Miguel Verdú es el protagonista de Bandera sobre la cumbre, Shelkaga-ri. Y Juan Manuel Maestre, el escritor que ha plasmado en esta obra una historia de amor contada entre montañas, a través de un viaje que lleva a su protagonista a encontrarse con una parte de su alma. Una novela ambientada en el mundo montañero diferente a las que pudiera encontrarse cualquier lector amante de este tipo de aventuras, pues el estilo con que está escrita es muy sencillo, huyendo de tecnicismos que pudieran ralentizar una cómoda lectura. Se trata pues, de una de las pocas obras publicadas que giran en torno a relatos montañeros de ficción, pues la mayoría de publicaciones de este tipo relatan hechos ocurridos en la realidad o reseñas de rutas o ascensiones. Es por ello que no resulta necesario que el lector que se embauque en esta obra sea todo un experto o gran amante del montañismo.
Como punto fuerte de la novela se encuentra, además de la propia trama, el conjunto de ilustraciones que acompañan esta apasionante historia, obra de Helio Villaplana Planelles, quien ha empleado la técnica a vuela pluma para plasmar imágenes que permiten acercar al lector al mundo visual de la montaña.
Bandera sobre la cumbre, Shelkaga-ri, cuenta el trayecto que un alpinista, Miguel Verdú, emprende en solitario para lograr la ascensión de una montaña de 7000 metros de altura, Shelkaga-ri; un viaje que pone en marcha en un momento de su vida en que el desencanto impera su día a día y la desaparición de valores por los que ha luchado se van esfumando. Toda una aventura la que experimenta el montañero, donde el lector advertirá diversas fases de pensamiento y emociones por las que pasa el protagonista, de quien emergerán sus más nobles sentimientos en un trayecto vital que lo conducirá hasta encontrarse con el trocito de su alma que habita en lo alto de la montaña por la que asciende.
El lector encontrará en esta obra una bella historia de amor humano entre el protagonista y una inglesa que busca a su marido desaparecido. Pero también hallará la historia de amor sobrehumano entre el alpinista y la propia montaña.
Es ésta una obra donde se reflejan muchos de los sentimientos que el autor de la misma ha experimentado en primera persona en sus aventuras por las montañas, pudiendo configurarse Miguel Verdú como la extensión literaria de Juan Manuel Maestre, pues en el personaje ficticio se hallan plasmados la particular forma de vivir del escritor así como su forma de sentir la montaña, en la que, según el autor, “no debe existir el individualismo ni la rivalidad entre montañeros”, consejo que puede trasladarse a la vida real.
Juan Manuel Maestre, como el propio protagonista de su historia, es todo un amante de la montaña. Presidente de la asociación Cuentamontes, ha organizado y participado en numerosas expediciones de Alta Montaña a cordilleras de Asia, Europa, África y América del Sur. Hoy en día, este eldense, ya jubilado laboralmente, sigue siendo un hombre muy activo y polifacético en su vida diaria.
Bandera sobre la cumbre, Shelkaga-ri es la primera novela de Maestre, aunque no su primera obra publicada, ya que cuenta con dos anteriores, así como con colaboraciones en algunas otras. En 2006 lanza “Mi primera expedición”, obra a la que siguió “Daniel Esteve. El hombre y la montaña”, escrita junto con Daniel Esteve Poveda. “Dos Poetas de Petrer”, “Versos para una mochila”, y “Reflexiones sobre el Parque de Montaña Daniel Esteve”, son otras de las obras en las que el eldense ha colaborado con su granito de arena. También ha participado en “Las historias visuales de Elda” con sus trabajos “Espíritu Alpino” y La Historia de la escalada en Elda”, así como en los tres libros publicados de la asociación Cuentamontes, resultado del Certamen Literario de Cuentos y Relatos de Montaña que el propio Maestre impulsó, siendo éstos “Cuentamontes 2008” “Cuentamontes 2009” y “Cuentamontes 2010”.
Su labor en el mundo de la escritura ha sido reconocida en varias ocasiones así como también lo ha sido en el ámbito de la imagen. En cuanto a su obra escrita, Juan Manuel Maestre obtuvo el Segundo Premio consecutivamente en dos ediciones de los premios Pyrenaica con sus obras “El cantal de la Berenjena” (2007), y “El último ochomil”, en el 2009. En el terreno de la imagen ha sido premiado como “Mejor realizador de cine de aventura”, distinción obtenida junto a Lorenzo Herrero en el festival internacional SPELEOCINEMA-90 por “Lepineux, el primer Eslabón”. También se alzó con el premio Federación Española de Montañismo, “Mejor realizador español de cine de montaña” en el Festival Internacional Vila de Torelló en 1991, con el reportaje “Ruwenzori, más allá de las nubes” grabado en África.
Por otra parte, la última obra de Juan Manuel Maestre Bandera sobre la cumbre, Shelkaga-ri será presentada este fin de semana en Petrer y Elda, acogiendo el salón de Actos del Centre Cultural petrerense esta presentación el sábado 16 de abril a las 19:30 horas y la sede de la Fundacion Paurides el domingo a las 19:00 horas.
En Petreraldia.com, publicación con la que Juan Manuel Maestre colabora habitualmente, además de con otros medios del Valle, hemos tenido ocasión de charlar con el autor en una entrevista en la que estuvo acompañado por el ilustrador de su obra, Helios Villaplana. Ambos nos han acercado a la novela así como al mundo de la montaña, la literatura y la ilustración.
Mi mas sincera felicitación a Juan Manuel Maestre por la publicación de su primera novela «montañera» y a Helios , mi padre, quien a sus 94 años cumplidos hoy mismo , ha sido capaz , de dibujar a «vuela pluma» unos sencillos bosquejos interpretando a su manera la novela.
Felicito a Juan Manuel por su novela, me gusta lo que dice sobre el espíritu montañero. Felicito a mi padre por su entusiasmo, por su entrega y por haberme transmitido ese amor por la montaña y la naturaleza.La expresividad y sencillez de sus dibujos reflejan la sencillez y humanidad de este hombre
FELICIDADES!!!!!
Felicidades a Helios que con sus 94 primaveras conserva toda la belleza de su nobleza y sano carácter.
Sin haberla empezado a leer te felicité, pero ahora que ya voy por la página 107 solo puedo decir que estoy «ENGANCHÁ», y que voy a tener que dosificarla para que no se me acabe…
Gracias Consue. No sabes cuanto necesita un autor saber si lo que hace está, como mínimo, aceptable que es que se entienda, que entretenga y que reafirme las propias convicciones del lector, señal de que el pensamiento humano es universal.
Espero sigas disfrutandola.