Parecía que esta mañana, por fin, rompería a llover. Lo anunciaba la previsión meteorológica y después parecían confirmarlo las sensaciones a pie de calle, con temperaturas más frías que las recientes y los cielos encapotados. Pero no, ni por esas. Un amago, un chispeo es todo lo que hemos visto. A poco más de una semana para que el invierno de paso a la primavera, parece que la estación se va a cerrar con los datos pluviométricos más pobres de los últimos años.
De hecho, os dejamos una comparativa con los datos del último lustro, con los datos (l/m2) de la estación meteorológica municipal de Ferrusa, que precisamente en este 2014 cumple 20 años:
21 a 31 de diciembre | enero | febrero | 1 a 20 de marzo | total | |
2013-2014 |
8,5 |
6,5 |
0,9 |
0,0 |
15,9 |
2012-2013 |
1,7 |
7,3 |
31,8 |
43,4 |
84,2 |
2011-2012 |
0,4 |
15,5 |
6,8 |
50,0 |
72,7 |
2010-2011 |
12,6 |
23,1 |
8,8 |
57,5 |
102,0 |
2009-2010 |
44,4 |
44,8 |
28,1 |
32,7 |
150,0 |
Es decir, estamos ante un invierno en el que ha llovido hasta casi cinco veces menos que en el peor año de estos últimos cinco. De la serie expuesta, vemos como este 2014 ha sido el trimestre menos lluvioso también mes a mes. La lluvia de febrero ha sido testimonial y este marzo no se ha estrenado, así que la sensación de sequedad es todavía mayor.
Queda, como decimos, ocho días para acabar el invierno y una buena lluvia puede dulcificar estos paupérrimos registros, aunque las predicciones no apuntan al optimismo.