Un año después del anillamiento

Una, entre las muchas actividades que venimos desarrollando la Asociación de Amigos del Valle de L´Avaiol, ha sido el anillamiento de aves para el control de especies y del movimiento migratorio de las mismas.

Para ello, los equipos de especialistas, al frente de ellos Toni Zaragozí y Óscar Aldeguer,  se desplazó en distintas ocasiones a la finca de nuestro Presidente Luis Villaplana, en el Valle de L´Avaiol, para llevar a cabo unas jornadas de anillamiento, que fueron todo un éxito. Hoy, año y medio después de estas acciones, he fotografiado algunos ejemplares que anillamos en aquella ocasión, mostrando así, finalmente, la utilidad de este censo de aves para contextualizar su presencia y estudiarlos con mayores garantías.

En el vídeo que con todo interés he preparado, y en este texto, repasamos las técnicas que empleamos y nos acercamos de forma cronológica al trabajo realizado.

Se eligió en esta ocasión el hide de “La Bañera”, al que se rodeó de unas redes de hilo finísimo, que a las aves les resulta muy difícil ver volando, en su camino hacia la comida o el agua, a las que están habituadas. Estas redes no le causan daño alguno, cuando quedan atrapadas.

A unos cien metros, y fuera de la vista de ellas, montamos el equipo de trabajo, consistente en unas mesas de camping, donde se colocan los instrumentos precisos: formularios para la recogida de datos, regletas para toma de medidas, balanza electrónica para el pesaje, juego de anillas de diferente medidas, alicates especiales para la colocación de estas anillas y unas viandas con bebidas refrescantes para hacer mas agradable el trabajo.

Cada veinte o treinta minutos, vamos al hide y recogemos con todo mimo, a pesar de los picotazos que a veces nos propinan las aves, a los visitantes que van a ser protagonistas de estudio, clasificación y anillamiento.

Una vez en nuestro improvisado y sencillo puesto de trabajo, se inspecciona exhaustivamente al animal, tomando nota de sus características: especie, sexo, edad aproximada, medidas del cuerpo, alas, cola, color del plumaje etc. A continuación se pesa en la balanza electrónica de alta precisión, hay que tener en cuenta el poco peso de estos animales.

El pesaje se lleva a cabo de una manera curiosa: se coloca el animal cabeza abajo dentro de un tuvo de plástico, para que se mantenga quieto y a continuación se pesa todo el conjunto, descontando el peso del tubo.

Finalmente se le coloca una anilla del diámetro adecuado al tamaño del animal y se ajusta con los alicates especiales para ello. La anilla lleva gravada los datos de identificación correspondientes al lugar y fecha donde ha sido anillado, a fin de controlar su viaje de migración en sus traslados  a otros lugares.

Finalmente y con todo el cariño del mundo, se dejan en libertad.

Como curiosidad, meses después, incluso al año siguiente, hemos hecho fotos en este mismo hide, donde se han conseguido animales en libertad, anillados. Todo ello lo podemos ver en el siguiente vídeo-reportaje.

 

 

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