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Vicente Amat Furió (1857-1943), su contribución a la historia de Petrer

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Nota: Artículo por Enrique Mira Perceval Verdú (Academia Valenciana de Genealogía y Heráldica) y Mª Carmen Rico Navarro (cronista oficial de la villa). Publicado originalmente en la revista Festa 2012 [2].

 

Si a un vecino de Petrer le preguntamos por Vicente Amat (1) nos responderá que es el nombre de una calle próxima al Ayuntamiento. Si conoce algo de historia podría saber incluso que fue secretario del Tribunal Supremo, y no se equivocaría. Pero fue mucho más que eso. Un hombre que siempre se sintió vinculado a Petrer y que siempre recordó el pueblo y, por supuesto, su finca de La Pedrera, hoy conocida como El Poblet.

Nació en Valencia a las once y cuarto de la noche del 2 de mayo de 1857, siendo bautizado al día siguiente en la parroquial de San Pedro. Le pusieron los nombres de Vicente María Pedro, y fue apadrinado por su tío, el abogado Vicente Furió Beltrán. Vicente perteneció a una de las familias más distinguidas de la villa de Petrer. Era hijo de Santiago Amat Peiró (2), abogado y relator de la Audiencia de Valencia, primer teniente de la 4ª Compañía de la Milicia Nacional de Valencia y caballero de la Orden de Carlos II, y de la valenciana Teresa Furió Beltrán que falleció el 19 de febrero de 1887, a los 35 años de edad. Su padre había tenido una vida acomodada ya que su abuelo, Gaspar Amat Reig (3), natural y vecino de Petrer, era colector (4) de diezmos y rentas señoriales del conde Elda, falleció el 10 de marzo de 1860.

Pero volvamos unos años antes de su nacimiento y de este modo conocer cómo surge su vínculo con La Pedrera. El 24 de de octubre de 1847 Santiago Amat, padre de Vicente, compró un terreno lindante al de los Herederos de Gabriel Sarrió y al de Jaime Tortosa, a los hermanos Joaquín y Ángela Payá Amat por 630 reales, actuando como apoderado suyo su padre Gaspar (5). Fue un año después, en 1848, cuando el alcalde monovero y regente del juzgado Ramón Pina autorizó a Rosa Sarrió Brotons, ante el notario Silvestre Verdú, a que vendiese la finca La Pedrera, circunstancia que aconteció dos años más tarde, concretamente en 1850. Rosa vendió su finca al abogado Santiago Amat Peiró y ésta consistía en «una casa sita en el término de la villa de Petrel y pueblecito o caserío nombrado de La Pedrera con el cubo y bodega que hay en la misma casa que la adquirió de la herencia de sus difuntos padres y linda con el comprador y cami­no». De esta información se desprende que Santiago, en 1850, ya tenía tierras en esta partida rural y esta operación no era más que una acumulación de fincas colindantes que se había iniciado ya en 1847. El valor total de esta última venta ascendió a 2.400 rea­les de vellón que pagó a la propietaria Facundo Amat, labrador y vecino de Petrer, hermano y apoderado (6) de Santiago (7).

Mientras su padre, Santiago y el hermano de éste, Facundo, realizaban todas estas operaciones de compras de tierras, Vi­cente estudiaba leyes en Valencia y pasaba largas temporadas en la finca de La Pedrera. Nuestro biografiado tuvo tres hermanas: Esperanza (1846-1932), casada con Salvador Aubán Pérez (8); Teresa (1851-1887); y María Dolores (1853-1943), casada con Joaquín Izquierdo Pons. Ésta última, quizás por ser la más próxima en edad a Vicente, estuvo muy unida a él y a Petrer. Al comprar la parte de la finca de El Poblet, Dolores y su esposo Joaquín, edificaron una casa en lo que, en principio, constituía una pequeña plazoleta. Desde entonces era frecuente que vinie­ran a pasar sus vacaciones en el periodo estival coincidiendo con la recogida de la cosecha de su finca.

Vicente obtuvo la licenciatura en Derecho Civil y Canóni­co con calificación de sobresaliente y se le expidió el título el 13 de febrero de 1878, ejerciendo de abogado en Valencia hasta diciembre de 1882. Sustituyó a su padre Santiago Amat como secretario de Sala de la Audiencia de Valencia el 5 de mayo de 1882, desempeñando este cargo hasta diciembre del mismo año ; en que se posesionó del secretario de Sala interino el 13 de abril de 1883. Ese mismo año publicó los libros Cuadro de los términos judiciales en lo criminal y Estudio práctico del enjuiciamiento criminal, (imprenta de E. Pascual, Valencia). Al año siguiente, el 7 de julio de 1884, fue nombrado por Real Orden, relator propie­tario de Sala de Valencia, plaza ganada por oposición el 20 de junio, cuando tenía tan solo 27 años.

El 13 de abril de 1885 se casó en la iglesia de Santa Catalina, de Valencia, con Teresa Torres Babi (1865-1947), de 19 años de edad, natural y vecina de Valencia. La había conocido en la capital del Turia un año antes de la boda. Su nieta Ma Paloma Amat Gómez del Castillo, Pina, la recordaba en sus memorias manuscritas como «menuda, esbelta, con el pelo rubio oscuro y los ojos azul claro. Era muy presumida y se vestía en casas de modistas dedicadas a la aristocracia».

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Teresa Torres, esposa de Vicente Amat, con su hijo Jaime, verano de 1980.

El 7 de octubre de 1886 pasó a ocupar la misma plaza que había tenido hasta ese momento en Valencia, en la Audiencia de Barcelona. Es en esta ciudad y ese mismo año, concretamente el 21 de julio, cuando nace su primer hijo, Vicente, que también estudió la carrera de Derecho. La tuberculosis le acompañó de por vida, una corta vida que terminó en 1932 en una cama de hospital después de una operación que resultó ser un rotundo fracaso. Al año siguiente, el 2 de noviembre de 1887, nació su hija Teresa. En 1927 montó una tienda de lencería de lujo y todo lo que el ajuar de novia requería en un piso del Paseo de Gracia y, por este motivo, viajó a París, Londres, Alemania, etc.

