La Violeta de Cazorla

Aunque estoy vinculado a Alicante desde el año 1963, mis orígenes son andaluces y más concretamente de Jaén. He creado junto a Carmela una gran familia, compuesta de cuatro hijos y cinco nietos y hemos echado raíces para bien en estas tierras. Pero como a tu tierra no se le puede olvidar nunca, sobre todo si es tan bonita como la mía, me he propuesto traer un poco de ella hoy aquí, tratando en este sencillo artículo, de algo relacionado con el mundo natural, y que, dentro de nuestra colaboración en la Asociación de Amigos del Valle de L´avaiol, creo que puede ser interesante para quien no conozca lo que voy a presentar.

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Se trata ni más ni menos de una flor: La Violeta de Cazorla, catalogada científicamente como La Viola Cazorlensis. Es una flor sencilla, humilde, pequeña, muy pequeña, tanto es así que no supera el tamaño de la uña del dedo pulgar, pero de una belleza y un colorido indescriptible, si no se la conoce al natural o en fotografías.

Pero que puede tener esta flor de particular para que haya recorrido en dos días más de ochocientos kilómetros, con el sólo fin de fotografiarla un año más.

Pese a su sencillez, tiene algo muy especial de la que ella se siente orgullosa, y cuando florece, lo hace altiva, elegante y única. Esto es precisamente su gran valor natural y científico: Es una flor endémica que sólo existe, a nivel mundial, en la Sierra de Cazorla, Segura y las Villas, en la provincia de Jaén. Estas sierras forman el parque natural más grande de España, con una extensión que supera las 214.000 Hectareas.

Fue descubierta en el año 1902 por el botánico francés Michel Gandoger, en las estribaciones del monte Gilillo, concretamente en el paraje conocido como La Fuente del Tejo, a unos 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar.

Esta bella flor de un color rojo encarnado con matices violáceos crece en unas matas pequeñas almohadilladas, a partir de los 1.200 metros, en roquedales, fisuras calizas y en general en lugares de no muy fácil acceso, lo que la hace estar protegida del acoso de los animales salvajes que tanto abundan por aquellas sierras, ciervos, gamos, muflones, cabra hispánica etc. y a los que les gusta con delirio.

Tiene, entre sus rasgos morfológicos, y que la diferencian del resto de las violetas, un pedúnculo en la parte de atrás, semejante a un espolón, que llega a alcanzar 3,5 centímetros de longitud, en el que se produce el néctar que los insectos liberan para llevar a cabo la polinización. Otra característica de esta flor es que, de sus cinco pétalos, solamente el de la parte inferior tiene una pequeña mella. Como si de una mordida se tratara.

Así que, con la ilusión de otros años, esperando el banderazo de mi amigo Carlos Gallego, botánico del Jardín Botánico de la Torre del Vinagre, que telefónicamente estábamos en contacto para confirmar el momento álgido de la floración, ya que, al igual que en nuestros montes de Petrer, la primavera ha venido retrasada, la semana pasada me confirmó la buena nueva, aunque en las partes más alta de la sierra, rondando los 2.000 metros, no habían florecido todavía.

Animado por sus comentarios que, en las partes donde habían florecido,  lo habían hecho de una forma exuberante, dada la gran cantidad de agua que hemos tenido este invierno, no lo pensé dos veces y el viernes pasado preparé todos los pertrechos y allá que me lancé a la aventura de fotografiar una vez más a esta maravilla de la naturaleza, de la que cada vez estoy más enamorado.

Aprovecho, ya que estoy aquí, para dar mi opinión de las dos rutas que puedo recomendar para llegar a estas sierras, por si alguien se animara a visitarlas, aunque sólo sea por conocerlas, ya que merece mucho la pena.

La más cómoda es: Alicante – Murcia – Hellin (hasta aquí todo autovía) – Elche de la Sierra – Riopar – Siles – Benatae – Orcera – Cortijos Nuevos y entrar a la sierra por el Pantano del Tranco.

La segunda alternativa sería: Alicante – Murcia – Caravaca de la Cruz (hasta aquí todo autovía) – La Puebla de Don Fadrique – Santiago de la Espada – Pontones (con el nacimiento del Rio Segura) – Hornos y entrar a la sierra por el mismo sitio que la otra ruta, por el Pantano del Tranco.

