El buitre leonado (gyps fulvus), una de las mayores rapaces europeas y con una envergadura que incluso supera la del águila imperial ibérica,  sobrevuela cada año nuestro territorio entre finales de octubre y principios de noviembre. Este fin de semana, precisamente, bandos de treinta, cincuenta y hasta ochenta ejemplares se han visto en la Sierra de Búho y en el Alt de Peret.

En su ruta migratoria, que las lleva desde los Pirineos, el Macizo Central Francés y Centroeuropa hasta las cordilleras marroquíes del Atlas -y a veces más allá, hasta Senegal-, nuestras montañas son un lugar de paso. Suelen posarse varias horas en los enclaves descritos, hasta que una corriente ascendente los eleva de nuevo y se reincorporen a su viaje. Eso fue lo que tuvimos ocasión de contemplar este pasado domingo, cuando el mayor bando avistado este fin de semana, en torno a los ochenta ejemplares, se dejó caer en el Alt de Peret sobre las doce del mediodía.  El espectáculo duró alrededor de una hora, momento en que la mitad del bando se marchó dirección oeste, posiblemente hacia la Sierra del Carche (Jumilla), siguiente parada en su viaje. Al rato, el resto del bando se encaminó en la misma dirección.

Ximo Navarro, uno de los más veteranos ornitólogos de la población, nos ha contado que lleva viéndolos, año tras año, desde hace casi tres décadas. “En el lugar donde más tiempo pasan en plena migración es en las costas andaluzas, porque han de medir bien el día que pasan El Estrecho, han de darse las condiciones adecuadas. No obstante, es un placer poder verlos cada año en nuestro término, a pesar de su breve estancia”. Estén atentos porque es normal que aparezcan más bandos en los próximos días; el espectáculo es digno de verse.