El pasado sábado día 23 de junio, parte del equipo de la Asociación Encuentros del Vinalopó realizó una actividad de carácter interno para comprobar la viabilidad de navegar por nuestro característico río.

Con esta acción pretendemos poner de manifiesto, una vez más, la exclusiva riqueza tanto biológica, geológica como patrimonial, pero también resaltar el gran potencial lúdico y turístico por medio de una gestión respetuosa con el entorno y sus especies que tiene la cuenca del Vinalopó.

En la actualidad, el principal y crónico problema es la gestión de sus aguas. Debido a la sobreexplotación que sufren los acuíferos de la cuenca, son pocos los aportes de origen natural  que llegan a fluir por el río. Desde el término municipal de Villena hasta su desembocadura, el caudal permanente  del río depende mayormente de las depuradoras. Cada planta  le aporta  más o menos un caudal que depende  de la cantidad de población de cada municipio o mancomunidad y con mejor o peor calidad, dependiendo este factor de lo sofisticada que sea la planta y del tipo de industria que tenga  la población que vierte.

Hasta este punto todo parece lógico y coherente,  sin embargo nuestro río Vinalopó  no dispone de un caudal mínimo establecido de forma oficial, por lo que cualquier comunidad de regantes o empresa puede pedir el uso para fines económicos particulares las aguas depuradas para riego de sus cultivos.

La demanda de estas aguas va a depender de la disponibilidad de otras fuentes, como pozos y trasvases, por lo que, en años tan secos como el que nos acontece, la demanda y uso de las aguas de depuradora por parte de los agricultores ponen en estado crítico a todo el ecosistema del Vinalopense.

Uno de sus principales aportes lo realiza la depuradora de Villena, vertiendo sus aguas a la acequia del Rey y ésta a su vez al Vinalopó. Pero, en la actualidad este aporte es casi nulo y ha provocado  la desecación del río a su paso por Elda. ¿Han empezado a asumir los políticos de Sax, Petrer y Elda, que en muy poco tiempo podrían perder el río que da nombre y origen  a sus comarcas? ¿Puede permitirse una ciudad como Elche, varias veces patrimonio de la humanidad, tener el entorno más querido y valorado por  sus habitantes como es la zona del Pantano en completo abandono y ruina cuando a todas luces se ve el gran potencial turístico de naturaleza que tiene la zona?

Necesitamos gestionar de manera racional nuestros recursos, podemos obtener un lamentable beneficio para unos pocos cultivando cereal para biocombustible o pienso agrícola, o podemos potenciar todas las comarcas y productos que sean y lleven el nombre del Vinalopó. La marca del Vinalopó existe, es real, y  nuestra imagen social y económica  depende del estado de su salud.

Sabemos que los problemas del río Vinalopó vienen de lejos, pero también sabemos que solucionarlos depende más de la voluntad política y técnica municipal que de grandes inversiones. Cada fin de semana son cientos  los senderistas y deportistas que disfrutan de un ecosistema y patrimonio único en la toda la Península Ibérica. No debemos asumir el cambio de  cartel de río Vinalopó por el de río Seco. El futuro de nuestra identidad está en juego y el tiempo corre en nuestra contra.