Pero, si alguien ha percibido un cambio en las condiciones del clima en las últimas décadas, es sin duda la gente que ha vivido del y para el campo. Los agricultores, afamados meteorólogos y entusiastas previsores del tiempo, son conscientes de que las condiciones no son ahora las mismas que hace cincuenta, treinta, ni siquiera, veinte años atrás. Los cambios en Petrer son palmarios y los motivos que dan tienen poderoso fundamento.
Josele Montesinos sabe lo que se dice. A sus sesenta y tantos años y una dilatada experiencia en el trabajo de la tierra, ha vivido muchas episodios meteorológicos; condiciones de tiempo normales, aguaceros, nevadas, días tórridos… Siempre en su rincón del valle alto de Puça, en la Casa dels Pins, a los píes del Coto del Manco y la solana de Castalla. «Antes se pasaba el invierno cinco o diez días sin parar de llover, casi todos los inviernos, y varias veces. Ahora llueve… pero menos» comenta. «También nevaba; dos palmos, medio metro de nieve. Por lo que se alimentaban los nacimientos de agua, que ahora están secos, ya sea por el consumo humano, ya sea por la desidia del campo». Josele nunca olvidará la nevada de 1960, en la que el valle de Puça, desde el Pico del Frare hasta el Morro Gros, estaba cubierto por un manto de nieve que ni siquiera dejaba ver los olivos.