Si la decisión personal, el libre albedrío se pusiera de manifiesto en mi esta mañana es muy probable que optara por el enfado contra este sistema educativo publico que nos resulta caro y que está tan mal organizado.
Parece que no hay por donde meter mano, parece que ante la falta de un profesor en un colegio, un profesor que no se ha presentado desde inicio de curso, la pelota de la responsabilidad pasa de dirección del colegio o instituto a inspección , de inspección a gestión de personal, de gestión de personal a dirección territorial, de aquí a conselleria, y de esta a los sindicatos que según consejería no presionan a los profesores para que admitan el cubrir plazas por bajas eventuales, es desconcertante. Todos estos funcionarios, pagados y bien pagados, se les llena la boca con sus derechos, con su trabajo cumplido, el “mi trabajo o cometido acaba ahí” y el pasar la pelota al siguiente, delatando su falta de responsabilidad y sentido del deber, del saber que un trabajo no esta terminado hasta que no se ha solucionado el problema, me llena de angustia y me apena. Así nos encontramos con el ejemplo que estos mayores dan a nuestros hijos, con el ejemplo de que da igual no cumplir con lo designado, que no hay profesor en el aula, no pasa nada, nadie paga por ello, al contrario un sueldo que se ahorra conselleria, que no se corta en cortar presupuesto en la base que soporta el avance de nuestra sociedad, como es la educación, pero que no duda en gastar en fastos y celebraciones de sus dudosos logros.
Hay una falta de sentido común en la tramitación de estas bajas, a mi me asombra que los niños puedan estar sin profesor porque ante la baja de un profesor no se empieza a tramitar un sustituto hasta pasados quince días.
Estamos ante un sistema que es impune, al que no se puede pedir responsabilidad, estamos indefensos ante este entramado, y por desgracia, tengo que comparar la educación privada con la publica, donde la gestión al final resulta mucho más barata al ciudadano, ya que se paga a los profesores que dan directamente clase a los niños, pero no se tiene que soportar todo el aparato gubernamental tan penoso y prolijo que tenemos que aguantar todos los ciudadanos. Si todos estos sueldos que se pagan a este funcionariado inoperante, de gastase en contratar suficiente profesorado, aún los contribuyentes nos ahorraríamos dinero, y dispondríamos de profesorado sustituto en nomina para cubrir las bajas que se pueden producir a lo largo de un curso.
Pero aún me resulta más triste y penoso el admitir la falta de interés por parte de la mayoría de los padres ante la educación de sus hijos al no aparecer ni contribuir a fomentar las apas en los colegios, asociación que resulta imprescindible para poder ayudar a gestionar un centro. La opinión de los padres, la responsabilidad que tenemos para con nuestros hijos, para con nuestra sociedad, no podemos delegarla en los cuatro de siempre, debemos poner de nuestra parte, hacer un pequeño esfuerzo y colaborar en lo que buenamente podamos, toda aportación es importante, aunque sea una idea. El quejarnos en casa no nos lleva a nada, hay que tomar decisiones y buscar soluciones, y estas solo se consiguen mediante la fuerza del grupo o asociación, lo digo yo que soy individualista, pero he de reconocer desde mi individualidad que para ciertas acciones hay que organizar al grupo y enfocarlo para un objetivo y bien común, ya que el bien de mi hijo, del tuyo, en un futuro se convierte en el bien de todos.
Una buena educación trae moderación, ejemplo, tolerancia. La ignorancia trae todo lo contrario, y a esto es a lo que se ven abocados, a lo que quieren que se vean abocados algunos políticos manipuladores que les ha dado por cargarse la enseñanza pública, saben que un pueblo inculto es más fácilmente manipulado. El no saber nuestra historia, el modificar datos relevantes de ella, el eliminar las causas verdaderas de los acontecimientos, el en definitiva politizar y dar un color u otro a según que intereses, está acabando con la educación básica en nuestro país, pero me gustaría saber donde estudian y que estudian los hijos de nuestros políticos más relevantes, estoy segura que van a escuelas privadas donde le dan la historia tal como fue, donde los profesores no faltan y si faltan son sustituidos por otro profesor cualificado para darle clase mientras se produzca la ausencia, porque evidentemente, el profesor tiene derecho a ponerse enfermo, a pedirse una baja, pero este derecho no esta confrontado con el máximo derecho de nuestros hijos: RECIBIR UNA EDUCACIÓN.