha puesto de manifiesto la fragilidad e injusticia del modelo social y económico imperante. El 1º de Mayo es la mejor ocasión para reivindicar un nuevo orden mundial más justo y solidario que sitúe a las personas y su bienestar por delante de los intereses económicos de unos pocos. Es también la ocasión de recordar la memoria de los y las sindicalistas que son perseguidos, despedidos, amenazados o asesinados en cualquier lugar de la tierra por defender ese mundo más justo, en el que el reparto de la riqueza, el valor del trabajo y la libertad sindical van de la mano.
Enfrentar la crisis desde las instituciones europeas
Europa debe tener el protagonismo que hasta ahora no ha sido capaz de asumir. La crisis es de tal magnitud que está poniendo en duda los cimientos del logro más importante de nuestro continente: la Unión Europea.
Las instituciones europeas deben aceptar que las políticas de austeridad que han impuesto en la pasada crisis han debilitado los mecanismos de protección social y laboral en los que se está cebando la pandemia y renunciar a ellas definitivamente para enfrentar la crisis de forma verdaderamente solidaria.
Hasta ahora, a duras penas, se ha alcanzado un acuerdo para liberar una primera partida de medio billón de euros destinados a enfrentar los efectos más perniciosos de la crisis. Pero hace falta más decisión y voluntad política. Necesitamos una verdadera herramienta unitaria de inversión en Europa y una iniciativa fiscal coordinada y en esta coyuntura urge impulsar la capacidad para emitir deuda común que ayude a financiar un gran plan de choque europeo contra la crisis y por la reconstrucción económica. Los sindicatos españoles, junto a la Confederación Europea de Sindicatos, trabajamos en esa dirección, porque no está en juego únicamente la recuperación de las economías nacionales; está en juego el futuro de la Unión Europea.
Una vía diferente. Enfrentar la crisis en nuestro país
Desde el primer momento las organizaciones sindicales hemos presentado propuestas para evitar que la crisis destruya empleo y deje en la pobreza más absoluta a amplias capas de nuestra ciudadanía: la promoción y primacía de los mecanismos de ajuste temporal, las suspensiones y reducciones de jornada -a través del mecanismo de los ERTE-, las prestaciones por desempleo a contador cero para todas las personas afectadas, tuvieran o no adquirido el derecho a las mismas; las ayudas y subsidios extraordinarios, etc. son, en gran parte, el resultado de la exigencia sindical en el marco del diálogo social. Son instrumentos aún insuficientes, pero que han situado la respuesta a la crisis en una vía diferente, centrada en la atención a los problemas de las personas y en una nueva forma de percibir las necesidades de este país.
Queda mucho por hacer
Ahora, es necesario prorrogar los mecanismos de ajuste temporal del empleo, diseñados para el estado de alarma, el tiempo que sea preciso para sostener nuestro tejido productivo y la supervivencia digna de las personas trabajadoras. Es imprescindible cubrir las necesidades de aquellas que carecen de cualquier tipo de prestación. Con esta finalidad, el movimiento sindical exige la regulación urgente de un Ingreso Mínimo Vital, como ya hicimos en la legislatura anterior promoviendo una Iniciativa Legislativa Popular. Y debe garantizarse que la recuperación de la actividad económica se lleva a cabo sin poner en riesgo la salud de los y las trabajadoras .
Pero hay que ir más allá y determinar las líneas de un nuevo modelo productivo y social que siempre hemos reivindicado y que la crisis del coronavirus demuestra que es inaplazable. Más y mejores servicios públicos: sanidad, atención a las personas mayores y a las dependientes , educación, etc. Intervención pública en los sectores estratégicos (energía, suministros , servicios financieros, industria) que garantice, al mismo tiempo, la respuesta ante situaciones críticas y una mayor eficiencia y menor dependencia de un mercado que se articula bajo el principio del máximo beneficio y que carece de sensibilidad ante los problemas de las personas. Inversión en ciencia, tecnología e innovación, que oriente la recuperación hacia un modelo de desarrollo económico justo y medioambientalmente sostenible.