Durante su etapa en Barcelona se acrecientan en Vicente Amat los efectos de una congestión pulmonar que le provocaba frecuentes hemoptisis en los dos últimos años, por lo que el 21 de febrero de 1887 los doctores Constantino Gómez Reig y Juan Torres Babi, su cuñado, le indicaron como remedio terapéutico las aguas del balneario de Panticosa, lugar del que se hizo asiduo visitante, como se comprueba en numerosas fotografías fami­liares del año 1916.

En su faceta profesional destacó, además de por tener una brillante carrera en el mundo de la judicatura, por los libros de Derecho que publicó. En 1888 escribe El jurado, dedicado a su padre y que fue editado por la Imprenta Domenech de Valen­cia (9). En 1897, prologó el libro de Ángel Just y Lloret, publicado en Barcelona, que llevaba por título Manual de Derecho para los aspirantes al cargo de procurador en Audiencia territorial o Juzgados de Primera instancia. También colaboró con varios artículos en el periódico La Vanguardia.

El 11 de abril de 1890 nació su tercer hijo, a quien puso por nombre Jaime. Este año fue de alegrías pues al feliz aconteci­miento del nacimiento de su hijo se unió su nombramiento, el 15 de noviembre, como magistrado de Audiencia de lo criminal, siendo incorporado en el escalafón de los de esta clase con anti­güedad desde el día 5 de mayo. Este mismo año prologó el libro La administración de justicia ante la opinión (Impr. de Henrich y Comp.). Apenas cuatro meses después de su nombramiento, la tristeza ensombreció su casa, pues su pequeño hijo Jaime falleció el 24 de marzo de 1891, sin haber cumplido ni tan siquiera un año. Pero la vida siguió, reponiéndose de este duro golpe con el nacimiento en Barcelona, el 24 de febrero de 1892, de su cuarto hijo, a quién pusieron por nombre Jacobo. Estudió Derecho en Barcelona, obteniendo el título a los 20 años. Desde los 18 años tuvo algunos síntomas de tuberculosis que no fueron a más. Casó en 1917 con Eulalia Gómez del Castillo Vázquez (1896-1969) y tuvieron dos hijas: Gloria (1918-2002) casó en 1939 con Joan Molins Ribot y María Paloma Teresa (1920-1993) casó en 1947 con Luis María Rosés Maristany (1914-2002).

Cinco años después, el 8 de mayo de 1897, nació su quinto hijo, Francisco, y no cabe duda que fue el más famoso de todos ellos, pues no en balde se casó con una princesa rumana, Marie Blanche Cantacuzene (1893-1976), descendiente del emperador bizantino Juan VI Cantacuzenus. Paco, como le llamaban familiarmente, fue diplomático de carrera, cónsul en San Francisco y Manila, y embajador en Bolivia (La Paz) y Paquistán (Karachi), llegando a ser ministro plenipotenciario. Fue el último de los vástagos de Vicente en fallecer. Desde luego, la intensa y apasionada vida de Francisco Amat Torres es merecedora de otra biografía.

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Vicente Amat Furió, jugando al billar con sus hijos Vicente y Jacobo en La Pedrera (denominada en la actualidad El Poblet). Año 1986.

Por lo que respecta a Petrer, y concretamente a su finca de La Pedrera, fue a finales del siglo XIX cuando Vicente Amat, ya propietario de la mayor parte de la misma, edificó una señorial mansión que, salvo algunas modificaciones, aún se conserva en su primitivo estilo. Frente a la casa, trazó y realizó un jardín, una balsa-piscina y, año tras año, fue plantando infinidad de pino allí donde la viña se marchitaba, constituyendo con el tiempo, el principio de la densa pinada actual (10). A pesar de la distancia, pues desde 1886 vivía en Barcelona, Petrer seguía presente en su corazón. Vicente Amat, al igual que su hermana Dolores, pasó grandes temporadas en la finca, sobre todo durante los veranos y en épocas de recolección. Dolores, casada con el abogado Joaquín Izquierdo, vivía en Valencia y los tres meses estivales los pasaba, uno en la finca de El Poblet, hasta que fue propiedad de la familia, un mes y medio en su casa de la actual esquina con Prim, y dos semanas en la localidad turolense de Mora de Rubielos. Cuando venía a Petrer traía a tres criadas de Valencia, y aparte de éstas, en su casa de Petrer, en el piso superior, vivía un matrimonio, Batiste y Con­cepción, los caseros que se encargaban de mantener siempre la casa en buen estado (11).

 

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La casa principal de El Poblet y la nave que se construyó durante la guerra, sobre unas casas. Esta nave, en un principio, se dijo que estaba destinada para oficinas de aviación y residencia de pilotos. Luego, pasó a ser dependencia para la guarnición de soldados. Foto: Juan Miguel Martínez Lorenzo.

A través de varias fotografías podemos conocer cómo transcurría la vida de esta familia en La Pedrera. Contamos con imágenes tanto de los jardines como del interior de la casa de el Poblet que la familia Amat, como ya hemos apuntado, siempre conoció como La Pedrera. El frondoso jardín, repleto de vegetación,  invita a la paz y al sosiego en una finca de recreo, ya que su propietario, Vicente Amat Furió, hasta que tuvo que desprenderse de la misma vivió y trabajó primero en Valencia y después en Barcelona. Las fotografías del interior de la casa nos muestran personas cultas y con una posición económica desahogada, propietarias de una mansión que incluía una sala de juegos con su mesa de billar. En las paredes están las raquetas de tenis y palos de croquet para practicarlo en el exterior. También hay escenas de descanso en los jardines y junto a una balsa que aún hoy todavía persiste, paseos en carro por los alrededores y escenas de la vendimia. En fin, estas imágenes son valiosas por su antigüedad y porque nos permiten conocer cómo transcurría la vida de una familia acomodada, con un elevado status social, muy introducidas en las modas del momento, que venían a La Pedrera a pasar los periodos estivales. La mayoría de las fotos de la Pedrera son del año 1896.

