¿Recuerdan el último vídeo que colgamos, donde unos arruís bebían agua apenas a unos metros de nosotros? Pues si todavía había dudas, realmente debemos felicitarnos en la web por la eficacia de nuestro escondite. ¡Fíjense en los intentos por entrar a nuestro habitáculo de grabación de este pájaro carbonero! El escondite, parapetado tras cristales «espía» -llamados así porque reflejan la luz y, actuando como un espejo, impiden ver lo que hay detrás-, es objeto de todo tipo de ataques. Incluso hay un momento en que el carbonero parece irse, ¡pero sólo se oculta un momento para lanzar una nueva intentona por sorpresa! Menos mal que a los arruís del otro día no se les ocurrió hacer lo mismo…