La Unidad de Conductas Adictivas de Elda, que ofrece tratamiento especializado a los ciudadanos para abandonar cualquier tipo de adicción, ha atendido a 140 nuevos pacientes durante los primeros seis meses de 2010, manteniendo los niveles de atención del mismo periodo del pasado año, cuando la UCA registró 144 nuevos usuarios.
La adicción más tratada de enero a junio de este año ha sido al alcohol, razón por la que han solicitado atención 46 usuarios, es decir, el 33% de los nuevos casos. La atención por adicción al alcohol ha aumentado un 35% respecto al pasado año, pasando de 34 casos en 2009 a 46 en 2010.
El aumento de atención por adicción al alcohol ha ido acompañado de una reducción de los casos nuevos de adicción a la cocaína. Durante el primer semestre del año este tipo de tratamientos se ha reducido un 33%, pasando de 60 nuevos casos el pasado año a 40 durante este ejercicio, lo que supone el 29% de los nuevos usuarios. Esta disminución ha supuesto que la adicción a la cocaína haya pasado de ser la primera más tratada por los especialistas de la Unidad durante años a situarse como la segunda causa por la que los usuarios demandan asistencia.
Por su parte, el consumo de cannabis es la tercera causa por la que los nuevos usuarios de la UCA de Elda demandan atención. Un total de 32 personas solicitaron este tipo de atención durante los primeros seis meses de este año, lo que supone el 23% de los nuevos casos, cifra casi idéntica al pasado año.
Siguiendo en la escala de adicciones, el 9% de los nuevos usuarios solicitaron atención por ludopatía, el 3% por tabaco y el 2% por heroína.
Respecto a la edad de los usuarios, los especialistas atendieron 17 menores de 18 años, lo que supone un 12% de los nuevos casos. Según indican desde la UCA, “en la mayoría de los casos, la droga que motiva la consulta es el cannabis”.
En cuanto al sexo de los nuevos pacientes, un 85% de los tratamientos fueron solicitados por hombres y un 15% por mujeres.
Por último, la UCA ha atendido durante este periodo quince casos nuevos de orientación familiar, es decir, aquellos casos en los que primero acude un familiar para pedir información y asesoramiento, por tener sospechas de que algún miembro del grupo familiar puede estar consumiendo drogas o, sabiendo que el consumo existe, esa persona no quiere ir a tratamiento y acuden los familiares para su orientación.