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Disfrutando de los jardines de El Poblet. Al fondo se ve la casa. Año 1896.

El agua para regar los jardines y las tierras de El Poblet supusieron para Vi­cente Amat algún que otro problema. En este sentido, a finales del siglo XIX, uno de los principales terratenientes de la población, Matías Bernabé Payá, co­sechero, exportador de vinos, líder local del partido conservador de Cánovas del Castillo y alcalde entre los años 1891 y 1893, adquirió el monte de La Pedrera con la cantera allí existente (12). En 1899 se realizó la canalización de parte del agua de Caprala y se construyó la balsa de La Pedrera Alta, situada al otro lado de El Poblet (Pedrera Baixa) y de la actual autovía. Para con­memorar dicha efe­mérides acudió has­ta esta partida rural la banda de música.

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Excursión en carro por el paraje de La Pedrera. Año 1896.

El agua de la balsa venía de uno de los siete nacimientos que hay en la rambla de Caprala, regaba Els Cotxinets pasando por La Pedrera y llegaba hasta El Poblet. La balsa de riego la construyeron, en un esfuerzo común, vecinos y propietarios de aquella partida rural petrerense, pero el propietario de El Poblet intentó apropiarse del preciado líquido para el riego de sus frondosos jar­dines ornamentales. Fueron a juicio en Valencia y perdió el juicio Matías Berna­bé Payá. Los propietarios, encabezados por Antonio Gómez Tortosa, conde de Gómez Tortosa, llevaron el caso ante el Supremo y ganaron los agricultores de La Pedrera, quienes le estuvieron siempre agradecidos. A través de la información oral sabemos que cuando Vicente Amat venía a El Poblet, acudían vecinos de las fincas cercanas, entre ellos Matías Berna­bé, a jugar al ajedrez (13)..

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Los jardines románticos de El Poblet con uno de los hijos de Vicente y Teresa.

En el siglo XX nacerían en Barcelo­na las dos últimas hijas de Vicente y Te­resa, el 6 de enero de 1901 María Luisa (14), y el 22 de enero de 1904 Consuelo (15). En 1903, publicó la Ley de enjuiciamiento civil (Barcelona, Sopeña) y, como podemos ver a través de estas líneas, sus publicaciones de carácter jurídico fueron numerosas. A principios del siglo XX , Amat seguía fuertemente vinculado a Petrer. Así, en un trabajo inédito de Patricia Navarro Díaz (16) sobre la prensa en Petrer, la autora se hace eco de una noticia aparecida en el semanario eldense El Vinalapó, del 8 de marzo de 1903, firmada por Emetea (17), sobre la «Fiesta del árbol» organizada por la Sociedad Obrera «La Protec­tora». El presidente honorario de dicha sociedad era Vicente Amat, quien donó el material de la es­cuela que tenía dicha entidad y que para celebrar la fiesta del árbol, en una jornada eminentemente festiva y lúdica, también obsequió a los numerosos asistentes y regaló los pinos que se plantaron en su finca de La Pedrera.

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Escuela de vendimia en La Pedrera, donde se aprecia una clara distinción social: las mujeres llevan pañuelo en la cabeza y "las señoras" acuden al campo a disfrutar el momento. El carro está preparado para cargar a los capazos con la uva. Año 1896.

Vicente Amat fue un hombre inquieto y emprendedor, lo que le llevó a construir una fábrica de electricidad en el paraje de El Chorrillo, próximo a su finca de La Pedrera, en el término de Elda lindando con Sax. Se convirtió así en el propietario de una de las dos fábricas de la luz que abastecía a Elda, queriendo aprovechar las aguas que aún discurrían por el río Vinalopó. Él siguió la costumbre que había iniciado su padre, años antes, de adquirir parcelas y tierras por la zona, principalmente en Sax y en Elda, donde se hizo con numerosas propiedades entre las que se encontraban varios molinos. En este sentido, desde finales del siglo XIX hasta los primeros años del XX, contamos con nume­rosas escrituras relacionadas con la compra y permuta de varias fincas, principalmente en el cauce del río Vinalopó. A pesar de que vivía en la ciudad condal, no quería desvincularse de su tierra alicantina.

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En el jardín de La Pedrera. Amat Peiró con gorro, sus hijos Esperanza, Vicente y su esposa Teresa Torres y Dolores y su esposo Joaquín Izquierdo. Anteriores a 1894.
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Otra imagen en el jardín de La Pedrera.

La fábrica de la luz fue uno de sus proyectos más ambi­ciosos y una de sus mayores ilusiones en las que invirtió fuertes sumas de dinero. Sus descendientes aún conservan el proyecto «Salto de aguas del río Vinalopó entre términos de Sax y Elda», los planos de los terrenos, molinos, caminos, veredas, acequias y balsas que se hallaban en el cauce del río próximos a la presa, así como las escrituras de todos los terrenos y los molinos que adquirió para construir la fábrica de electricidad. También los trazados tanto vertical como horizontal de la presa. El proyecto y los planos están firmados en Elda por Pedro León Navarro, en no­viembre de 1903. En otro plano aparece la sección del río, la vista general de la presa y la planta. Sin duda una docu­mentación fundamental para conocer con todo lujo de detalles cómo era el cauce del río Vinalopó a principios del pasado siglo y la historia de esta fábrica. Igualmente conservan el presupuesto de ejecución de la obra que ascendió a 20.237 ptas. y el contrato de suministro de material de generación de electrici­dad con la sociedad AJE.G.-Thomson- Houston Ibérica. Según un escrito del propio Amat firmado en Barcelona, el 8 de noviembre de 1903, el presupuesto estimado para montar la central eléctrica era de 100.000 ptas. y se ofrecía partici­pación en el negocio con unas cláusulas que establece el documento (18).

