Los alcaldes de Elda: Un siglo de gobierno municipal (1901-2000)

Reinado de Juan Carlos I

Alcaldes electos: Antonio Porta Vera.
TRANSICIÓN DEMOCRÁTICA (1976-1978): Francisco Sogorb Gómez.
DEMOCRACIA (1978-2000): Roberto García Blanes, Camilo Valor Gómez y Juan Pascual Azorín Soriano.
Alcaldes interinos: José Luis Martínez Lázaro.

El reinado en curso de Juan Carlos I viene caracterizado por tres etapas políticas en las que de un régimen dictatorial heredado del franquismo, y a través de una modélica transición democrática, se alcanza un régimen plenamente democrático basado en la Constitución de 1978.

Joaquín Campos Fernández.

Con la renuncia expresa de Antonio Porta a la reelección, el gobernador civil, haciendo uso de su potestad legal, designa a Francisco Sogorb Gómez como alcalde, quien el 1 de febrero de 1976 tomaba posesión como tal. Nombramiento que, en directa relación con la evolución política española, supuso un soplo de aire fresco en la política municipal. Su mandato de tres años, dos meses y quince días vino a representar en Elda el proceso de transición hacia la democracia emprendido a nivel nacional. Mandato intenso, lleno de incertidumbres y esperanzas, marcado por trágicos acontecimientos sociales y, sobre todo, por la voluntad y la imposibilidad material de hacer frente a todas las deficiencias y carencias de tipo urbanístico, económico, social, educativo y cultural, que la ciudad de Elda había ido acumulando durante las dos últimas décadas y a las que no se les había dado solución por el propio agotamiento vital del régimen dictatorial.

La finalización del proceso constituyente con la aprobación en referéndum, el 6 de diciembre de 1978, de la Constitución Española y la celebración de las primeras elecciones municipales libres, el 3 de abril de 1979, supusieron la recuperación de la vida democrática en el Ayuntamiento de Elda. Los resultados electorales propiciaron la necesaria alternancia ideológica en el gobierno municipal, que quedó presidido por Roberto García Blanes, como miembro del Partido Socialista Obrero Español, que fue el partido mas votado. Apoyado, durante su primera legislatura (1979- 1983) por los votos del Partido Comunista de España, Roberto García, consiguió revalidar en tres nuevos comicios electorales (1983, 1987 y 1991) el gobierno socialista.

Antonio Porta Vera.

Durante su gestión al frente de la alcaldía, durante dieciséis años (1979-1995) (el segundo ciudad, que posibilitaron ir cubriendo todas las carencias existentes antes comentadas. La consolidación plena del sistema democrático, el cambio de coyuntura política nacional, las disensiones entre los socios de gobierno y el agotamiento de ideas y personas provocó que, como resultado de Las elecciones municipales del 28 de mayo de 1995, de nuevo se produjera la siempre beneficiosa alternancia política, siendo elegido, el 17 de junio, alcalde Camilo Valor Gómez, del Partido Popular, quien ya había desempañado el cargo de edil en el ayuntamiento eldense desde 1970 hasta 1979. Sin embargo, tras un breve mandato de once meses y seis días, la aplicación de las reglas del juego democrático con el planteamiento de una moción de censura por parte de la oposición, que no llegó al mandato mas largo de la historia de Elda), y al frente de un, entonces, joven y entusiasta equipo de concejales, Elda experimentó una gran transformación en todos los ordenes.

La nueva coyuntura política creada con las transferencias a las comunidades autónomas y la evolución favorable de la economía permitieron incrementar a límites no vistos hasta entonces las inversiones económicas en la ciudad, que posibilitaron ir cubriendo todas las carencias existentes antes comentadas.

La consolidación plena del sistema democrático, eL cambio de coyuntura política nacional, las disensiones entre los socios de gobierno y el agotamiento de ideas y personas provocó que, como resultado de Las elecciones municipales del 28 de mayo de 1995, de nuevo se produjera la siempre beneficiosa alternancia política, siendo elegido, el 17 de junio, alcalde Camilo Valor Gómez, del Partido Popular, quien ya había desempañado el cargo de edil en el ayuntamiento eldense desde 1970 hasta 1979. Sin embargo, tras un breve mandato de once meses y seis días, la aplicación de las reglas del juego democrático con el planteamiento de una moción de censura por parte de la oposición, que no llegó a materializarse, indujo a su renuncia al cargo el 23 de mayo, para evitar la moción. Hasta ta convocatoria del pleno para la elección de nuevo alcalde el cargo fue desempañado accidentalmente por José Luis Martínez Lázaro, del Partido Popular, por ser primer teniente-alcalde.

Francisco Sogorb Gómez.

En el pleno del día 5 de junio de 1996 la correlación de fuerzas políticas permitió la elección como alcalde de Juan Pascual Azorín Soriano, cuyo mandato se vio revalidado por las urnas en las pasadas elecciones municipales del 13 de junio de 1999, con la obtención de la mayoría absoluta. La valoración histórica de estos últimos dos alcaldes la dejamos para futuros historiadores, quienes con la necesaria perspectiva crítica y mayor o menor grado de objetividad que concede el tiempo, puedan valorar la gestión de las corporaciones municipales eldenses de la última década del siglo XX y las figuras de los alcaldes al frente de las mismas.