Para todo ello, es necesario un gran pacto. Un pacto al que las organizaciones sindicales estamos sin duda dispuestas , pero que para que tenga éxito debe contar con el compromiso del conjunto de fuerzas políticas. Estamos en un momento trascendental en la historia de nuestro país.Todas las fuerzas políticas, económicas y sociales deben actuar unidas si se quiere estar a la altura de las circunstancias.
Un 1º de mayo dedicado a las personas trabajadoras que están en primera línea
Las personas que a pesar del riesgo de contagio y de los deficientes medios de protección están salvando vidas, ayudando a las personas mayores, dependientes y con discapacidad, las que garantizan el funcionamiento de los servicios esenciales que requiere nuestra economía, son las verdaderas protagonistas de esta crisis. También lo son aquellas que teletrabajan y las que se han reincorporado a la actividad, las que han perdido el empleo o no lo tenían y les va a ser más difícil encontrarlo. Todas ellas son un ejemplo para este país y no debemos olvidarlo cuando esto pase. Para recordarlo hoy y siempre, en este Primero de Mayo el movimiento sindical les rinde homenaje.
Nuestras reivindicaciones este 1º de mayo
En tanto que organizaciones internacionalistas y solidarias, somos conscientes de que sólo una respuesta global puede ser la solución a una crisis global. La solidaridad y la colaboración sindical internacional tiene en este momento, en este Día Internacional más importancia que nunca. Conscientes de que este es un 1º de Mayo especial, atrapados por el coronavirus y el confinamiento , sin manifestaciones en las calles y sin actos públicos, haremos de la movilización de las ideas en centros de trabajo, medios de comunicación y redes sociales nuestra principal manifestación:
1. Reivindicamos un nuevo modelo económico y social cuya prioridad sean los derechos y el bienestar de las personas.
2. Reivindicamos el trabajo como principal factor de cohesión social, ejemplarizado en este tiempo por las trabajadoras y trabajadores de los sectores esenciales y de los servicios públicos,de manera singular, por todo el personal sanitario.
3. Reivindicamos condiciones de trabajo dignas y salarios suficientes, y denunciamos las reformas que se hicieron para devaluar y precarizar el empleo.
4. Reivindicamos el papel de la mujer trabajadora en una sociedad más igualitaria y justa. Muchos de los sectores laborales que hoy están salvando vidas, facilitándonos la provisión de alimentos o evitando que se extienda la pandemia, son sectores feminizados, en los que muchas de estas trabajadoras no llegan ni a mileuristas.
5. Reivindicamos , hoy con más fuerza si cabe, una Unión Europea más social y políticamente más unida y más solidaria.
6. Reivindicamos algo que siempre hemos considerado un pilar esencial del Estado de bienestar, los servicios públicos, que sufrieron los recortes durante la gestión neoliberal de la crisis de 2008 y con los que algunos poderes autonómicos se han ensañado y que deben ser considerados un bien social ahora y siempre.
7. Reivindicamos, ante el drama humano, social y económico que está causando el coronavirus,que las políticas públicas (y también privadas) atiendan sobre todo a las personas y sectores más vulnerables. En este sentido, hay que poner en marcha cuanto antes un Ingreso Mínimo Vital.
8. Reivindicamos un Pacto de Estado para combatir el COVID-19 y reconstruir la estructura económica y productiva de nuestro país, garantizando que no dejamos a nadie atrás. Sindicatos y organizaciones empresariales estamos llamados a jugar un papel determinante en este proceso.
9. Reivindicamos el impulso de políticas sectoriales en el corto plazo en los sectores que más van a sufrir la caída de actividad, así como la recuperación de una base industrial para nuestro país que garantice el aprovisionamiento de bienes básicos. También la inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación, que en el ámbito sanitario, pero no sólo en él, se vuelven a demostrar imprescindibles para un país.
10. Reivindicamos una estrategia económica y social de desescalada y salida de la crisis acompañada de un cambio de modelo productivo, respetuoso con el medio ambiente y asentado en el empleo estable y con derechos.
¡Viva el 1º de mayo! ¡Vivan las trabajadoras y trabajadores del mundo!
Por Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores Vinalopó-Vega Baja.