El primer trimestre del curso escolar llega a su fin y es el momento de hacer balance, una valoración que no tienen que hacer sólo los alumnos con su boletín de notas, sino también los centros. Respecto a estos, como viene siendo habitual en los últimos años, los institutos de secundaria de la comarca cierran con saldo negativo: cientos de alumnos se marchan de vacaciones con la plantilla de profesorado incompleta.
Centrémonos, por ejemplo, en uno que conocemos bien, el IES Azorín de Petrer, que inauguró el curso de este año con una ceremonia habitual en los últimos tiempos: la falta de docentes en los centros públicos. Tres meses después, de presiones y ‘tira y afloja’ con la Conselleria d’Educació, tienen como único resultado que la plaza de profesor de valenciano continúe sin cubrirse y que una veintena de alumnos del último curso de bachillerato pasen las navidades preguntándose cómo van a enfrentarse a la PAU sin haber cursado la asignatura. El pasado mes de octubre los alumnos remitieron una carta a la Dirección Territorial de Alicante comunicando el hecho.
Petra Reinoso es portavoz del AMPA del IES Azorín y recuerda que este caso se sucede una y otra vez: “Se lo toman como algo normal”. Esta ‘normalidad’ con la que la Consellería trata el asunto se ha asentado sobre las conciencias educativas. Es algo usual que se extiende a lo largo y ancho de la Comunidad Valenciana. El Instituto Azorín no es ni mucho menos el único perjudicado por este particular concepto de educación pública.
El curso comenzó con bajas docentes que perjudicaban a casi 2000 alumnos de las comarcas del Alto y Medio Vinalopó. Durante el mes de noviembre se han ido cubriendo parte de esas plazas, no obstante, y ante la proximidad de las vacaciones navideñas, las vacantes sin cubrir seguirán así hasta después de las fiestas.
Responsabilidades
“Nadie asume responsabilidades, es la misma historia de siempre. El sistema vigente es dilatante” cuenta Petra. La pelota va de tejado en tejado y desde la Conselleria d’Educació nadie sabe dar respuesta a las directivas de los centros. Carlos Ruiz es el director del Instituto Azorín y cuenta que “no hay un protocolo rápido y ágil para gestionar las sustituciones”. Por un lado la centralización del sistema dificulta la disponibilidad de los profesores que se encuentran en la bolsa: resulta complicado encontrar profesionales dispuestos a trabajar a kilómetros de sus hogares. Por otro lado, los entresijos burocráticos de los que están repletos los procesos de adjudicación en la Comunidad complican aun más el funcionamiento eficaz del sistema educativo valenciano.
Ante tal fracaso consecutivo en los comienzos del curso, Consellería ha puesto en marcha un sistema telemático mediante el cual se llevarán a cabo las sustituciones de profesores en baja o se cubrirán los puestos libres por adjudicaciones de jornada reducida. El próximo siete de enero el llamamiento para sustituciones se realizará a través de la página Web de Consellería.
Presión
El AMPA del IES Azorín presentó una queja ante la dirección territorial en la que se denunciaba el asunto el pasado día cinco de noviembre, si en febrero (tras tres meses) no hay solución se tomarán medidas.
Ante tales presiones tanto la dirección del centro como el AMPA esperan que después de navidad el instituto cuente con el profesor de valenciano que falta. “Mientras tanto, desde el centro se ha intentado poner una venda caliente” cuenta Petra; “los profesores de valenciano del centro se han turnado en la medida de lo posible para impartir clases a los alumnos de segundo de bachillerato que en Junio se presentan a las Pruebas de Acceso a la Universidad. Ya después de navidades si no se soluciona el problema se tomarán nuevas medidas”.
Las vacaciones navideñas dan una tregua y anestesian el asunto hasta enero. Mientras, cabe preguntarse y reflexionar dónde esta la solución a este problema que tiene como principales perjudicados a los estudiantes valencianos. Por un lado la implantación de bolsas provinciales en lugar de la centralización a la que se tiende es una de las propuestas que muchos defienden como solución al problema. Pero este es un problema de mucho más calado del que a priori pueda parecer, existe algo en el sistema que no funciona y la solución, para muchos otros, parte de la remodelación de la organización de las altas esferas de la educación valenciana.
Ciertamente asi de triste y desolador es el panorama de la educación pública en esta comunidad, que esta gobernada por una pandilla de corruptos e impresentables políticos. Pero en el fondo los culpables, somos los ciudadanos/as, que apesar de tanto chanchullo y malversación de dinero público, a estos personajes del PP les volvemos a votar. Aquí hemos tolerado la impunidad de estos politicos, que en vez de hacer bien su trabajo- por el que cobran- se han dedicado a desmantelar la EDUCACIÓN PÚBLICA. ¿Sucede lo mismo en la Sagrada Familía de Elda, en Santo Dominigo DE Petrer o en el Alenda college de Monforte? Me temo que no , a la educación concertada y privada con este gobierno, les va pero que muy bien. Bueno a lo mejor habría que sacar la cacerola y montar una manifestación un día a la semana, hasta que algo empiece a cambiar.Muy buen reportage Irene. Adelante.