Me parece absurdo y casi irreal, si no es porque existe una sentencia donde se me condena como Alcalde, nada más y nada menos que a seis meses de prisión y siete años de inhabilitación porque una promotora no guardó el retranqueo con el vecino colindante de 160 centímetros y edificó 80 centímetros que no debía.

No voy a entrar de nuevo en dar explicaciones sobre si el AYUNTAMIENTO y el Alcalde actuaron bien o no porque lo he hecho hasta la saciedad , pero que se nos juzgue también por no ser lo suficientemente rigurosos en la aplicación de las normas es poco menos que una barbaridad, especialmente en aquellas infracciones que, bajo mi punto de vista, he considerado graves o gravísimas para nuestro pueblo durante mi mandato, 1995- 2007. Se podría citar algunas de las que considero más importante, pero no las únicas como:

– Serra Del Cavall: Paralización de extracción de áridos y producción de hormigón en la cantera. La extracción se estaba extralimitando y no se ajustaba a lo permitido, además estaba en riesgo un yacimiento arqueológico, y la producción de hormigón llevaba años sin la autorización. El caso sigue en los tribunales, pendiente de ejecución de un aval importante.

– Urbanización en la Finca de L’Adminstració: tras el deterioro producido por la empresa en el intento de realizar una urbanización en una zona calificada como Agrícola y forestal. El caso se denunció ante los tribunales y se han pedido responsabilidades y reposición del destrozo realizado.

– Els Palomarets: Pese a tener derechos adquiridos desde 1986 sobre la calificación de suelo urbanizable, tras una dura negociación se consiguió a través de un convenio la reclasificación de mas de un millón de metros, pasarlos de Urbanizables a protección especial, salvando el monte del Calafate de ser urbanizado.

– Aiguarrius: paralización de obras destinadas al uso de hostelería…

Estas actuaciones y algunas más que podríamos citar, unidas a las presiones por parte de empresas y personas muy interesadas en desarrollar proyectos especulativos en Petrer y su término municipal, sí se han encontrado con el rigor de la aplicación de la norma. Como muestra de las presiones recuerdo textualmente las palabras de una de ellas que vino a decir, tras la negativa por nuestra parte de no aceptar el proyecto de reclasificación de una zona rural en nuestro término municipal para la construcción de una zona residencial, “…no se preocupe usted que si no lo hacemos ahora, regresaremos cuando cambie la situación política de este Ayuntamiento”.

Por todo ello y algunas cosas más que podría contar, me resulta indignante e increíble que termine mi paso por este Ayuntamiento con una sentencia que considero totalmente desproporcionada e irracional, y pese a que su aceptación no tendría ninguna repercusión práctica con mi persona, la recurriremos por que además es injusta en su pronunciamiento.

José Antonio Hidalgo López – Alcalde de Petrer 1995-2007