 

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Imagen del estanque del Poblet.
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Imagen actual del estanque de El Poblet, que todavía se conserva. Imagen: Juan Miguel Martínez Lorenzo.

Eran tantas sus posesiones por esa zona que, en el Archivo Municipal de Sax, existe un expediente del año 1904 que se instruyó para el nombramiento de un guarda particular jurado, a pro­puesta de Amat, con el fin de proteger todas sus propiedades y «en especial para la custodia de la presa y acequia e industria de la Huerta Nueva» (19). El pa­raje conocido como la Huerta Nueva de Sax se encuentra aguas abajo de la villa, en el margen derecho del río Vinalopó. Por este paraje discurría la acequia que llevaba el agua del Vinalopó desde el pa­raje sajeño del Regatillo (aguas arriba del puente Picayo), hasta la fábrica de la luz en el citado paraje de El Chorrillo.

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En 1903, con motivo de la "Fiesta del árbol", se plantaron los pinos de El Poblet. Fotos: Juan Miguel Martínez Lorenzo.

La zona «industrial» se refiere con­cretamente a la conocida por El Cho­rrillo, zona limítrofe de los términos municipales de Sax, Elda y Petrer. En esa misma zona tenemos conocimiento que en el año del expediente, 1904, se estaba construyendo la fábrica de la luz, situada relativamente cerca de su finca de La Pedrera. En Sax la primera insta­lación para fabricar luz se instaló en el molino de Secundino Senabre, cono­cido también como «Molino Vapor», en 1899. No olvidemos que durante la primavera de 1899 una gran riada había destruido varios molinos harineros, aguas abajo de la villa de Sax, al tiempo que había arruinado la infraestructura de canales y acequias en todo el cauce, por lo que Vicente Amat tuvo que construir una nueva acequia que le llevara el agua hasta su fábrica en construcción. Firmó un contrato con la Comunidad de Regantes de Sax mediante el cual éste reconstruiría la acequia a cambio de que ésta le diera el agua sobrante para su fábrica de electricidad.

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Interior de la fábrica de la luz con parte de la moderna maquinaria (Bazán, 2011).

Bernando Herrero en su libro Historia de Sax, concretamente en la nota adicional n° 8, escrita en 1908, cita a Vicente Amat como propietario de la fábrica de electricidad y establece un paralelo entre los altos de San Isidro en Madrid y el río Manzanares, con el lugar que ocupa la fábrica de electricidad de Amat «y el sitio por donde actualmente corre el Vinalopó, resaltan entrambos a simple vista las mayores semejanzas, salvo hallarse el cerro de San Isidro a alguna mayor altura, y sentimos no poder dar más detalles por el momento, pues si ignoramos la distancia y declive que media entre el Manzanares y la estación madrileña, tampoco hemos podido averiguar la que existe entre el Vinalopó a supradicha fábrica (20).

El periodo de la luz eléctrica había comenzado para Elda unos años antes. Fue, concretamente, en 1900, cuando la compañía suministradora «La Eléctrica Eldense» inició su andadura y el servicio dejaba mucho que desear. Tenía su domicilio en Madrid y se instaló entre el río Vinalopó y El Monastil. La situación de monopolio que ostentaba esta compañía desapareció al crearse otra entidad rival, llamada «Luz Elda Sociedad Anónima» insta­lada en El Chorrillo y que estaba en disposición de funcionar en octubre de 1908. Se construyó a partir de la reconversión de un molino hidráulico, ubicado junto ala carretera comarcal. La sociedad estaba presidida por Juan Rico Pérez y actuaba como gerente José J. Amat (21).

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Vista general de la fábrica de la luz de El Chorrillo (Bazán, 2001).

Para contrarrestar la competencia que la nueva sociedad iba a hacerle indudablemente, «La Eléctrica Eldense» repartió unos boletines al vecindario manifestando a sus abonados que «dejaba a elección de los mismos lo que quisieran dar por el ser­vicio del alumbrado». No sabemos si con esta drástica medida consiguió «La Eléctrica Eldense» hacer desaparecer a la nueva competidora, pero lo cierto es que el servicio eléctrico continuó siendo deficiente y desarrollándose entre las protestas de la po­blación durante muchos años. La situación de competencia fue la que produjo que ambas empresas tuviesen que dejar de fun­cionar a los pocos años de su inicio, debido a la falta de rentabili­dad del negocio (22).

La intención de Vicente Amat era que la electricidad gene­rada por la fábrica durante el día abasteciera la fábrica de ce­mento de Isidro Abad, la fábrica de lonas y tejidos de algodón de Vicente Castelló y una fábrica de cartón propiedad del mismo Amat. La generada por la noche abastecería el consumo de va­rios pueblos vecinos.

La fábrica de la companía «Luz de Elda» en la actualidad se encuentra en estado de abandono, aunque destacó por la gran envergadura de su sistema de traída de aguas compuesta de una arcada de sillería recorrida superiormente por un canal, por el que se precipitaba el agua sobre las turbinas existentes en un in­mueble aledaño.

Según Hipólito Navarro (23) la empresa resultó un estrepitoso fracaso pues cuando estaba todo terminado y a punto, al inten­tar poner en marcha las turbinas, reventó el canal inundando la fábrica y sus dependencias. Puso pleito a los constructores y se reconstruyó de nuevo, pero por falta de medios económicos, aquella empresa no volvió a resurgir. Aunque Navarro Villaplana apunta que la fábrica de energía eléctrica fue un fracaso, según las Ordenanzas de la Comunidad de aguas de la ciudad de Elda, en 1934, todavía estaba en funcionamiento. Resultado de todo ello fue que Vicente Amat, ante el asesoramiento de sus acreedores y los pleitos que había puesto, nombró abogado a Beltrán de Ali­cante, poniendo a su disposición su finca de El Pöblet, al parecer como pago de honorarios y demás liquidaciones. La finca, al final, quedó en poder del abogado y la heredó su hija Trinidad que casó con Plácido Gras Boix, quien fue comprando las casas hasta que las adquirió todas. Este convirtió El Pöblet «en una es­pecie de oasis» con un cuidado esmerado de los jardines y una diversificación de cultivos regados con la compra de agua en abundancia. Así la finca de Vicente Amat pasó en 1909 a Plácido Gras (24).

