Cuándo
sonará
el último
repique
de justicia
entre
la SOMBRA
del espectro
brillante
de los MUERTOS…

Cuándo
recogeré
la cosecha
tardía,
putrefacta
y sinsentido
de la era
del VACÍO
donde
mis VERSOS
florecían
regados
por la SANGRE
de mi ALMA
y el desazón
de la GUERRA
al ver
con las cuencas
inertes
de mis
astros
verdes
desesperanzados
la CRUELDAD
de la insatisfacción…

Cuándo
volverá
DIOS,
recluido
en las oraciones
de fieles
pecadores,
creyentes
en el AMOR
casto
y opresor
de domingos…

Cuándo
encontraré
en el verbo
AMAR
la salvación
certera
ante
la NADA
y la sombra
que no deja
penetrar
en su más allá
para darle
TREGUA
a mis dedos
explotados
sin oficio
digno…

Cuándo
volveré
a CREER
en la teoría
autoimpuesta
del AMOR
sin condición
donde
TÚ
eras el epicentro
de la tormenta,
de la lucha,
de la PATRIA
y del TODO…

Cuándo
escribiré
de nuevo
los mejores
POEMAS,
superando
incluso
a mis maestros
que,
desde
la TUMBA,
se sienten
orgullosos
sin haberme conocido…

Cuándo
dejaré
de maltratar
a las MUJERES
más hermosas
en la faz
de los CIELOS
a causa
de mi mayor
defecto
que es
sentirme
INSATISFECHO
SIEMPRE.

Tal vez
cuando
entienda
que si no
han conseguido
SALVARME
ni mis VERSOS,
ni los PECHOS,
ni los hímenes,
ni los vientres,
ni las narices
más sublimes
jamás
creadas
por las MUJERES,
es porque
dejé de VIVIR
hace TIEMPO.