A los jóvenes se nos agotan las posibilidades en este país. Nos limitan la sanidad pública, nos dificultan el acceso a las becas y nos suben las tasas universitarias. Con un 55% de paro juvenil, la sociedad española está condenando su futuro a una oscuridad que no tiene luz al final del túnel, de la que nadie pueda esperanzar a esos miles de jóvenes que día a día abandonan nuestras fronteras para realizarse personal y profesionalmente en el extranjero.
Necesitamos un gobierno local y autonómico que responda a las justas demandas sociales, que esté atento a las necesidades reales y que tenga la agilidad y la creatividad suficiente para iniciar un futuro de cambio para una mejor calidad de vida; que no privilegie ni diferencie en sus intereses a los ciudadanos. Que la ciudadanía sea conocedora de los pasos que sus representantes dan respecto de sus propiedades y bienes públicos, no puede ser una utopía sino una condición, es decir, la democracia no es pura si prescinde de la transparencia. No se puede comprender lo que está ocurriendo y la desfachatez con la que siguen actuando. Quizás por la inexperiencia democrática, quizás por la falta de cultura política, o por la discreta movilización ciudadana, pero lo que sí se está evidenciando es una falta de dignidad política, respeto y ética en este caso del Gobierno y Grupo popular.
Superemos las diferencias injustas marcadas por otros pensamientos, no nos contentemos con protestar, si no que transformemos este presente para conseguir un futuro mejor. Somos los jóvenes quienes debemos cambiar día a día y para mejor el rumbo de las relaciones humanas. Ha llegado la hora de pasar a la acción. Es el momento de que seamos nosotros, la juventud, quienes diseñemos nuestro futuro. Nuestra voz no puede quedar aislada y en un silencioso entorno, sino que debe oírse y además fuerte. Y la manera más acertada de ser escuchada es interviniendo y participando en los movimientos sociales, en plataformas etc… porque una sociedad adormecida es carne para esos buitres que ven negocio en nuestros derechos y anteponen la codicia a la decencia humana.
Respetémonos unos a otros y construyamos un mundo donde la justicia social sea la directriz imperante y la igualdad el pilar en el que sustentemos en trato entre nosotros.
Víctor Bravo Barragán
Sº General de JS Alto y Medio Vinalopó