Sin duda, 1909, fue un año desgraciado para Vicente, pues se sentía muy unido a Petrer y a lo largo de su dilatada vida nunca olvidaría sus estancias en La Pedrera. Al menos pudo consolarse con la buena trayectoria que mantenía en su carrera profesional. Así el 1 de abril de 1910 se le reconoce la categoría de magistrado territorial y finalmente el 4 de noviembre de 1917 lo encontra­mos como secretario de Sala del Tribunal Supremo en Madrid.

Vicente Amat Furió también tuvo relación con la arqueo­logía y estuvo en posesión del hoy desaparecido toro ibérico de El Chorrillo que se encontró al construir su fábrica de electricidad. Esta información la conocemos a través del erudito de Sax Bernardo Herrero Ochoa (25) y del militar, arqueólogo y docente Manuel González Simancas (26).

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Toro ibérico de El Chorrillo.

El toro de piedra de El Chorrillo, según Bernardo Herrero, apareció en el verano de 1906, en el terreno donde confluyen los límites de Elda, Petrer y Sax. El historiador apunta que pudo ver la luz como consecuencia «de las te­rribles avenidas de febrero y marzo de 1899», cu­yas inundaciones removieron y transformaron los terrenos. El autor sajeño, siguiendo con la comparación del cerro de San Isidro en Madrid donde aparecen los sílex, «también se encuentra el toro a gran profundidad, en terreno dilu­vial o sedimentario. No bajará de 8 a 10 metros el grueso de la mole de grava, que hubo que remover hasta llegar al emplazamiento de la fábrica, y hallóse al abrir la zanja den­tro del edificio ya terminado, teniendo que profundizar aún como 1 a 2 metros para sacarle. Pero la circunstancia más  peregrina a que acompañó a este descubrimiento fue un muro de mampostería, que había antes aparecido como a unos 10 metros del sitio donde se encontró el toro, muro que hubo que derribar para las obras, pues cortaba transversalmente de N. a S. el paralelogramo que ocupa el local de la fábrica, quedando no muy lejos de la parte izquierda de la puerta de entrada».

Por otra parte, González Simancas, en el cuaderno III de su catálogo sobre los monumentos y el arte alicantino escrito entre 1907 y 1908, habla de Sax y dice textualmente: «Don Andrés Valdés Alpañés, el señor que me facilitó las comunicaciones. En lugar cercano al que se encontró el toro ibérico que posee el Sr. Amat, existía un molino cuyo, edificio, piedras, etc., desaparecie­ron totalmente en la gran avenida del Binalopó (sic) en el mes de (arriba, día 12) de marzo de 1899, creyéndose que los ma­teriales y piedras fueron a parar al cercano pantano de Elda. Así pudo venir arrastrada la escultura. El terreno de alubión (sic)». En el cuaderno IV vuelve hablar sobre la escultura del toro ibérico aportando más información: «El toro fue encontrado cuando se excavaba el terreno para los cimientos del edificio para la fábrica de la luz eléctrica de Don Vicente Amat, de Petrel. El obrero Adrián Soria y García, con quien hablé en dicha villa, de donde es vecino, me refirió el hallazgo, diciéndome que apareció a unos 4 metros de profundidad, en un terreno cuya capa superior era de tierra y luego de arena y graba. Está situada la fábrica unos 2 kilómetros al Norte de Santa Bárbara». González Simancas da las medidas de la escultura y acaba su relato diciendo que era de caliza ordinaria y que se parecía a la del Cerro de los Santos. En la actualidad de desconoce el paradero de este toro.

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Vicente Amat Furió con la toga y distinciones de magistrado.

Volviendo a la vida familiar de Vicente Amat, en 1925, el anuncio de la boda de su hijo Francisco con la princesa rumana fue el orgullo y la satisfacción de toda la familia. Vicente y su espo­sa viajaron con todos sus hijos. Fueron a Rusia, Rumanía y Gre­cia y, según cuenta en sus memorias inéditas, Ma Paloma Amat, «alquilaron un cocinero, porque era imposible la comida y que durante 10 días no pudieron bajar del tren (que era de todo lujo) más que para cortos paseos en algún pueblo que el paisaje era de grandes montañas de abetos, chopos y toda clase de árboles apretados unos a los otros. Interminables estepas verdes o rojas… En Rumanía se juntaron con la pareja… fueron a casarse a Grecia (Atenas)… Ella era ortodoxa y se casaron por los dos ritos». 

Unas relaciones sociales, una trayectoria profesional y una vinculación con Petrer que sus vecinos supieron recono­cer cuando el 15 de octubre de 1927 se le dedicó una calle, situada en pleno casco antiguo de la población, continuación, tras atravesar la calle Prim, de la que lleva el nombre de Miguel Amat, su primo hermano. Esta calle se llamó con anterioridad de la Misericordia y en ella había, mucho antes de la guerra civil, una pequeña hornacina que custodiaba la imagen de la Virgen de la Misericordia (27) . Al mismo tiempo que se le puso una calle al que fuera insigne secretario del Tribunal Supremo, se descu­brió también otra lápida en homenaje al que fuera maestro en Petrer, Luis Chorro. Con motivo de este acto «el señor Amat hizo un donativo de cien pesetas para que fueran repartidas en­tre los pobres» (28).