Los dos itinerarios son prácticamente iguales en cuanta a distancia, unos trescientos kilómetros hasta el Pantano del Tranco; después cada cual puede hacer todos los kilómetros que quiera dentro de la sierra, porque motivos los hay por doquier. Pero si bien el primero es más cómodo, el segundo, sobre todo a partir de la Puebla de Don Fadrique en adelante, es de una belleza paisajística indescriptible. Esta ruta no es aconsejable para los propensos al mareo en curvas, porque curvas hay de todos los colores, lo normal en alta montaña, donde se llegan a alcanzar casi los 2.000 metros de altura. Pero bueno la montaña es así, y quien no quiera curvas ahí tiene la Mancha.

En mi caso, aunque suelo entrar por uno de los sitios y salir por el otro, subí por el segundo, porque el salvajismo de esos lugares, sin encontrar un coche en todo el camino, y aprovechando para hacer magnificas fotos, bien merece la pena sufrir un poco con las curvas.

Me he referido en los dos casos, al pantano del Tranco como punto  común en cuanto a la entrada a la sierra. Es mucho lo que podría hablar de este embalse, pero no siendo motivo principal de este artículo, sólo voy a resaltar un par de detalles, para que se conozca esta magnífica obra que está en funcionamiento desde el año 1945 en que se inauguró, y donde el rio Guadalquivir encuentra su primer descanso, después de haber recorrido sus primeros sesenta kilómetros. A propósito, los que nos sentimos orgullosos de que este rio nazca en nuestras tierras, lo consideramos tan bonito que decimos que, Dios hizo al rio Guadalquivir para lucirse haciendo ríos.

Este pantano, además de cumplir sus funciones de abastecimiento de agua y regadíos, es una de las centrales hidroeléctricas más importantes de España, suministrando energía eléctrica a media Andalucía.

Su capacidad es superior, nada más y nada menos, que a los 500 millones de metros cúbicos, lo que le convierte en uno de los grandes pantanos de España.

Y como remate, en años como este, donde se encuentra al 95 % de su capacidad, la cola del embalse llega a alcanzar los 23 kilómetros de longitud, desde la presa.

Otro aspecto interesante de estas sierras es la gran cantidad de historias y leyendas que en torno a ellas se han forjado. Como botón de muestra voy a relatar una, que tiene una gran relevancia por su alto contenido “histórico”. Se trata del Puente de las Herrerias. Este puente, que se conserva en perfecto estado, se encuentra sobre el rio Guadalquivir a tan sólo ocho kilómetros de su nacimiento, discurriendo sus aguas, inimaginablemente cristalinas, camino de la Cerrada de Utrero, para más tarde, después de atravesar toda la sierra, llegar hasta la presa del Pantano del Tranco.

Pues bien, cuenta la leyenda que este puente fue construido en una noche para que atravesara el rio la reina Isabel La Católica, cuando se dirigía, en la lucha con los sarracenos, a conquistar Baza.

La credibilidad de esta leyenda la dejo al libre albedrio de quien esto lea, pero lo cierto es que, verdad o no, la historia no deja de ser bonita.

También se cuenta que, en esta misma campaña, los caballeros de la reina herraron los caballos al revés para hacer creer a los moros que iban en una dirección contraria a la que en realidad se dirigían. Esto es más fácil de aceptar, ya que en aquellos tiempos también había grandes estrategas. Bueno lo dejo aquí, no sin antes animar a cualquiera que no conozca la Sierra de Cazorla, Segura y Las villas, a hacerlo en cuanto tenga ocasión. Seguro que no se arrepentirá.

Saludos de este Jiennense, alicantino de adopción.

4 thoughts on “La Violeta de Cazorla”

  1. Magnifica colección de fotos de LA FLOR DE NUESTRA SIERRA DE CAZORLA. ¡Enhorabuena por el reportaje!, que, como siempre que hablas de estas sierras, lo haces desde el corazón y el sentimiento que te producen. Mezclando, a la vez, unas pinceladas de tus amplios conocimientos sobre esta sierra y la Naturaleza en general.
    Te animo a seguir adelante en tu labor de divulgación y amor a la madre Natura.
    F. José.-

  2. Hola Paco,

    Fué un placer tenerte por estas (tus) tierras, aunque fuese corto el tiempo para charlar.
    Quizá en futuras ocasiones tengamos la tranquilidad para tomar una cerveza y disfrutar de los aires de estas sierras.

    Ah, y muchas gracias por el CD!!

    Un saludo

    Carlos Gallego

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