En Navidad, la generosidad y solidaridad se palpan en el ambiente al tiempo que coloridas luces adornan calles y hogares y el carácter de los ciudadanos parece endulzarse. Aprovechando esta receptividad característica de la época, son numerosos los eventos que en estos días se celebran en todos los rincones del mundo con el fin de hacer la vida más fácil a los más desfavorecidos. Precisamente uno de esos actos solidarios lo encontramos en la Tetería Las mil y una noche. Por cuarto año consecutivo, esta emblemática cafetería de Petrer pone en marcha su particular subasta con fines benéficos. La cita, este jueves a las 22:00 horas en el local.
Objetos perdidos a subasta
El origen de esta subasta viene de la mano precisamente también del origen de esta tetería. Es en 2007 cuando sus responsables deciden, ante la destacada cantidad de objetos olvidados en el local por sus clientes en sus primeros seis meses de apertura, ofrecerlos al mejor postor. “Teníamos una caja llena y se nos ocurrió que, para celebrar el Día de los Santos Inocentes, podíamos subastarla y donar el dinero a una organización”, señala Teresa Rodríguez Juan, una de las regentes del local. Y así lo hicieron, y con bastante éxito además, pues reunieron 125 Euros, “con la ayuda de Quique Montoya, que se ofreció para ser subastero”, y que fueron donados a la ONG «PayaS.O.S. Hospital de Alicante».
El buen sabor de boca de esa primera subasta animó a los responsables de Las mil y una noche a hacer de este evento una auténtica tradición que se ha ido consolidando a lo largo de estos cuatro años. “Lo adoptamos como una obligación y cada vez que alguien se deja algo en alguna banqueta nos da alegría porque pensamos en el dinero que podemos sacar para la organización”, comenta Teresa. Tradición también es destinar la recaudación a un organismo diferente cada año. Así, en 2008, la asociación «Vivir» fue la destinataria del dinero recopilado, que ascendió a 675 Euros que se destinaron a comprar una cama articulada para un dependiente. Por su parte, «Cáritas Petrer» y «Sense Barreres» fueron las organizaciones receptoras de los 1.238 Euros reunidos en la subasta de 2009. Y en la pasada edición, la Asociación de Fibromialgia de Sax y Vinalopó recibió los 1.754 Euros conseguidos. En esta ocasión, la destinataria de la recaudación vuelve a ser la asociación «Vivir», encargada de ayudar de forma altruista a los dependientes. “Es una labor de gente del pueblo para el pueblo que si no existiera lo notaríamos. Este tipo de acciones siempre quedan en la sombra y sólo pretendemos devolverles algo de lo que ellos dan todos los días”, indica Teresa.
Apoyo de empresas locales
La principal razón de que año tras año aumente la recaudación se debe a que, a partir de la tercera edición, además de los objetos perdidos puestos a subasta, también se ofrecen otros donados por comercios de Elda y Petrer. ”Los objetos de las firmas colaboradoras salen todos a mitad de su precio y si son demasiado caros se estima un precio. Por ejemplo, todos los años tenemos botas de Stuart Weitzman, que como todos sabemos valen entre 500 y 800 Euros en el mercado. Pues nosotros la sacamos en precio inicial de 40 ó 50”, señalan desde la tetería. Y es que el principal objetivo es recaudar dinero para la organización.
La diversión y buen humor, ingredientes esenciales de la subasta
Siguiendo con la tónica habitual de este local, donde la guinda de todos sus eventos y actuaciones es siempre el humor, esta subasta solidaria, como no podía ser de otro modo, también tiene como trasfondo la diversión y originalidad. “Es muy muy divertida, los subasteros no paran, hay anécdotas de todo tipo. Saltan, bailan, cantan, nos reímos y a veces hasta lloramos”, comenta Teresa, añadiendo que incluso “subastan cosas que los subasteros se han guardado en los bolsillos sin que nadie los vea y otras que van a la baja o que vuelven a ser del dueño que se las dejó olvidadas. Es muy dinámica. Se cuentan chistes, anécdotas, la gente puja y se divierte y además ayuda”.
Entre los objetos subastados se puede encontrar desde un paraguas, gorros, medias o pañuelos hasta chuletas, discursos o biberones. “Aún no hemos tenido ninguna mascota, pero todo se andará”, comentan, aportando el toque de buen humor característico de Las mil y una noche. “También hay otras cosas que no desvelamos para que sea sorpresa”. Como anécdota, Teresa nos cuenta que un año se subastó una cena “en el lugar del mundo que quisieran a cuenta de la tetería”. “Se pagó por ello 50 Euros y aquí les sacamos una cesta de picnic con un bocadillo, dos cervezas, postre y un té. Todo siempre con humor”.