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Placa de piedra que se colocó, en 1927, al rotular la calle que lleva su nombre.

 

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que el magistra­do no olvidó nunca Petrer y siempre, de una manera u otra, man­tuvo los vínculos con el pueblo y participó de sus acontecimien­tos más importantes. Prueba es la estrecha relación que mantuvo con su sobrino Enrique Amat Pérez (n. Petrer, 1875), hijo de En­rique Amat Maestre (primo hermano de Vicente Amat Furió), y padre del poeta Enrique Amat Payá, tal como lo demuestra la estrecha correspondencia que mantuvieron. También en 1930, cuando se celebró el tercer centenario de la Virgen del Remedio, escribió y mandó al alcalde Antonio Andreu Cabedo «un relojito de pulsera», para venderlo en una rifa o subastarlo y así contribuir a los actos que se organizaron con motivo del centenario (29).

Cuando estalló la Guerra Civil Vicente Amat vivía en Madrid, en la calle Carbonero y Sol, n° 3. A los pocos días de agosto de 1937 fue detenido por las milicias del Frente Popu­lar llevándolo a un comité de Carabanchel Bajo desde donde lo trasladaron, al hacerse cargo de su avanzada edad, al Tribunal Supremo. De Madrid fue a Valencia, bajo pabellón de Chile, y de allí pasó a Marsella en el Maine protegido por Mr. Ledre, repre­sentante británico. De Marsella pasó a San Juan de Luz donde se personó ante el representante de Franco, marqués de Caro, el 13 de octubre de 1937, pasando poco después a residir por un tiempo en Logroño.

A su hermana Dolores, durante la Guerra Civil, le incautaron su casa de Petrer y la utilizaron como biblioteca de las Juventudes Socialistas. La mayoría de los libros que se custodiaban en la misma fueron confiscados de domicilios particulares, entre ellos, los del exalcalde Luis Villaplana (30). Tras la guerra, vendió la casa a José Ma Bernabé Sarrio, el Tort, casado con Remedios Poveda la Pintà, que ubicó en la planta baja un almacén de piensos. Un año antes de la muerte de Dolores, concretamente el día 11 de octubre de 1942, se bendijo el sagrario de metal de la iglesia de San Bartolomé -obra del orfebre valenciano Evaristo Santa Fe- que había sido destruido du­rante la Guerra Civil, y ella «quiso por sus difuntos hacer este donativo». El acto se solemnizó con una misa cantada a seis voces de Ravanello, en la que tomó parte el Orfeón de Elche (31). Murió en Valencia el 1 de octubre de 1943 y en sufragio de su alma se celebraron mi­sas gregorianas en el Colegio del Cor­pus Christi de Valencia y en la iglesia de Santo Tomás. También se oficiaron misas en la iglesia parroquial de Petrer. El matrimonio no tuvo hijos pero sa­bemos por personas que la conocieron que mantuvo su vinculación con Petrer hasta sus últimos días.

Volviendo a Vicente, tras la con­tienda civil recobró su cargo de secre­tario de Sala del Tribunal Supremo hasta que falleció en Madrid el 14 de marzo de 1943 (32), tan solo unos meses antes que su hermana Dolores. Como se ha escrito en líneas anteriores, tuvo de su matrimo­nio con Teresa Torres Babi siete hijos: Vicente (1885-1932); Teresa (1889- 1971); Jaime (1890-1891); Jacobo (1892-1923); Francisco (1897-1981); María Luisa (1901-1972); y Consuelo (1904-1975). De la descendencia de los hijos de Vicente Amat Furiò, tiene tras­cendencia nacional su bisnieto Joaquim Molins Amat, destacado político de Convergencia i Unió, que ocupó el cargo de portavoz en el Congreso al sustituir a Miguel Roca Junyent.

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La familia Amat Torres durante la celebración de las bodas de oro en su domicilio en la calle Carbonero y Sol de Madrid. Año 1934.

Con la muerte de Vicente y de Do­lores, dos personas íntimamente unidas a Petrer y, sobre todo a La Pedrera, ter­mina una época, marcada por la añoranza a su tierra. Su nieta Ma Paloma Amat Gómez del Castillo, Pina, recuerda en sus memorias, que cuando su abuelo hablaba de Petrer y de su finca, salían a colación las canciones que can­taban los mozos contra los alcaldes o políticos en general, las de amores y las propias del «terruño». Gracias a ella conocemos algunos rasgos sobre su carácter y su personalidad. Lo describe en sus memorias como un hombre guapo. Tenía los ojos muy azules, las facciones grandes y expresivas. Era alto, delgado, con una presencia distinguida y varonil. Era un hombre culto e in­teligente. Tenía una conversación amena y divertida. Intelectualmente estaba reconocida su valía. Pina continua diciendo: «que la tierra tuya sin tener un motivo que se pueda entender «tira y tira» de uno siempre, vivas muchos o pocos años, siem­pre… aquello que dejaste más o menos forzado al recordarlo te sientes mutilado. Algo te falta. Eso querido por ti estaba allí y… ya no estás tú para verlo y vivirlo». Así debió de ser el sen­timiento de Vicente hacía el pueblo de su padre, Santiago, y de sus antepasados.

Pero la historia de la relación de los descendientes de Vi­cente Amat Furió con Petrer no acaba aquí. A pesar del tiempo transcurrido desde que murió, el 17 de abril de 2012 algunos de sus descendientes vinieron para honrar su memoria, conocer el pueblo, los lugares vinculados a los Amat (La Pedrera, su casa, su calle) y a sus familiares lejanos. El alcalde, Pascual Díaz Amat, recibió a siete Amat llegados de Barcelona y Sevilla, quienes querían «reencontrar sus raíces en Petrer». Su nieto Juan Ramón Calvo Amat, junto a su esposa Ana Andrés, y los hermanos Glo­ria, Carmen Ma, Santiago y Eulalia Molins Amat, junto a Car­men Roses Amat, todos ellos bisnietos de Vicente, pasearon por las calles que en su día frecuentó su abuelo y conversaron con sus vecinos. También los descendientes del poeta Enrique Amat Payá, su esposa Virginia y sus hijos Juli y Enrique, con quienes comparten parentesco, tuvieron con ellos un emotivo y disten­dido encuentro.

