Éramos muchos los que esperábamos y deseábamos unos nuevos estatutos de COEPA permitieran la modernización y la adecuación, a los nuevos tiempos, de la Confederación. Una nueva regulación que, por fin, pudiera unificar al empresariado para poder trabajar juntos en pro del desarrollo de nuestra provincia que vemos cómo cada día pierde puestos y peso en el ranking nacional, sin que esto preocupe en exceso a algunos dirigentes empresariales. Se nos margina doblemente en las inversiones Estatales y Autonómicas sin que tengamos la capacidad de reacción necesaria para imponer el respeto que debería tener la que siempre ha sido la cuarta provincia de España. Ahora que las nefastas gestiones del desastre nos han situado en un tobogán de descenso, veremos donde termina todo esto.
En los albores de nuestra Constitución, cuando las discusiones de inconstitucionalidad, únicamente se planteaban para demoler las grandes estructuras legales que provocaban atropellos de primer nivel, nadie prestó atención a la barbarie que suponía que un agente social, se pudiera organizar con el modelo de “tanto pagas, tanto votas”. Ahora lo vemos nuevamente, corregido y aumentado, en la propuesta de incrementar los votos de las empresas particulares de los nuevos estatutos de COEPA, haciendo caso omiso del artículo 7 de la Constitución Española, que dice que “su estructura interna y funcionamiento deberá ser democrático”. Servida está ya la democracia de talonario para que, sobre todo las grandes compañías, muchas de ellas suministradoras de servicios básicos, puedan con el dinero que nos arrancan, meter en su bolsillo la voluntad de los agentes sociales.
Pero, en la nueva propuesta estatutaria, el resto del análisis no tiene desperdicio: El Presidente podrá ser vitalicio salvo que él mismo quiera “abdicar”. Sólo falta añadirle que el cargo pueda ser también hereditario y ya tenemos un buen apéndice de “la casta”. Y cuando todos los ciudadanos reclaman transparencia y “buen gobierno” a todos los niveles, desde COEPA, se pretende que los gastos de representación no tengan límite alguno. Así, podrán reconducir al despropósito tan pronto como la “teta” de la Administración Pública, deje de manar sangre de ciudadanos desasistidos y se pueda volver a la política de canapés y brindis.
¡Qué curioso! Cuando todavía no hemos terminado con el proceso de los EREs, dentro de la propia Confederación, sus más altos directivos ya están pensando en cobrar gastos de representación. No sé qué tendrá que decir la plantilla que lleva, habitualmente, cuatro meses sin cobrar.
Otra de las innovaciones estatutarias es la afiliación directa, con voz y voto, de cualquier empresa ó autónomo, en COEPA. Una medida que entra en clara competencia con sus propios asociados ¿Quién va a querer ser socio de cualquier pequeña ó gran asociación? A partir de su aprobación, por el mismo dinero, se puede ser socio de la Confederación y votar directamente en su asamblea, incluso en contra de todo un sector, con la misma o más potencia que todos ellos juntos. Si con esta nueva medida se aplica el “tanto pagas, tanto votas” nos encontraremos con estas paradojas. De este modo, un “expulsado” de una entidad que tenía un solo voto dentro de su asociación, podrá ir directamente a COEPA y “comprarse” quince votos para aplastar la voluntad de la asociación que lo expulsó. Qué gracia tiene que alguien, además, pueda pensar que esto se hará con dinero público, de todos los ciudadanos.
Y, por si no fuera poco, la tan aludida protección de datos para evitar enseñar las cuentas ni la recuerda la propuesta de reforma estatutaria cuando pide a las asociaciones que le entreguen una relación nominal de todos sus socios. Incluso lo mejor será que enviemos un mail a los listados de los asociados, proponiéndoles que pasen a ser socios directamente de la Confederación, donde se vota tranquilamente por dinero y se olviden de las pequeñas asociaciones que sólo les ponen trabas para llegar al poder.
En la nueva propuesta, llena de despropósitos, y a la que hay que añadirle cierta ironía, se echan de menos algunos artículos en su “régimen disciplinario” como: “El Presidente con el dinero público que administra podrá adquirir látigos de varias puntas para azotar a cualquier súbdito que de palabra o gesto pueda disgustar al magnánimo o a su corte”. No hacía falta gastarse 12.000 € de dinero público en redactar este atentado contra la libertad, algún “Maduro” podría haberlo redactado gratis, unos buenos estatutos “Bolivarianos” con el mismo talante político. La única respuesta de la sinrazón a la crítica constructiva y la exigencia del cumplimiento de las leyes, es la opresión y el aplastamiento de la opinión disidente.
Y asi, se cierran las reformas estatutarias de futuro. Una gran oportunidad perdida, puesto que a partir de su implantación, en el formato rodillo de siempre, se exigirá que dos tercios de la asamblea, incluso de los que no asistan, lo aprueben. No como hasta ahora que era suficiente con una mayoría de los presentes. Un verdadero cerrojo a efectuar ninguna reforma más, dejando esta aberración estatutaria, para el fin de los tiempos. Desgraciadamente es muy posible que el fin no esté muy lejos. Esperemos que el tsunami que se enquista en el balance de COEPA desde hace años no cierre las aguas antes y pille dentro a todos los crédulos de que con los nuevos estatutos podrán librarse de responsabilidad, según dicen ellos mismos. Sin comentarios.
La genuflexión será el verdadero movimiento empresarial, ya está escrita la hoja de ruta. La falta de estrategia, de quien intenta solucionar los problemas de su nefasta gestión económica tapando las bocas de quienes verdaderamente quieren una nueva Confederación sin servilismo, basada en la unidad, en el compromiso y en la independencia, es tan grande que imposibilitará la verdadera unión de los empresarios.
Para quien pudiera estar interesado, la reforma estatutaria ya aprobada en CEPYME Alicante es totalmente lo contrario a todo esto: ni mandatos vitalicios, ni gastos de representación, ni expulsión por decir lo que no sea correcto. Transparencia, independencia y trabajo es lo que verdaderamente necesita una organización que quiera liderar al empresariado de la Provincia de Alicante.
Por Cristóbal Navarro Saez, Presidente de CEPYME Alicante. Vicepresidente de COEPA.