Desde
el vertiginoso
precipicio
el ABISMO
del poema
en blanco
se abate,
dulce
como
la LUZ
que se desploma
ante
lo intangible…
Qué es
SER
POETA
si se falta
a la virtud
del suicida….
Cómo escribir
sin morir
en el intento
de VIVIR
eternamente
entre
las cadenas
de tinta
y la sangre
de la pulsión
que arremete
vacilante
en esa
LUCHA
interna
en pos
de la «felicidad».
Sólo
ante
el POEMA
y el POEMA
mirándome
con ojos
tristes
y corazón
altivo,
desnudo,
confiado.
Con ALAS
de Ícaro
(sin queroseno)
y el ALMA
de Panero.
Con las manos
escarchadas
y dedos
como serpientes
enloquecidas
que hacen
del AHORA
la única
VIRTUD
de lo imposible.
Si muero
y la MUERTE
me sonríe
en el suspiro
del último
aliento
del relámpago
del VERSO,
habré
GANADO
la batalla
de lo humano,
demasiado
HUMANO
y descansaré
en PAZ
para
SIEMPRE.