La Comisión Técnica de la Mesa Provincial del Agua ha puesto de manifiesto que a pesar de ser un año extremadamente seco, el abastecimiento urbano está garantizado en la provincia de Alicante. Estas son algunas de las conclusiones expuestas en la última reunión de este órgano consultivo en la que se analizó el año hidrológico en la provincia y otros temas relacionados con el Plan Hidrológico de la Cuenca del Júcar.
Desde la Comisión Técnica se ha resaltado que la situación de sequía que atraviesa la provincia es de carácter meteorológico, afectando directamente a las tierras alicantinas, y no hidrológico, ya que los caudales de base del Segura, Júcar y Tajo, alimentados por precipitaciones de procedencia atlántica, han conocido un año hidrológico de relativa bonanza y, en consecuencia, sus mayores reguladores, los embalses de Fuensanta, Cenajo, La Pedrera, Alarcón, Entrepeñas y Buendía, cuentan con reservas relativamente altas, superiores a las de un año medio.
Por ello, entre sus conclusiones constatan una vez más la necesidad de contar con recursos foráneos e inciden en que, en el caso concreto de la transferencia Júcar-Vinalopó, la toma del Azud de la Marquesa “puede únicamente resolver el problema en situaciones de emergencia y a un coste francamente elevado y por completo inasumible para los agricultores si no es subvencionado”, ya que el coste de la elevación asciende a 3,2 Kw/h/m3 frente al 1,3 en Cortes de Pallás.
La Comisión Técnica de la Mesa Provincia del Agua advierte, por ello, que la toma de Azud de la Marquesa no puede ser en modo alguno única ya que en ese caso excluiría, a un tiempo, abastecimientos, recuperación de acuíferos sobreexplotados, consumo por la horticultura más valiosa y, por ello, asimismo, la opción contemplada en los artículos 67 a 72 sobre cesión temporal de derechos del agua y centros de intercambio del Texto Refundido de la Ley de Aguas (2001).
En consecuencia, se apunta que la situación actual hace patente la necesidad de recuperar la toma desde Cortes de Pallás, “la única que puede resolver por completo, mediante concesión y en su caso adquisición de agua, el problema de la sobreexpotación y abastecimiento en el Vinalopó».