Para finalizar, y tras haber realizado un repaso por las figuras de los alcaldes habidos bajo los diversos regímenes políticos que se dieron en la España del siglo XX, permitame el lector realizar unos breves comentarios sobre puntos de unión, quizás anecdóticos pero también personales, e incluso tristes y lamentables, que unen a unos alcaldes con otros, independientemente del color político o del régimen bajo el cual gobernaron los destinos de nuestro pueblo.

De los treinta y cuatro alcaldes electos que ha conocido el siglo XX, varios de ellos murieron en el ejercicio de la máxima magistratura municipal: Francisco López Pérez, alcalde durante la dictadura de Primo de Rivera, el 29 de enero de 1927; Joaquín Vera Pérez, alcalde republicano, el 17 de mayo de 1936; y, José Martínez González, alcalde franquista, el 14 de enero de 1956.

A este respecto, la mayoría fallecieron por causas naturales en diversos momentos, aunque es necesario traer a colación el empleo de la violencia contra algunos de los alcaldes, con posterioridad al desempeño de su cargo, llegando a ocasionarles la muerte. Es el caso de Manuel Bellot Orgilés, primer alcalde durante la Guerra Civil que, como ya hemos comentado, fue fusilado al final de la contienda contra las tapias del cementerio municipal por miembros del bando vencedor, sin juicio previo ni posibilidad de defensa.

Roberto García Blanes.

Sin llegar a ese extremo, también hay que recordar a Francisco Alonso Rico, alcalde en tres ocasiones, y víctima, el 12 de mayo de 1936, en el preludio de la Guerra Civil, de un lamentable y vergonzante suceso de escarnio público contra su persona por parte de los sectores mas exaltados de los sindicatos y organizaciones políticas del momento.

Más numeroso y menos trágico ha sido el grupo de alcaldes que fueron cesados de sus puestos por orden gubernativa: Manuel Beltrán Aravid, en 1910; José Catalán Gras, en 1914; Emérito Maestre Pérez, en 1914; José Joaquín González Payá, en 1917; Joaquín Coronel Rico, en 1921; Joaquín Vera Pérez, en 1934; Juan Lorenzo Carpena, en 1936; Francisco Vera Santos, en 1939; y, José Ma Batllés Juan, en 1942. Algunos de etlos serían posteriormente repuestos en el cargo, caso del primero, segundo, cuarto y sexto y quinto.

Caso distinto fueron Manuel Betlot Orgilés y Manuel Vera Rico, alcaldes durante la contienda civil, que cesaron en el cargo por la movilización de sus quintas como reservistas para el frente de batalla, en 1938 y 1939, respectivamente. Al igual que le sucedió a Mariano Segura Martínez, incorporado al servicio militar en 1940.

Grupos a los que hay que añadir aquellos alcaldes que dimitieron del cargo por voluntad propia: Manuel Beltrán Aravid, quién tras ser cesado y repuesto dimitió en el mismo pleno en que se le reponía como primera autoridad local, el 12 de agosto de 1910; Francisco Alonso Rico, en 1919; Emérito Maestre Maestre, primer alcalde republicano, que dimitió el 6 de julio de 1931, «hasta que se firme y aclare la situación de la República», según palabras textuales suyas; Vicente Gil Navarro dimitió en las dos ocasiones en la que estuvo al frente de la alcaldía, en 1931 y en 1936, tras iniciarse la Guerra Civil; Enrique Puigcerver Flogietti, quien dimitió el 27 de julio de 1935 por abandonar su vecindad en Elda; Francisco Botella Payá, el 5 de febrero de 1936; José Ma Batllés Juan, que dejó la alcaldía por voluntad propia en octubre de 1942 ; Joaquín Campos Fernández, maestro nacional que, debido al cambio de destino profesional a tierras granadinas, dejó vacante la alcaldía el 19 de septiembre de 1958.

Sin mediar dimisión personal al cargo, Antonio Porta Vera y Roberto García Blanes renunciaron, por motivos distintos y en circunstancias personales y políticas diferentes, a su reelección como alcaldes, el primero en 1976 y el segundo en 1995. Alcaldes que vienen a constituirse en el récord de permanencia al frente del ayuntamiento eldense, el primero con diecisiete años y el segundo con dieciséis, seguidos a corta distancia por José Martínez González, con trece años. Mandatos longevos que contrastan con los tres días de José Catalán Gras y los cinco de Francisco Alonso Rico, en 1914.

Camilo Valor Gómez.

Finalmente, solo dos alcalde eldenses han compatibilizado su cargo con una proyección política nacional: José Martínez González, como procurador en Cortes desde 1949 hasta su fallecimiento; y el actual alcalde, Juan P. Azorín, quien fue diputado en la Cámara Baja durante los años 1998 y 1999. Al respecto, Roberto García Blanes, tras su retirada de la política municipal, fue elegido miembro de los Cortes Valencianas en la legislatura 1995-1999.

