Texto: Carmen Herrero Pardo Fotos: Antonio García Villaplana
Para llegar desde Petrer hasta las tierras de La Manchuela, y al pueblo de Alborea (711 msnm) en la provincia de Albacete; hay que cruzar la extensa llanura por donde sucedió la Batalla de Almansa, y descender por los preciosos valles de Ayora, Jalance y Cofrentes. Desde allí se va ascendiendo hacia a la Meseta Manchega en dirección Casas- Ibáñez, y el paisaje agreste que pone fin a la gran llanura nos muestra sierras imponentes, ocultos castillos, paisajes volcánicos y ramblas frondosas que van descendiendo hasta el río Cabriel. Ya arriba, aparece el llano inmenso de La Manchuela donde los extensos campos de cultivo lo cubren todo, y las pequeñas aldeas aún habitadas van apareciendo… La Balsa de Ves, El Viso, Pozohondo y Cantoblanco.
Estaremos entrando en Alborea y su alredorá ( forma de nombrar los alrededores que tienen en Alborea) a escasos km del suave descenso por la villa de Casas de Ves.
El pueblo aparece de pronto en lo alto de un pequeño cerro, con el extenso llano al fondo que se rompe al norte por el río Cabriel, y al sur con el Júcar. Sus fronteras se reparten entre Requena (Valencia) y los pueblos albaceteños de Villatoya, Casas de Ves, Casas- Ibáñez, Alcalá del Júcar y la aldea de Zulema. El origen del nombre de Alborea es: Al- Burayat, torrecilla en árabe. El núcleo urbano fue creciendo pegado a una torre musulmana (VIII), construida para vigilar la vía de comunicación con el levante peninsular, siendo en el siglo XVI puesto aduanero del paso a Castilla. Junto a la torre, su une el edificio de una gran iglesia de bóveda ochavada. De la antigüedad de sus habitantes informan, varios yacimientos prehistóricos, un puente y restos de la calzada romana se conservan cerca de la población.
Su devenir histórico se consolida con el rey Alfonso VIII quien ocupó, repobló y ordenó jurídicamente estas tierras a partir de 1211, según el fuero de Cuenca. Quedó convertida en una pequeña aldea dependiente del concejo de Alarcón, y la riqueza del lugar vinculada al Señorío de Gonzalo Ruiz de Atieza. En 1226, por un privilegio de Alfonso X, se configuró el concejo de Jorquera agregándose al mismo la aldea de Alborea. Y con posterioridad pasó a integrarse en el gran conjunto del Señorío de Villena, y estuvo bajo su dominio hasta el siglo XIX en el que alcanzó su autonomía municipal, dejándose de ser un lugar de Señorío, y sin término.
Las gentes de Alborea han sido siempre emprendedoras, desde los tiempos antiguos ya vendían patatas y azafrán a Valencia, mantienen en la actualidad una excelente artesanía de la forja y pronto tendrán el primer vivero de azafrán en colaboración con la Fundación Valeriano Gonzalez de Albacete. Y sobre la historia reciente, aquí nació Vicente Cañas, el cura que cambió su vida, se hizo indio, y se llamó Kiwxí. Y luchó hasta ser asesinado en la selva, por la justicia social y los derechos de los pueblos indígenas. Después de estas notas de historia local, merece la pena acercarse a visitar la Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad (XVI), más conocida como La Catedral de La Manchuela; dadas sus destacables dimensiones y su complejidad arquitectónica, ya que siendo de concepción inicialmente gótica – con una gran bóveda de crucería-se le añaden elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos. La iglesia tiene un ábside muy colorista y siempre choca mucho al visitante que la patrona del pueblo, la virgen de la Natividad sea una niña pequeña en su cuna.
Después podemos disfrutar también por estas tierras, de un rico patrimonio gastronómico y enológico, donde destacan: embutidos, gazpacho manchego, atascaburras y pisto, acompañado de un buen pan y vino del lugar. La gama de vinos es muy variada, los blancos con toda la tipicidad aromática de la variedad Macabeo, los rosados típicos de la variedad Bobal, y tintos producto de la combinación adecuada de las variedades Bobal y Cencibel. El entorno está formado por pequeñas explotaciones, (majuelo, tierra donde se cultiva la vid) casi todas en vaso de secano, con un viñedo de edad alta y centenario, practicando una viticultura muy tradicional con bajas producciones y escasos tratamientos que garantizan el carácter natural y ecológico del producto. En la actualidad dos bodegas: Cooperativa San Isidro y Bodegas Pardo, se esmeran por producir buenos caldos.