Agradecimientos: Alicia Cerdá del Archivo de Protoco­los Notariales de Monóvar, Emilio Gisbert, Gloria y Santiago Molins Amat, Juan Ramón Calvo Amat, José Luis Torres, José Luis Bazán, Antonio Rocamora, Fernando E. Tendero, Vicente Vázquez, Juan Vera, Javier Tenés y Virginia Vicedo.

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Los Amat, descendientes de Santiago Amat Peiró, padre de Vicente Amat Furió, junto a los descendientes de Miguel Gerónimo Amat Peiró, posando ante el retrato del mismo, durante su visita a Petrer el 17 de abril de este año.

NOTAS:

(1) Este trabajo biográfico es parte del estudio que estamos realizando sobre la genealogía del apellido Amat en el que se incluye la dispersión de este ape­llido desde que se documenta en Onil e Ibi en el siglo XVI y se extiende por Petrer, Elda y buena parte de la geografía nacional en la actualidad.

(2) Santiago (Petrer, 1813?-Valencia, 1894) tuvo los siguientes herma­nos y hermanas: Gaspar (1795-1872?), casado con Rosa Tortosa Payá. Miguel Jerónimo (1804-1864), abogado, casado con la petrerense María Dolores Maestre Pérez, y padres del poeta Miguel Amat Maestre. Facundo, casado con Patricia Tortosa Rico. Y María Josefa (1816-¿ ?), viuda en 1860, tenía su domicilio en la calle Constitución n° 2, casó con Gabriel Payá y su hijo Gabriel fue sacerdote.

(3) Gaspar casó con la alcoyana Josefa Peiró Valls, falleció el 22 de febrero de 1849, recibiendo sepultura en Petrer.

(4) Segura Herrero, G. y Poveda Poveda, C. (1999): Catálogo del Archivo Condal de Elda. (7 fol. Cas. Rollo 19,2 olim leg. 1347/7), p 163.

(5) Poder ante el notario Jerónimo Amat y Pérez, 31 -XII-1843.

(6) Santiago había otorgado en 1843, ante el notario Jerónimo Amat y Pérez un poder a su hermano Facundo «para comprar a su nombre todas las fincas que le pareciesen y tuviese por conveniente».

(7) El cronista Hipólito Navarro Villaplana en «El Poblet» en Memoria de la gestión municipal 1979-83, pp 27-29, original mecanografiado, apunta una versión distinta sobre el origen de esta finca. Según él, lo que se conoce hoy por El Poblet, en la partida de La Pedrera Baixa, se creó a principios del siglo XIX posiblemente a partir de la vivienda de Jaime Tortosa, bisabuelo de Matías Bernabé Tortosa. Cuando murió Jaime Tortosa, se hicieron varias particiones entre la familia Bernabé, bastante numerosa, muchas de las cuales se frieron vendiendo hasta un total de nueve, lo que vino a constituir, con el tiempo, para el con­junto de aquellas fincas, el sobrenombre de El Poblet.

Jaime Tortosa, posiblemente, fue alcalde de Petrer en 1848. Vivía en la actual calle Julio Tortosa conocida antes como La Iglesia. Fue dueño de El Poblet. Era un labrador inteligente, abuelo de Antonio Gómez Tortosa, conde Gómez Tortosa; el joven Antonio lo visitaba en El Poblet y escucha­ba en multitud de ocasiones los consejos de este sabio labrador. Por su intervención no pasó el ferrocarril por Petrer, pues era contrario a que el trazado de la línea férrea destruyera sus tierras. No sabemos por qué motivos estuvo encerrado en la cárcel de Petrer y esta detención lo volvió loco. Jaime Tortosa aparece en la escritura de 1847 y en la de 1850 como lindante del terreno comprado por Santiago Amat. El padre de Santiago y abuelo de Vicente, Gaspar Amat Reig, lo nombra albacea en su testamento y administrador del mismo por lo que había amistad y confianza entre ambos.

(8) Salvador Aubán Pérez aparece en el Amillaramiento de 1900 entre los hacenda­dos forasteros, con tierras en La Pedrera, en el Pantano y en la Hoya de la Nogue­ra. (AMP: Amillaramiento 1900, 46/3, apunte 454).

(9) Nuestro agradecimiento a Daniel Esteve Poveda por la donación de este libro a la Biblioteca Pública Municipal «Poeta Paco Mollá».

(10) A través de la bibliografía siempre se ha apuntado que fueron primero Plácido Gras Boix, yerno del abogado Beltrán y, después, su hijo el abogado y actual pro­pietario Heliodoro Gras Beltrán los que diseñaron y desarrollaron primorosamente la finca. Desde estas líneas reivindicamos el mérito también para el primer propietario, Vicente Amat Furió, ya que como se puede apreciar en las fotografías, correspondientes a finales del siglo XIX, éstas ya muestran la magnificencia de la construcción y de los jardines.

(11) Información de Isabelita Brotons, hija de Isabel Cervera Mora, natural de Parcent, cocinera, junto a Teresa, de Dolores Amat.

(12) Entre la Relación de los montes que el Ayuntamiento declaró po­seer en 28 de julio y en 21 de agosto de 1880 aparece El Poblet con 96 hectáreas, y en la Relación de los montes de 15 de mayo de 1887 (Ayuntamiento y Estado) vuelve a figurar. El Monte Poblet y Molino salieron a subasta por 620 ptas. el 11 de agosto de 1892. Subasta que no pudo tener efecto por falta de licitadores, por lo que se convocó una nueva subasta el 5 de octubre del mismo año con un 25% de rebaja en la tasación. Finalmente fue rematada por 600 ptas. por Gabriel Poveda Poveda, quien la revendió en 1896 a Matías Bernabé Payá.(ASINS VELIS, S. (2009): El paisaje aterra­zado: Diálogo entre el hombre y el medio en Petrer (Alicante), Universi­tat de Valencia, Research Centre on Traditional and Local Knowl­edge, Ipogera (Italia).

