Color, alegría, bailes, música, tímidas sonrisas y pasos desacompasados protagonizaron un año más el primer desfile de los Moros y Cristianos de este 2013, dedicado a los pequeños de la fiesta y, por supuesto, a sus rodelas. Un acto que comenzaba a las once y media de la mañana de ayer desde la plaza de España y que estuvo arropado, durante todo el recorrido- de unos 40 minutos de duración-, por el calor de los espectadores, atentos a cada movimiento de los pequeños festeros.
La comparsa Beduina- que este año conmemora sus primeros 50 años de vida- fue la encargada de abrir paso al bando moro con un boato que recreó un zoco beduino capitaneado por un niño montado en un camello. Fue una vez más el Ballet de Dori Andreu el encargado de poner las danzas de la apertura a ritmo de la colla «El Terso» preparando el ambiente de cara a las filas de las cinco comparsas de la media luna, que estuvieron precedidas de 30 niñas con trajes de rodelas beduinas de años anteriores, como guiño a todas las pequeñas que han ocupado el cargo a lo largo de la historia de la comparsa.
El bando cristiano llegó precedido por el tradicional Caracol de la comparsa Marina, a cargo del boato, y por su barco, acompañado de todos los banderines que anunciaban la inminente presencia de las filas cristianas. La joya del desfile infantil llegó como cierre del mismo: era el momento de las rodelas, las del pasado año, que se despedían de su cargo desde sus palanquines, y como no, de los pequeños ángeles de este 2013, que no dejaron de saludar desde la carroza mayor que las paseó por el itinerario organizado hasta culminar en la calle Sancho Tello, desde donde partieron todas ellas hacia el Teatro Cervantes, que acogió con éxito, y por segundo año consecutivo, el acto en el que se las homenajea.
Homenaje a las rodelas
El pasado año, la presidenta de la Unión de Festejos, Teresa Villaplana, sugería en pleno homenaje a las rodelas la posibilidad de hacer del Teatro Cervantes el escenario anual de este emblemático acto. Y parece que ha sido así, pues por segundo año consecutivo, el espacio cultural petrerí servía de marco del adiós de las rodelas de 2012 y de la bienvenida de las de este año. Un acto el de ayer que resultó ágil y muy entretenido para los pequeños de la fiesta, con coreografías del grupo de teatro de la concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Elda y con el musical «El rey león», interpretado por la Falla Huerta Nueva. En definitiva, un gran preludio para preparar el alma de los petrerinos y petrerinas de cara al jueves, cuando den por fin comienzo las fiestas en honor a San Bonifacio.