Independientemente de su ideología y de las circunstancias históricas y políticas que les tocaron vivir, los treinta y cuatro alcaldes electos mas los ocho accidentales habidos a lo largo del siglo XX son merecedores del respecto y reconocimiento público por parte de todos los ciudadanos y partidos políticos, como parte integrante de la historia de Elda.

A este respecto, y si bien en alguna ocasión se ha producido el tan merecido reconocimiento y homenaje por parte de las corporaciones, caso de la concesión del título de Hijo Predilecto de la Ciudad de Elda a los alcaldes Joaquín Coronel Rico (1913), Vicente Maestre Sempere (1913), José Joaquín González Payá (1914) y Manuel Beltrán Aravid (1915), sólo un reducido número de alcaldes ha tenido el honor de ser homenajeado de forma permanente para conocimiento de generaciones futuras, con la rotulación de algunas calles con su nombre. Únicamente, cuatro de ellos han gozado de tal honor y privilegio, a saber: Francisco Alonso Rico, en pago al injusto y deshonroso trato recibido de los eldenses; Emérito Maestre Maestre, respetado y honrado industrial de ideas republicanas moderadas; Manuel Beltrán Aravid, con cuyo apellido se rotuló en 1915 la antigua calle del Val, donde residía, actual calle Ortega y Gasset; y José Martínez González, quizás el más popular, querido y recordado alcalde que ha tenido Elda en el siglo XX, cuyo buen gobierno fue justamente reconocido con diversos actos de homenaje como la rotulación de una avenida con su nombre, que injustamente es silenciado en beneficio de la denominación popular y oficiosa de Gran Avenida; o la erección, en mayo de 1957, de un busto de bronce en los jardines de la plaza Castelar, donde todavía puede ser contemplado.

Juan Pascual Azorín Soriano.

Rotulación de calles dedicada a alcaldes que debería ser una práctica habitual a la hora de conceder denominación a los viales de nueva creación. Todos aquéllos que hayan servido al pueblo de Elda con su paso por la alcaldía merecen, tarde o temprano, que se les dedique una calle, como recuerdo público y forma de asumir nuestra propia historia como pueblo. Del mismo modo, sería deseable que el presente equipo de gobierno o futuras corporaciones municipales se plantearan la confección de la que se podría denominar «Galería de Alcaldes de Elda». Iniciativa ya planteada por el cronista oficial de la ciudad (Navarro Pastor, 1964; 2000, 385) y a la que, desde aquí, nos sumamos, dada la necesidad de recuperar nuestra historia reciente. Colección de fotoqrafías o retratos, que debería quedar expuesta en la propia Casa Consistorial, donde todos ellos ejercieron el cargo, y donde, al iguaL que ocurre en otros ayuntamiento de la provincia y de España, o en otras instituciones, queda condensando un siglo de historia de un pueblo.

Bibliografía

JUAN VERA, C. 1996 :«D. José Joaquín González Amat. Hijo predilecto de Elda». Alborada, n° 41, pp. 108-109. Ayuntamiento de Elda.

NAVARRO PASTOR, A. 1964: «Una galería iconográfica de los alcaldes de Elda». Semanario Valle de Elda, n° 435. 24 de diciembre. Elda.
• 1981: Historia de Elda. 3 vol. Caja de Ahorros del Sureste. Elda.
• 1989: «D. Manuel Beltrán Aravid, el médico Beltrán, un hijo predilecto de Elda injustamente olvidado». Fiestas Mayores, n° 6, s.p. Cofradía de los Santos Patronos. Elda.
• 1997: «José Joaquín González Payá: un alcalde-poeta de Elda». Fiestas Mayores, n° 14, pp. 75-77. Cofradía de los Santos Patronos. Elda.
• 2000: Eldenses Notables. Elda.

PÉREZ ROSAS, M. 1957 :«Don Francisco Alonso Rico. Boceto biográfico de un eldense notable». Alborada, n° 3, s.p. Ayuntamiento de Elda.

RODRÍGUEZ CAMPILLO, J. 1999: Elda: Urbanismo, Toponimia y Miscelánea. Ayuntamiento de Elda.

SERRANO GONZÁLEZ, M. 1989 :«Un alcalde ejemplar». Fiestas Mayores, n° 6, s.p. Cofradía de los Santos Patronos. Elda.

2 thoughts on “Los alcaldes de Elda: Un siglo de gobierno municipal (1901-2000)”

  1. Curioseando en tus publicaciones observo que mencionas a Antonio Porta como alcalde electo. Y que yo recuerde no tuve la oportunidad de votar democráticamente en las elecciones municipales hasta el año 1979.
    Siendo como bie dices Paco Sogorb el último alcalde no democrático después de la guerra civil.
    Quizás mi memoria me juega ya malas pasadas.

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