Escritos de un joven indecente (XV): A quemarropa

“YO, MI, ME, CONMIGO”: La acusación de los fantasmas en una habitación de cartón.

¡A SANGRE fría!-
Sólo así funciona esto de la poesía.

Se puede pertenecer
a un movimiento,
militar en una vanguardia,
pero si no hay SANGRE…

La cosa va de hacerse daño
y hacérselo a conciencia.

-Nada de medias tintas-

…Se trata de coger una faca
y abrirse en canal desde
la parte baja del ombligo
hasta la yugular,
separar las costillas,
arrancarse el corazón,
ponerlo sobre la mesa,
mirarlo fijamente
y escribir con las manos
ensangrentadas.

Para escribir poesía
se debe fracasar 4 veces
en la guerra del amor,
(una por cada punto cardinal).
Pensar en la inutilidad de la vida,
tener brotes psicóticos,
temblar en una esquina,
llorar hasta desmayarse,
querer morir para no molestar
a NADIE…

La POESÍA te hace perder novias
y no volver a recuperarlas.
Tiene que producir depresiones
y re-plantearte la duda de si vale la pena
existir dentro de la NO-vida.

La POESÍA te hace vagar sin norte
por una eternidad tan incierta
que te lleva a forrar las paredes
de tu habitación con cartón
buscando un aislamiento
sobrio,
enfermo,
demente.

Con la poesía no se juega,
¡con la poesía se PELEA!
y siempre se pierde.

-¡SIEMPRE!-

Naufragas en madrugadas de Prozac,
creas una realidad PARALELA,
te exilias de «lo real»
y esperas a que alguien
venga a rescatarte
con una camisa de fuerza
para ingresarte en un
habitáculo de dos por dos
totalmente blanco
para creerte en paz.

La POESÍA es la amante
más fiel y miserable,
(12 años con ella son sólo el principio),
se ama y se quiere
sin línea fina de por medio.

La POESÍA es
una puta CONDENA
porque aquél que escribe
para mitigar sus fantasmas
sabe que solamente
ella le acompañará
el resto de sus días.
La POESÍA te hace «soportar»
(de vez en cuando)
el insondable DOLOR…
La POESÍA responde
a la duda de si poner fin a tu EXISTENCIA.
Consuela saber que cuando llegue el momento
de la VALENTÍA
y la mujer que pudo hacerte feliz
(pero se cansó de tí)
«LLORE» tu pérdida UN INSTANTE
abrazada en los hombros de otro HOMBRE,

la POESÍA permanecerá contigo. FIEL, como te prometió.

La POESÍA
debe costar la vida al autor
y al final SÓLO
deben permanecer sus versos.
A él se le recuerda por medio de un
SUSPIRO
condescendiente.

Sin más.

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