Finaliza una etapa en la vida de la comparsa de Moros Nuevos y comienza una nueva. Será el próximo 21 de septiembre cuando se elija a la nueva directiva en la asamblea extraordinaria que se celebrará en la sede del grupo a las cinco y media de la tarde. «Una renovación necesaria», según palabras del actual presidente, Juan José Marco, que se marcha de la comparsa tras una década de gestión y agotando los dos mandatos máximos establecidos en los estatutos. De momento, sólo se conoce una única candidatura, la encabezada por Miquel Campello, embajador moro de la Embaixada en valencià y secretario de la directiva saliente.

A pesar de que Marco anima a otros festeros a presentar su candidatura, el todavía presidente no oculta su apoyo a Campello: «Soy uno de sus avalistas al haber formado parte de mi directiva durante varios años». Conoce bien de cerca a su posible sucesor, y de él destaca su «extraordinaria capacidad de trabajo además de su amor por la fiesta y por la comparsa». «No necesita mis consejos, tiene una personalidad propia y ya me ha contado alguna de sus ideas. Sólo puedo decirle que siga queriendo a la comparsa como lo ha hecho hasta ahora», nos comenta.

Juan José, conocido por todos como «Copo», se marcha satisfecho tras creer haber cumplido su máxima pretensión durante estos diez años: hacer comparsa. Cuando entró al cargo, sabía que no podría hacer grandes eventos- acababan de celebrar el 50 aniversario de los Moros Nuevos-, y por entonces la crisis ya comenzaba a hacer sus primeras apariciones: «En esta década me he centrado en que los comparsistas se sintieran a gusto en la comparsa, se sintieran cada vez más Moros Nuevos, y también en lograr una cierta estabilidad», nos explica, recordando que no ha subido las cuotas en los últimos nueve años y ha trabajado en eliminar «gastos superfluos de los presupuestos» para continuar haciendo accesible la fiesta.

Copo deja la comparsa con algo más de 400 festeros- 90 de ellos niños- una cifra superior a la que tenía los Moros Nuevos cuando tomó sus riendas. Confiesa que le han quedado pendientes algunos proyectos, como el ‘lavado de cara a la sede’: Mi idea era acondicionarla mejor, arreglar el suelo del patio y poner piso», pero, dadas las circunstancias económicas, «ha sido imposible». Ideas que deja en el aire para la directiva venidera, de la que se muestra convencido, «lo hará muy bien».