La conocida procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) está afectando al pinar del parque Félix Rodríguez de la Fuente, situado en el barrio de la Foia. Esta misma tarde, desde la publicación hemos podido comprobar que al menos tres pinos ya la estaban sufriendo.

La procesionaria puede alcanzar poblaciones muy elevadas que si bien raramente suponen una plaga forestal -apenas afectan a su crecimiento, en la mayoría de ocasiones- sí puede constituir un problema de salud pública, pues las orugas -precisamente en esta fase de larva- están cubiertas de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, por lo que pueden provocar irritación en oídos, nariz y garganta, así como intensas reacciones alérgicas.  Una toxina termolábil denominada Thaumatopina le confiere esta capacidad urticante.

 Los efectos nocivos relatados pueden ser especialmente dañino en niños y precisamente el parque Félix Rodríguez de la Fuente se encuentra  enfrente del Colegio Público de la Foia. Y es que la procesionaria del pino tiene un sistema de defensa muy efectivo: cada una de estas orugas está preparada para lanzar 500.000 pequeñas flechas envenenadas que reciben el nombre de tricomas, de tan pequeño tamaño que a simple vista casi no se aprecian. Estas pequeñas flechas se clavan muy fácilmente en la piel, bien al tocarlas, o al pasar cerca de ellas, pues tienen la capacidad de lanzarlas al aire. Después de clavarse, hará efecto el veneno y sufriremos una urticaria durante varios días, aunque la cosa puede empeorar si se trata de la zona ocular. Peor parados pueden salir nuestros animales de compañía -y también hay un pipicán en la plaza-, pues se han registrado necrosis en la lengua de los perros que han mordido alguna de estas orugas,  incluso puede llegar a producirles la muerte.

Nos consta que el ayuntamiento ya conoce la situación y suponemos es cuestión de días que comiencen las actuaciones.