Tras cinco espléndidos días de fiesta, la magia de los Moros y Cristianos se guardó de nuevo en la ermita de San Bonifacio, donde será custodiada por el patrón hasta que el próximo año sea de nuevo esparcida por las calles petrerinas y por el alma y espíritu de los festeros.
Esta ultima jornada de fiestas se presentó muy similar a la del viernes pero con las acciones invertidas, aunque siempre consagrando la pólvora y San Bonifacio. La despedida comenzó a las diez de la mañana con un divertido y desenfadado pasacalle que dio paso a la guerrilla cristiana, donde los disparos prepararon el terreno para la reconquista del castillo, obtenida tras el cruce de palabras entre el embajador moro y el cristiano, que certificó la rendición del enemigo y la toma de nuevo de este símbolo de poder reconquistado tras días de batalla.
Hasta el año que viene, San Bonifacio
Por la tarde, el venerado patrón de los Moros y Cristianos fue de nuevo trasladado a su refugio tras unos días presidiendo la Iglesia de San Bartolome. La subida del Santo estuvo amenizada por el alardo a manos de los capitanes y por los dulces bailes y besos de esos pequeños ángeles encarnados en rodelas. Como fieles acompañantes de San Bonifacio en esta vuelta a casa, no faltaron los festeros de las diez comparsas custodiando a sus cargos festeros y al patrón hasta su ermita, donde se ofició la Misa de Acción que precedió al último de los actos de estos Moros y Cristianos: el relevo de capitanes, abanderadas y rodelas.
Contra todo pronóstico, finalmente todas las banderas fueron bajadas por los que serán los nuevos representantes de las fiestas el próximo año. Y es que, hasta casi última hora, la incertidumbre de las venideras capitanías invadía a varias comparsas, expectantes de conseguir cargos festeros de cara a los Moros y Cristianos 2013.
Bodas de oro de los Beduinos
Los Beduinos aprovecharon el mágico enclave de esta despedida de fiesta para iniciar la conmemoración de su 50 aniversario, que celebran en 2013. La comparsa mora dio la bienvenida a sus bodas de oro participando en el desfile de Bajada de Bandera con una representación de cargos festeros que han formado parte de la historia beduina. Será unos meses más tarde, en septiembre, cuando se reanuden de nuevos los actos conmemorativos de la comparsa de bombacho rojo, que se extenderán hasta el próximo año con exposiciones de fotografía y trajes festeros así como con homenajes y otras actividades que vayan surgiendo, tal y como nos adelantó su presidente, Juan Conejero, unos días antes de la celebración de estas fiestas.
Añadir que el santo lo subieron por primera vez una filá de mujeres de la comparsa de Vizcaínos, la filá Doncellas del Cid. (para que conste)… Vaya tambien una felicitación porqué lo hicieron muy bien. Bravo Doncellas del Cid.
He sentido vergüenza de ver como tras la muerte de un joven en plenos días festivos no habéis sido capaces de suspender un solo acto o de mostrar la mínima señal de duelo o respeto a la familia y a la memoria de fallecido, me pregunto por la catadura moral de los cargos políticos y festeros, es que ha nadie le importa el fallecimiento de un joven en tan trágicas circunstancias como para poner por delante la fiesta.
Vergüenza:
primero, sí que se hizo mención de lo ocurrido en la Eucaristía del Domingo y se nombró a este chico. Segundo, ¿Qué hacía este chico encima de un muro (por lo que tengo entendido) a las tres de la mañana?. Desgraciadamente, este chico ha muerto y no tenía que ser así, pero la realidad es que en fiestas y a esas horas siempre se suele juntar mucha gente que se toma unas cuantas copas. ¡o no es cierto? Con lo que quiero decir es que no se puede culpar ni a un pueblo, ni a un cargo festero, ni a un cargo político porque un chico a las 3 de la mañana se dedicara a subir muros. Lo siento mucho por el chico,pero es un accidente que podía haber evitado. Otra cosa es que pasara por un muro y éste se hubiera caido encima de él. Ahí el ayuntamiento tiene que dar explicaciones.
Otra cosa, esa es la información que se sabe, pero si alguien supo que es lo que le pasó, que diga como sucedieron las cosas para que luego no se tergiversen.