El 7 de octubre celebramos la Jornada Mundial por el Trabajo Decente. La UGT se
une al movimiento sindical internacional para exigir un trabajo decente para
todos y lo celebramos ante una posible tercera recesión en Europa. La economía
europea no arranca debido a las políticas de recortes que han arrasado con
derechos, empleo, salarios y condiciones de vida de miles de ciudadanos
avocados a la pobreza.
Hoy también denunciamos los continuos ataques contra los derechos sindicales en
todo el mundo. Queremos empleos que proporcionen unos salarios decentes y
seguridad social con unas condiciones de trabajo seguras.
La propia OIT consagra que el “Trabajo Decente” es esencial para el bienestar de
las personas. Además de generar un ingreso, el trabajo facilita el progreso social
y económico, y fortalece a las personas, a sus familias y comunidades. Pero todos
estos avances dependen de que el trabajo sea trabajo decente, ya que el trabajo
decente sintetiza las aspiraciones de los individuos durante su vida laboral.
Continuamente se nos intenta convencer de la recuperación económica. Pues
según los informes de los expertos, nos dicen que habrá que esperar al 2023 para
llegar a la cifras de desempleo de 2007.
Las cifras de paro en España son inaceptables, para muchos trabajadores, el
empleo precario se ha convertido en la cruda realidad y viene unido a la
discriminación de las mujeres y los jóvenes. Queremos un trabajo decente para
los jóvenes trabajadores y verdaderos empleos – no mini-empleos o contratos a
tiempo parcial mal pagados. Queremos un mundo justo, sin una esclavitud
moderna y sin una discriminación generalizada. Además, son urgentes medidas
de ayuda para los parados de larga duración y mayores de 45 años, uno de los
colectivos socialmente más vulnerables y con más dificultades de inserción
laboral.
Queremos unas políticas económicas, monetarias y fiscales que contribuyan al
crecimiento y a la creación de empleo, en vez de desmantelar los mecanismos de
protección social y destruir el empleo. Necesitamos el trabajo decente y unos
servicios públicos de calidad que sirvan a nuestros ciudadanos, para proporcionar
una educación y unos servicios de salud a los jóvenes y a los ancianos.
Entiendo Entiendo.
Por eso la cúpula de los sindicatos siguen pactando las reglas para la esclavitud neoliberal.
El paradigma laboral está cambiando en sinergias desarrolladoras y aquí parece que ni se enteran.
ESTAMOS EN EL AÑO 2014, SIGLO XXI. Les suena eso?
Que perdidos están algunos.
La autocrítica facilita el desenvolvimiento organizado de las entidades, digo, para tenerlo en cuenta.
Saludos.