Las miserias del bipartidismo español

El bipartidismo español está anquilosado, podrido y agotado.


Al decir de Ortega, ser de de izquierdas como de derechas es una de las formas de ser imbécil, de caer en el “politicismo integral”. Con ello advertía Ortega del riesgo que conllevan las ideologías, pues, sin que apenas nos demos cuenta, pueden atraparnos en la ciega lealtad a unas siglas. Incluso en una democracia, la lealtad a un partido, a una ideología o a un sindicato puede tornarse en un corporativismo al más puro estilo fascista, y la defensa del interés general deviene en una acción política orientada exclusivamente a los intereses de partido. De ser así, la democracia se estaría alejando, más si cabe, de su sentido etimológico (“poder del pueblo”).

A nuestro entender, el actual régimen bipartidista se acerca peligrosamente a este juego de lealtades, clientelismo y corruptelas…Cualquiera diría que, en lugar de políticos, estamos hablando de los Corleone, los Tataglia, los Barzini y compañía en esa especie de conatus espinosista por aferrarse al poder. Ciertamente, no se trata de familias sicilianas, sino de dos partidos que juegan a lo mismo, a sabiendas de que se necesitan el uno al otro. Así como el Real Madrid necesita al Barcelona (y viceversa), el Joker necesita a Batman, o los nacionalistas necesitan a España, PP y PSOE se necesitan; por paradójico que pueda parecer, sólo así queda garantizado el ejercicio del poder, ya sea desde el Gobierno, ya desde la oposición. Ten cerca a tus amigos, pero más cerca todavía a tus enemigos…

Es por ello que desde UPyD entendemos que el bipartidismo español está anquilosado, podrido y agotado, y que en esa curiosa pantomima del “ahora tú, ahora yo, ahora tú, ahora yo…” quienes salen perdiendo son los ciudadanos ¿cómo? Pues con leyes educativas erráticas, políticas de claudicación frente a los desvaríos nacionalistas y, sobre todo, una deuda pública con la que unos y otros han hipotecado el futuro de las generaciones venideras. Así, unos y otros han participado de la misma estupidez, han derrochado por igual, y han encubierto a sus corruptos, a quienes han tenido la desfachatez de defender en medios de comunicación por el mero hecho de ser colegas de partido o, sencillamente, por miedo a que la deslealtad resultante de no romper una lanza en favor de un camarada de partido dé pie a que éste “tire de la manta”.

Y a este bochornoso espectáculo de circo podíamos asistir perplejos en la época del engañoso crecimiento económico al albur de la burbuja inmobiliaria; ahora, en tiempos de penuria y urgencia económica, esa perplejidad se ha tornado enfado e indignación. Unos están más informados que otros acerca de las causas de esta crisis económica, pero lo que parece evidente es que ya nada volverá a ser como antes; de hecho, sería una mala noticia que todo volviera a ser como antes, eso significaría una vuelta al despilfarro, a la creación de una nueva burbuja, al crecimiento basado en el endeudamiento de instituciones y familias, a las tropelías llevadas a cabo por despiadados tiburones de las finanzas, insensibles a cuantas consecuencias sociales pudieran ocasionar sus disparatadas ocurrencias para ganar grandes fortunas… Mientras tanto, aquí en España volveríamos a los aeropuertos fantasma, los coches oficiales, las cadenas autonómicas al servicio de los caciques regionales de turno, las tarjetas de crédito en manos de miles y miles de asesores nombrados a dedo…No, definitivamente la solución a la actual situación no pasa por volver a aquellos tiempos en los que nos hacían creer que una burbuja, la inmobiliaria, jamás estallaría; al contrario, todo el mundo se tragó el cuento de que el precio de la vivienda subiría indefinidamente.

Y tanto PP como PSOE se quedaron de brazos cruzados, sin ni siquiera prever medidas para reducir el impacto de lo que parecía inevitable; a fin de cuentas, ¿quién se atrevería a hacer el papel de agorero en una época de bajo paro y crecimiento económico? …y ese, precisamente, es el problema, que los intereses al servicio del partido de turno prevalecieron sobre el de los ciudadanos. En definitiva, PP y PSOE, son presos de la imagen de éxito que necesitan proyectar, sí o sí, para perpetuarse en el poder, y de paso lanzar el mensaje de que son los únicos capaces de garantizar estabilidad y prosperidad . Y eso incluye la mentira, el cinismo, el maquillaje de datos o promesas electorales vacuas. No, ciertamente la salida de los problemas que nos atenazan no pasa por volver a la situación previa a la crisis económica…y eso incluye atrevernos a superar, de una vez por todas, el bipartidismo. En UPyD pensamos que ha llegado el momento de abrir una ventana por la que entre aire fresco en nuestra democracia.

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