Te propongo
NO
SER
más
que el infinito
LIMITADO.

Te declaro la guerra
CARNAL
dándote
la ventaja
de posicionar
a tu ejército un su mejor postura.

¡Ven!
Atrévete
a reconocer
la mano del que escribe,
que mi silencio
es un grito
encerrado
entre cuatro paredes
con las esquelas de aquellos
que murieron por la misma causa.

-Tu cuerpo!-

Ven,
pasa
y descálzate
el alma.
Atrévete a SER
la piel que abrace
mi CARNE
a dentelladas de suspiros
que YO empezaré
besando los dedos de tus pies
y terminaré
respirando en la abertura
del cosmos de la vida.
Apoyaré mi mejilla
en el vello de su otoño
y mi lengua sibilina
pulirá la gema de tu mina.

TÚ mirarás al cielo
con los ojos cerrados
y tu apretada mandíbula
acompañará la inspiración
más profunda.
Tu garganta tomará aire
y rugirá en el interior de tu boca…

Recorreré el tallo de tu figura
en dirección a sus montañas.
Me detendré en ellas
para saciar la sed de mis dientes
y su licor,
el tentempié
que preceda al clímax.
Estallará entonces
la cálida tormenta
de tu adentro
y seguirás ardiendo
cuando me eleve por tu cuello…
y me coma tus labios…

Nuestras bocas
danzarán
a ritmo de tangos
y serenatas…

Estaré dentro de ti
y ya nada MÁS importará:
Mañana podrá ser AYER
y este instante
el comienzo de un FUTURO
que no esperabas.

No tengas miedo, MUJER,
que ya hemos pecado
demasiado
y los arrepentimientos
nos ayudaron
a saber
que un AHORA
redime pasa SIEMPRE
y el aroma
a rendición de tu CARNE
se funde con la naftalina
de mis sábanas de piel.

Acaricia mi espalda
con tus uñas afiladas.
Serpentea mi columna
invertebrada
y mírame a los ojos
sin decir NADA.
Si estos derraman
una lágrima
significará que estás VIVA
y que yo no he MUERTO todavía
y el placer del SEXO
será el -te quiero- oculto
en mis PUPILAS
y eso, MUJER… eso
SERÁ lo más hermoso
que te han dicho NUNCA.
Después serás tú
quien decida
si «otros»,
con más altura,
clase
o categoría,
son capaces de follar
haciéndote POESÍA…