Un año más, y enmarcado en la programación de las fiestas patronales de la localidad, el Mercado Medieval volvió a instalarse en la plaça de Baix y alrededores con una amplia oferta de productos y actividades inspirados en la Edad Media. El mercado contó con cerca de cuarenta puestos de artesanía y alimentación además de talleres de oficios antiguos, animación musical y teatral, una zona infantil y la presencia de animales como burros, aves rapaces y ocas. Toda una fiesta medieval que reunió, de nuevo, a centenares de visitantes en busca de una oferta cultural diferente a la habitual.
Complementando esta actividad, y siguiendo la fórmula de años anteriores,tanto el castillo como las casas-cueva del Museo Etnológico Dámaso Navarro abrieron sus puertas el sábado y el domingo con guías y personajes teatralizados en estos enclaves, como ‘Agripina, señora de Villa Petraria. También se ofreció un espectáculo de danza medieval y acceso a los calabozos.