Después de un año convulso en las relaciones entre la policía local y el ayuntamiento, en que los sindicatos policiales han reclamado por activa y por pasiva más medios y personal, y con episodios para la historia, como el día que se personaron el alcalde, el edil de policía y el intendente jefe en las casas de seis policías que se encontraban indispuestos para acudir al trabajo (el 80% de los miembros del turno ordinario), el 2010 ha empezado con la misma tensión y enfrentamiento.
Esta misma semana los sindicatos policiales, el SSPLB y el SEP, denunciaron que llevaban dos meses sin poder realizar controles de alcoholemia “por falta de personal y medios”. Concretamente hicieron saber que carecían del aparato adecuado para ello, un etilómetro, porque el ayuntamiento no ha querido adelantar a la empresa proveedora los 200 euros que vale la reparación del aparato medidor y que la empresa ha exigido para su entrega. Hace un mes, dimos desde la publicación la exclusiva de que las denuncias de la policía local en materia de infracción de tráfico habían descendido un 80% durante el año pasado, algo realmente extraño si tenemos en cuenta, además, que el ayuntamiento puso en marcha una Unidad de Atestados, vehículo reglamentario incluido, para tal fin. Los sindicatos han explicado este descenso en la cifra de denuncias por lo que viene sucediendo “desde hace ya demasiado tiempo”, confesando que están hartos de que sus reivindicaciones “de medios y personal” no se tengan en cuenta, y saliendo periódicamente a la prensa para denunciarlo. A pesar de ello, el problema persiste, y prueba de ello, aseguran, han sido, por ejemplo, la última cabalgata de Reyes Magos en los que tan sólo participaron “siete agentes, dos abriendo el desfile, dos cerrándolo, y otros tres en puntos de corte del tráfico”, por catorce efectivos de Potección Civil, “que no pueden por ley ni preparación asumir las competencias de la policía”. No sólo eso, durante el desfile “sólo una unidad quedó operativa para el resto del municipio”, con lo que la desatención y la capacidad de maniobra ante cualquier emergencia “es total, porque no somos los suficientes”.
Los sindicatos policiales se han referido también a la patrulla nocturna, que en un día ideal destina seis agentes para tal cometido, de los que tan sólo cuatro están en la calle, y en muchas ocasiones, cuando hay bajas y permisos “queda reducida a una sola patrulla”. Desde los sindicatos han asegurado en todas las ocasiones que se ha hecho público este conflicto que “la intención de la policía local es servir a la ciudadanía con todas las garantías; garantías que, lamentablemente, por causas ajenas a nuestra voluntad, no podemos ofrecer”. Se han preguntado, además, “¿dónde está la seguridad, como pilar básico de su gestión, prometido por el ayuntamiento? Desde chalecos antibalas a etilómetros, tenemos que pelear incesantemente para disponer de los más elementales medios para el trabajo”.
La versión del ayuntamiento
La respuesta del edil de policía, Óscar Payá, no se ha hecho esperar, y como en anteriores ocasiones, ha vuelto a rechazar las denuncias de falta de medios y de personal, a los que ha vuelto a calificar como “más que suficientes para realizar su labor”. Igualmente, ha entrado en materia y ha acusado de “mentir malintencionadamente” a los sindicatos, sosteniendo que la labor de reparación y calibrado del etilómetro cuesta 710 euros y que “no se ha pagado porque no se ha recibido la factura”. Asimismo, ha lamentado, con estas palabras, que “uno de los delegados sindicales eligiera la tarde de la Cabalgata de Reyes para coger las horas sindicales que les corresponden. Si no se hubiera ausentado este delegado sindical hubiéramos tenido una patrulla más en la población», pero ha señalado que, no obstante, con una patrulla operativa en el resto de la población se cumple con la legalidad establecida. Ha finalizado sosteniendo que «todos los datos que ofrecen los sindicatos policiales no son veraces y lamento la falta de responsabilidad de algunos policías por crear una alarma innecesaria entre la población».