Como a la mayoría de mujeres detenidas, María fue trasladada al Ayuntamiento de Elda donde le cortaron el pelo al rape como símbolo de humillación y escarnio. Su sobrina Rosa nos transmitió cómo su tía, en conversaciones mantenidas con ella a los muchos años de finalizar la guerra, le contaba cómo resistió a esta humillación que tenía por colofón un paseo de escarnio por las principales calles de la ciudad. La burla se remataba dejando un mechón de pelo sin cortar al que se le adhería un lazo con los colores de la bandera roja y gualda.
María Soriano fue juzgada en Elda por un tribunal militar en consejo de guerra el día 20 de octubre de 1939 junto con las vecinas de Petrer: Leónides Sarrió, Brígida Valera, Rosa Bernabé, Rosario Iniesta y Josefina Montesinos por los cargos arriba indicados. Fue condenada a seis años y un día de prisión mayor de los que cumpliría cuatro en la cárcel de mujeres de Alicante, conocida como la Casa de Ejercicios Espirituales de los Jesuitas, enclavada justo enfrente del Reformatorio de Adultos de Alicante. En esta cárcel se encontró con su hermana Josefa una vez fue trasladada desde el cine Ideal de Alicante, donde estaría hasta el año 1943 cuando salió en libertad condicional.
Josefa fue condenada a 12 años de prisión en el consejo de guerra celebrado en Elda el 20 de octubre de 1939, el mismo día que María, acusada de estar afiliada a la CNT y
«(…) ser nombrada consejera del Ayuntamiento de Petrer formando también parte del Comité de Control de las Industrias del Calzado interveniendo en mítines y dirigiéndose al público por medio del micrófono instalado en el local de las JJLL e interveniendo en la incautación del domicilio de J.V. donde instalaron unas escuelas (…) (20).
La condena quedó reducida a cuatro años, y en 1943, como hemos indicado, obtuvo la libertad condicional aunque fue condenada al destierro en Castellón de la Plana. Por otro lado, Isaac, su compañero, fue condenado a muerte y se le trasladó desde el Campo de los Almendros al penal de Chinchilla, ubicado en el castillo que domina la ciudad hasta que fue puesto en libertad».
Volviendo a los pocos recuerdos transmitidos por las hermanas Soriano a sus descendientes, ya que de estos temas no se solía hablar en casa, Rosa, hija de Josefa e Isaac y sobrina de María, nos transmite el miedo que su madre y su tía tenían de los moros que hacían guardia en la prisión, y de los malos tratos sufridos por su padre tanto en el campo de concentración de Albatera como en el penal de Chinchilla (21). También que prestaron sus mejores vestidos a una compañera presa de Petrer que iban a fusilar. Estas vivencias no son conocidas por Benjamín, hermano de Rosa, quien no recuerda a sus padres hablaran en ningún momento de las penalidades sufridas en la cárcel. Lo que sí tiene presente es una anécdota que le contó su padre de cómo resolvió en el campo de Albatera un problema de geometría bastante complicado y que un alto funcionario del centro de reclusión no sabía cómo solucionar.
Al salir de la cárcel y acabar el destierro, las dos hermanas fijan su residencia en Villena. Benjamín nos transmite un sentimiento de aprecio a los villenenses ya que piensa que «las gentes de la ciudad les acogieron bien aún sabiendo de su pasado republicano» (22). Villena estaba situado geográficamente en la mitad del triángulo formado por Yecla, ciudad natal de María y Josefa, Almansa, donde residía la familia de Isaac, y Petrer, donde tenían su vivienda hasta la guerra en la partida del Guirney en Petrer, y a la que ya no volvieron, aunque explica Benjamín que su familia siempre guardó un buen recuerdo de su paso por nuestra villa y, concretamente, de la familia Villaplana, propietaria de Calzados Luvi.
¿Qué quedó al salir de la cárcel y en los años posteriores de aquellas dos jóvenes sindicalistas, libertarias y consejeras que defendieron la legalidad democrática y las reformas republicanas y que por ello pagaron con prisión y sufrimiento como otras muchas personas? ¿Cuál fue su compromiso con la sociedad y con su familia? María, la más joven y resuelta, «la Roja», permaneció soltera, tal vez porque los lazos que les unían a la familia de su hermana eran tan intensos y gratificantes que le impidieron separarse de ellos. Al salir de la cárcel muy pronto encontró trabajo de zapatera en la fábrica de la familia Segura y más tarde en la de Juan Rubio Tomás de Villena. Su hermana Josefa fue madre de tres hijos: Benjamín, Rosa y Ángela (23) y se quedó trabajando en casa y cuidando de su familia; además también atendió, junto a su hermana María, a sus padres Ramón y Ángeles, que ya tenían una edad avanzada. Isaac se convirtió por el estudio y la práctica en un reconocido maestro de obras en Villena llegando a tener su propia empresa con una plantilla de más de 45 trabajadores. Ninguno de ellos volvió a participar activamente en la política durante el resto de sus días. Los años de cárcel y el ambiente de represión en la posguerra condenaron al silencio los ideales por los que había luchado: los proyectos para cambiar la sociedad, repartir mejor la riqueza o modificar la situación de la mujer; atenuados con la edad y otras experiencias vitales, fueron guardados en el ámbito familiar hasta la llegada de la democracia.