(13) Información de Magdalena Rico Verdú, bisnieta de Matías Bernabé.

(14) Luisa Amat Torres (1901-1972) casó en 1929 con José Antonio Ardanza Angulo.

(15) Consuelo Amat Torres (1904-1976) casó con Ramón Calvo García del Moral (1905-1980), tuvieron por hijo a Juan Ramón, ingeniero naval.

(16) NAVARRO DÍAZ, P: Historia de la prensa en Petrer, en prensa.

(17) Traducción de las siglas M.T.A. que corresponden a Miguel Tato Amat, director y redactor del mencionado semanario eldense.

(18) Sobre esta fábrica de la luz estamos realizando un trabajo mucho más exhaustivo en el que daremos a conocer todos los detalles de esta sin­gular instalación industrial. Agradecemos a Juan Ramón Calvo Amat, nieto de Vicente Amat, la deferencia de poner a nuestra disposición toda la documentación referida a esta fábrica.

(19) Archivo Municipal de Sax (AMS), caja 307, n° 41. Agradecemos a Vicente Vázquez Hernández, archivero-bibliotecario municipal y cro­nista de Sax, su inestimable colaboración en este trabajo.

(20) HERRERO OCHOA, B. (2005): Historia de Sax, Sax, Asociación de Estudios Sajeños, Amigos de la Historia, p. 220.

(21) Posiblemente fuera familia de Vicente Amat Furió. A José J. Amat lo cita como gerente en 1908, José Luis Bazán (2001), a quien le agrade­cemos haber puesto a nuestra disposición la magnífica colección de fotografías de la fábrica «Luz Elda S.A.». José Joaquín Amat González fue alcalde de Elda desde el 1 de enero de 1904 hasta el 1 de julio de 1909. Era miembro del Partido Conservador.

(22) NAVARRO PASTOR, A. (1981): Historia de Elda, Alicante, Confe­deración Española de Cajas de Ahorros, tomo 2, pp. 43-44; BAZAN LÓPEZ, J. L. (2001): «Luz Elda Sociedad Anónima», Revista Fiestas mayores pp. 30-34, Cofradía de los Santos Patronos; BUSQUIER CORBÍ, J. D. (2005): «La electricidad en el marco del Vinalopó: las fábricas de luz» en El patrimoni històric comarcal, II Congrés d’Estudis del Vinalopó, Petrer, Centre d’Estudis Locáis del Vinalopó, pp. 243- 260, y PALAU ESCARBAJAL, T. y GISBERT PÉREZ, E. (2007): «Elda, arquitecturas junto al río Vinalopó» en Arquitectures tradicionals de l’aigua a les Valls del Vinalopó, Petrer, Centre d’Estudis Locáis del Vinalopó, pp. 38-39.

(23) NAVARRO VILLAPLANA, H. (1979-1983): «EL Poblet» op. cit. p. 28. Más información sobre El Poblet en VALERO ESCANDELL, J.R (2004): El territorio de la derrota, Petrer, Centre d’Estudis Locals del Vinalopó y NAVARRO POVEDA, B. (2009): «Un pa­trimonio a conservar» Diario Información, 4 de enero.

(24) AMP: Amillaramicnto 1900, 46/3, apunte 434. En ese mismo apunte, entre los hacendados forasteros, figura Vicente Amat Furió con posesión de tierras en La Pedrera que lindan con el camino real, Gabriel Sarrio, camino de Salinas, tierras de la testamentaria, vía férrea y barranco. En las tierras se cultiva viña y cereales.

(25) HERRERO OCHOA, R., Historia… op. cit. p. 212-221.

(26) GONZÁLEZ SIMAN GAS, M. (2010): Catálogo Monumental y Artístico de la provincia de Alicante (1907-1908), Alicante, Instituto Alicantino de Gulturajuan Gil-Albert, edición facsímil, p. 188 y pp. 241-242.

(27) RICO NAVARRO, Mª.C. (2002): Las calles de Petrer, Petrer, Ayun­tamiento, Caja de Crédito, Universidad de Alicante.

(28) La Voz de Levante, 16 de octubre de 1927, en NAVARRO DÍAZ, P: Historia de la prensa en Petrer, en prensa. Conservamos una fo­tografía de la lápida que se colocó en 1927, gracias a Gloria Molins Amat, bisnieta de Vicente Amat a quien debemos parte de las imágenes y de la información que ofrecemos en esta biografía. La lápida todavía está colocada en dicha calle.

(29) Agradecemos a José Luis Torres Andreu el habernos facilitado las cartas de Vicente Amat dirigidas a su abuelo, el alcalde Antonio Andreu, al que Amat trata de «querido y antiguo amigo».

(30) RICO NAVARRO, Ma C. (2005): La lectura en Petrer: La Biblio­teca Pública Municipal 1964-2004, 40 años de vida, Petrer, Ayun­tamiento.

(31) RICO NAVARRO, Mª C. (2000): Apuntes para la historia de Pe­trer: vida y obra del presbítero Conrado Poveda, Petrer, Ayuntamien­to, Caja de Crédito, Universidad de Alicante.

(32) La esquela se publicó en el ABC del 16 de marzo de 1943 y en la misma figuran sus hijos Teresa, Francisco (ausente), María Luisa y Consuelo. Hijos políticos, Eulalia Gómez del Castillo, José Antonio Ardanza y Ramón Calvo García del Moral.

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Reencuentro con el alcalde de Petrer, también familia por descender de Gaspar Amat Peiró.