Este número abría con el Polígono de Les Pedreres de nuevo en el candelero; después de haber sido noticia por inaugurarse sin luz ni agua o por tardar tres años en llegar el teléfono, ahora nos enterábamos que estaba seis años sin correspondencia. El Día del Árbol era examinado en un artículo crítico que demostraba como muchas de las plantaciones de la iniciativa estaban diezmadas por la falta de riego y cuidados posteriores. Nos hacíamos eco del vandalismo que sufre las dependencias del antiguo colegio Primo de Rivera, que seguía  (y sigue) abandonado a su suerte, y elevábamos la voz de las muchas quejas que estaban habiendo en los centros de salud de Petrer, del que era imposible conseguir una cita por teléfono debido al colapso de las líneas. Los vecinos también mostraban su descontento por los vados, que convierten las aceras en pistas de obstáculos, y el contenido medioambiental, además de por las secciones habituales, estaba también representado en un artículo que nos explicaba el origen y el uso actual de las enormes fisuras que hay en la Lloma Badá, causadas por un terremoto.

Entrevistas a la prestigiosa modista de trajes de novia y ceremonia María Simón Albert, a Vicente Francisco Escolano, empresario y músico muy vinculado a las Fiestas de Moros,  y al aventurero Manuel Moltó Miralles, que a bordo de trasatlánticos recorrió más de 50 países en los cinco continentes completaban este número, junto con las secciones y opiniones habituales.