Cuando canta la perdiz


El vecino de Córdoba Manuel Romero Perea, que hoy se estrena en esta sección, es un ejemplo de cómo Internet y la naturaleza no tienen fronteras. Manuel se puso en contacto con nosotros para pedirnos una foto de perdiz de Néstor Rico publicada en este diario, como han hecho antes decenas de profesionales y naturalistas que siguen la sección (nos han llegado peticiones de México, Barcelona, Sevilla, Murcia, Madrid, etc. -¡a ver si un día las reunimos todas en una entrada!-), con el objeto de poder incluirla en su propia obra: «La caza de la perdiz con reclamo. Arte, Tradición, Embrujo y Pasión».

El libro tiene una extensión de 480 páginas que van ilustradas con más de 200 fotografías en color de excelente calidad. Abarca todos los temas de esta apasionante modalidad de caza, muchos de ellos, hasta ahora, inéditos.

A partir de ahí, hemos iniciado una relación epistolar que nos ha permitido conocernos más. Nos cuenta: «mi profesión no es la de escritor, pues soy profesor de Enseñanza Primaria. La idea de escribir el primer libro nació por la «cariñosa presión» de familiares y amigos, que me dieron ese necesario empujoncito que me hacía falta para embarcarme en tan difícil tarea. La verdad es que al final me he alegrado de colaborar con mi humilde obra cinegética, al tratar de exponer algunas cuestiones de la reina del monte y sobre la apasionante modalidad del reclamo,  siempre desde el punto de vista tradicional… que es el que me enseñaron».

Así las cosas, y con tiempo para conocerlo más, nos remite un pequeño artículo titulado «Cuando canta la perdiz», que «trata sobre las gratas sensaciones que atrapan a cualquier aficionado al reclamo, y a la perdiz, cuando escucha sus maravillosos cantos».

 

“CUANDO CANTA LA PERDIZ…”

«…Cuando canta la perdiz…se alegra el espíritu del veterano jaulero que se queda embelesado, absorto y fascinado escuchando los recursos sonoros que dispone esta maravillosa ave».

La postura que adopta para emitir sus cantos, que se visualiza al levantar las plumas de la cabeza, o enmoñarse, erguido, como queriendo que los ecos de sus sonoros y potentes cantos lleguen lo más lejos posible comunicando, de esta forma, su presencia.

Les vale también para marcar su territorio y evitar la posible invasión de otras parejas vecinales que pretendan usurpar el territorio ya ocupado. Por ello, es lógico verlos encaramados en las atalayas que disponen en su territorio, para “pregonar” a los cuatro vientos sus intenciones belicosas de batirse con aquellos que pretendan introducirse en su querencia.

De igual manera, los distintos cantos y sonidos les valen para comunicase entre sí. Muchas veces estos mensajes sonoros persuaden a los posibles contrincantes, los cuales desisten de sus iniciales intenciones de batirse con aquél que demuestra en sus cantos mayor agresividad y fortaleza.

Es por ello, que los enfrentamientos directos suelen darse con poca frecuencia, pues en las fases comunicativas, o intercambios sonoros, saben con el rival que tienen que enfrentarse y optan, en consecuencia, por iniciar una prudente retirada… aquellos que se sienten inferiores.

Una de las claves más importantes a la hora de practicar la apasionante modalidad de caza, que es la del reclamo de perdiz macho, es la referida a saber conocer en profundidad todos los cantos y sonidos que emite la perdiz, desde que nace hasta que es adulta.

Ya no sólo el conocimiento de todos ellos es de gran importancia en el mundo cuquillero, para saber que tipo de recurso sonoro está utilizando en un momento determinado, sino también la interpretación de todos y cada uno de ellos.

El saber descifrar, interpretar y conocer los cantos y sonidos que utiliza el reclamo en cada una de las fases del puesto, es de gran importancia para el veterano jaulero, que en la soledad del puesto disfruta escuchando todos los recursos sonoros que emplea en los mensajes  enviados al campo.

Cuando la voz guerrera del campo se hace oír por los distintos lugares, se acelera el pulso del jaulero. Hace entonces un cálculo aproximado de los distintos pares que defienden su territorio. Calcula las distintas aproximaciones que se producen ante las insinuantes y persistentes llamadas de nuestro reclamo, que sabe, por los mensajes sonoros que se intercalan… con cuales pueden obtener éxito.

Los ojos semicerrados, la moña levantada, el pico entreabierto, erguida su postura… así emite el campero su concierto particular haciéndose, de esta forma, fuerte en su terreno.

Cuanto canta la perdiz… y el cuquillero es testigo, dentro del tollo, de todos los pormenores que se desarrollan en un puesto, llega a entrar en tal estado de concentración que todo queda supeditado a lo que allí vive y siente.

Sensaciones altamente gratificantes que recordará una y otra vez a lo largo del año y que servirán para querer repetir cuanto antes esas escenas que se derivan con la práctica de esta apasionante modalidad venatoria…

Cuando canta la perdiz…el jaulero tiene le enorme suerte de oír los dulces y seductores TITEOS, que vienen a ser arrumacos amorosos destinados a las hembras…

…voces destempladas enmarcadas en sonoros REGAÑOS. Sonidos de alarma en su explosivo vuelo con el PIOLÍO. Voces guerreras y desafiantes en el DAR DE PIÉ. Sonidos de insulto y provocación para aquellos que osan invadir su querencia con las PITAS ó PIÑONES…

…invitación para hacer el nido en un lugar elegido por el macho, con sonidos dulces y seductores, especificados en el LLAMAR A NIDO. Gestos de nobleza, mansedumbre y tranquilidad por la que atraviesan, empleando los distintos GUTEOS…

…sonido para provocar la movilidad y sacar de la apatía a la perdiz poco encelada con el CHIRRIDO. Cantos de exploración inicial con un poderoso y potente CANTO DE CAÑON…….y así hasta un total de 25 recursos sonoros…que empleará según las circunstancias y situaciones en las que se vea inmersa.

Cuando canta la perdiz…el perdigonero sabe apreciar los distintos tonos, matices que conforman cada uno de los cantos y sonidos empleados por su reclamo. Recursos sonoros que empleará el llamado pájaro catalogado como excelente, de forma oportuna en cada puesto. Presentará batalla, contienda…a los machos… y mensajes de conquista y seducción a las hembras… que camela desde su atalaya.

Cuando canta la perdiz…y el aún somnoliento perdigonero camina entre los sombras de las noche para dar el puesto de alba. Es conocedor, por los mensajes sonoros que emite cada perdiz en su territorio o querencia, la densidad y el estado de celo que disponen…también por los cantos guerreros que pregonan a los cuatro vientos.

Quieren señalar con ello que defenderán con arrojo y valentía la incursión, u ocupación de otros pares, en aquel terreno que les pertenece.

 

Por Manuel Romero Perea. Autor del libro: La caza de la perdiz con reclamo. Arte, Tradición, Embrujo y Pasión.

 




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