Josefa Soriano Beltrán falleció el 7 de agosto de 1997, a los 86 años de edad. María murió ocho años después, el 15 de febrero de 2005 a los 88 años. Están enterradas en el cementerio de Villena junto a sus padres e Isaac. Descansen en paz.
Como todas las historias que se escriben y se cuentan, ésta sólo recoge una parte insignificante de la vida de sus protagonistas. Somos conscientes de que esta aproximación trata de rescatar del olvido a dos mujeres, vecinas de Petrer pero ciudadanas del mundo que vivieron un momento histórico fundamental para España donde el compromiso de progreso, sindical o político era ineludible para cualquier mujer u hombre con un mínimo de conciencia social. María y Josefa tuvieron el honor de ocupar por primera vez en la historia de Petrer un cargo municipal hace ahora setenta y cinco años. Hemos intentado aproximarnos a su trayectoria en la vida, su paso por la cárcel, su destierro y su rehacer vital en la ciudad de Villena que les acogió con afecto y solidaridad.
Notas:
(1) Testimonio de Libertad Brotons y Dolores Marcos. Fecha de la entrevista: 30-IX-1996 y 25-IV-2006, respectivamente.
(2) Archivo Municipal de Petrer (AMP). Libro de matrícula industrial del año 1941.
(3) Por último, y para terminar estas líneas dedicadas a conocer escuetamente las raíces familiares de las hermanas Soriano, cabe añadir que en la entrevista realizada a la familia, nos indicaron que también existía un parentesco, algo lejano e impreciso con la familia Villaplana de Petrer que no hemos podido confirmar.
(4) Archivo General e Histórico de la Defensa (AGHD). Madrid. Consejo de Guerra nº 3.174
(5) NAVARRO DÍAS, P. (1996), «Música, luces y sueños. La historia del teatro y la zarzuela en Petrer», Festa, Ayuntamiento de Petrer.
(6) RICO NAVARRO, Mº C. (2005): «La lectura en Petrer. La biblioteca municipal 1964-2004, Ayuntamiento de Petrer.
(7) AGHD. Madrid. Consejo de Guerra nº 3388
(8) AGHD. Madrid. Consejo de Guerra nº 3388
(9) RICO NAVARRO, Mº C. (2005): «La lectura en Petrer, Ayuntamiento de Petrer, p.55
(10) NAVARRO AMAT, P. (1995): «Luis y Ricardo Villaplana», Festa, Ayuntamiento de Petrer
(11) AGHD. Madrid. Consejo de Guerra nº 3388
(12) Entrevista a Libertad Brotons Andreu realizada el día 30 de septiembre de 1996.
(13) Hay que agradecer a Piedad Puche y a Salva Martínez que nos pusieran en la pista de la familia Soriano Beltrán en Villena para que pudiéramos entrevistarlas y poder realizar este trabajo.
(14) Entrevista a Rosa Gómez Soriano realizada el día 27-III-2013
(15) Acta del Ayuntamiento del día 20-V-1938 (AMP).
(16) AGHD. Madrid. Consejo de Guerra nº 3388
(17) Entrevista a Dolores Marcos realizada el 22-XII-2008
(18) La tragedia del puerto, la desesperación y la impotencia ante su control y ocupación más tarde por las tropas italianas del general Gambara se encuentra detallado en el artículo de la revista Canelobre nº7/8, «Puerto de Alicante», del historiador Tuñón de Lara y en el libro titulado «La muerte de la esperanza» del periodista Eduardo de Guzmán. Los dos fueron testigos de los hechos.
(19) AGHD. Madrid. Consejo de Guerra Nº 3174
(20) AGHD. Madrid. Consejo de Guerra Nº 3174
(21) Entrevista a Rosa Gómez Soriano realizada el día 27-III-2013
(22) Entrevista a Benjamín Gómez Soriano realizada el día 29-I-2013
(23) Agradecemos enormemente las facilidades dadas por los hijos de Josefa Soriao e Isaac Gómez por transmitirnos los recuerdos de sus familiares y por facilitarnos las fotografías que acompañan al presente artículo.
Interesante noticia. No sabía que Vicente Aracil fuese perito, supongo que se dedicaría a realizar tasaciones en materia agraria.
Buenos días. Soy el hijo de Dolores Marcos a la que entrevistaron el 25 de Abril de 2006.
Desearía ponerme en contacto con Fermín Gómez Soriano con el que he perdido el contacto desde hace muchos años.
¿Sería posible que ustedes se pusieran en contacto con él para preguntarle si me pueden facilitar sus datos?
O bien darle mi teléfono para que él me llame…
Espero su respuesta.
Muchas gracias.
Por cierto, Vicente Aracil se sacó el título de Perito Mercantil estudiando por libre después de trabajar. Era muy inteligente y le gustaba decir de sus estudios que «no era el león tan fiero como lo pintaban». No tuvo tiempo de ejercer. Murió en el frente del Jarama con el grado de teniente, en febrero de 1937.