El entorno natural de Alborea alberga espacios de gran valor ecológico y paisajístico como el bosque Mediterráneo y de Coníferas que salpican con encinas, enebros y madroños los montes en galería que discurren paralelos a los flujos de agua y al río Cabriel. Por este espacio discurre el sendero homologado AB-PR 08, que desciende hasta el río donde se puede, después de la marcha y con buen tiempo disfrutar de un buen baño en las cristalinas aguas del río.
El inicio del sendero se encuentra junto al Puente Romano que se conserva a la salida del pueblo. Desde la llanura a la depresión del río, 13 km donde los paisajes naturales van cambiando para sorpresa del excursionista.
En el término existe un pequeño humedal por el que discurre el arroyo de La Cañá que riega antiguas huertas. En La Cañá se ha habilitado una amplia zona de esparcimiento y recreo, junto al histórico edificio del Lavadero y la Ermita de la Virgen del Carmen de reciente construcción.
Otros espacios naturales para practicar senderismo son la Laguna del Peñarcón AB-PR09, Las Torrecillas en Los Vallejos o algunas de las singulares casas de campo que en Alborea llaman Huertas, que aún se mantienen por los entornos de La Ceja (zona donde acaba la Meseta y se inicia el monte hasta llegar al río) En todos los territorios la fauna es abundante y diversa: Ardachos, liebres, perdices, cangrejos y un largo etc.
El extenso llano estepario en Alborea, ofrece cada amanecer y atardecer, y cada cambio de estación, un espectáculo único que recarga de energía a quien sabe contemplarlo, porque el paisaje natural produce salud psicológica.
Los majuelos y bancales de esta estepa de fértil tierra, guarda el legado de la antigua arquitectura popular de los Chozos.
Y como en la Alredorá de Alborea hay mucho más por conocer y disfrutar…… pues mejor pasar unos días por esta comarca y ¿donde mejor que en el Hostal Artiga?, edificio modernista con mucho encanto y puro sabor alboreano.
Porque en los ríos se pueden practicar descensos, rutas en canoa, raftin, y senderismo por el Parque Natural de la Hoces del Cabriel. Practicar un atractivo turismo cultural visitando el Balneario y Baños en Villatoya, el pueblo abandonado de la Villa de Ves, con su santuario del Cristo de La Vida (XVI) construido justo al borde del enorme precipicio del Tranco del Lobo sobre el río Júcar, y donde por una trampilla se desciende a unas profundas criptas con algunas momias. Podremos también conocer el Itinerario de Antonino y el tesoro ibérico de “La Vajilla de Plata” en Abengibre. Visitar un antiguo cazadero prehistórico “El Galyo” y practicar espeleología en la “Cueva del Niño” en Fuentealbilla. Disfrutar de encanto del conjunto arquitectónico monumental de Alcalá del Júcar, y de la fortificada villa de Jorquera……..porque estamos en la Mesopotamia Manchega, una comarca formada por 25 municipios y sus alredorás espacios con mucho privilegio y encanto, que vale la pena descubrir y disfrutar. Desde este pequeño rincón virtual os invito a visitar www.visitaalborea.com, una página que gracias al trabajo de Pedro Serrano Reig, nos informa en un formato muy atractivo y didáctico de cuanto podemos encontrar y disfrutar por estas tierras. Y para finalizar este viaje, que deseo os anime a visitar La Manchuela queridos lectores/as os contaré que para mí, ha sido un placer hacerlo, porque esta es la tierra donde yo nací.
Precioso reportaje Carmen,puedes estar orgullosa de tu tierra,se nota el cariño que sientes hacia ella,a ver si puedo visitarla estas vacaciones de verano.Un abrazo Carmen y a ver si nos vemos pronto por el campo,SALUDOS…..
Enhorabuena por tu artículo sobre Alborea, tu tierra y la mía, has sabido retrartarla tal como es, te doy las gracia a título de alboreano, por dar a conocer y promocionar nuestra tierra, nuestro pueblo. Hay poca gente que lo hace. Te felicito. Un saludo.
precioso ,mil recuerdos de mi infancia en alborea cuando pasaba los veranos y las navidades con mis abuelos,me encanta !!»!
Carmen me ha encantado el artículo sobre un pueblo único como es Alborea, un parte de mi familia materna eran de ahi y continuamos corservando la casa, un saludo desde Alicante
Soy nieta de Maria la zulemera, me encanta Alborea, sigo yendo todos los años para pasar unos dias, mis padres tienen una casa al lado del pozo y suelen pasar temporadas ahi para semana santa, verano y fiestas del pueblo, y si se tercia para sacar la rosa del azafran.
ME HA ENCANTADO.GRACIAS