Reflejos naturales (II)
Segunda entrega de la serie de «Reflejos naturales», obra de Néstor Ric
Segunda entrega de la serie de «Reflejos naturales», obra de Néstor Ric
En estas semanas de lluvia y charcos se nos ocurrió pedirle al fotógrafo de naturaleza Néstor Rico una recopilación de esos reflejos acuáticos que animales, agua y fotógrafo han inmortalizado en una bella estampa de nuestro paisaje
Este es un pájaro que le tenía yo muchas ganas, ya que me había esquivado varias veces. Lo he tenido muchas veces delante de mi objetivo pero siempre lograba marcharse tan rápido que no me daba tiempo a fotografiarlo, hasta ahora…
Nueva tanda de fotografías de los últimos días del verano pasado, en los que Néstor Rico ha vuelto a retratar magistralmente la fauna salvaje del entorno, desde el cernícalo y sus crías hasta el búho chico…
Espectaculares fotografías de la gaviota patiamarilla en plena caza en el puerto de Santa Pola.
Quién lo diría con estas temperaturas, ¿verdad?, pero lo cierto es que ya estamos en otoño, algo que es notorio aunque solo sea por el acortamientos de las tardes. Aún así, las horas vespertinas siguen dando mucho juego en cuanto a cromatismos e iluminación. La muestra la tenéis en este surtido de fauna que he fotografiado en algunas de mis últimas sesiones.
Las lluvias de finales de septiembre fueron la excusa perfecta para darse una vuelta por el pantano. Paseé hasta la zona de la presa y mereció la pena: el pantano estaba lleno y desaguando por una lateral. Aprovechando que iba con mi cámara realicé unas curiosas fotos que aquí comparto con vosotros.
Las copiosas lluvias del pasado día 28, de las que aquí adjuntamos un nuevo vídeo por Petrer.tv, han dado lugar a consecuencias no previstas, algunas de ellas positivas, como la limpieza del «túnel» natural excavado por el agua en la Rambla de Salinetas.
Nuevas realidades nocturnas del Paisaje Protegido.
Se trata de un grupo de seis jabalís pequeños, de cuatro o cinco meses -lo que se conoce como jabatos-, y una madre que los acompaña y adiestra en estos inicios de su vida.
El azor, el ave más agresiva del bosque, inmortalizada por fin en nuestro territorio para esta publicación.
En vuelo, en el posadero, asomado desde el nido… Los colores del abejaruco mejoran cualquier escenario.
Estando con mi hermano Moisés en una de nuestras caminatas, a él, que no se le escapa una, se fijó en cierto agujero en una pared y… ¡efectivamente! Como casi siempre, allí había «tema». En este caso se trataba de una familia de mochuelos.
A mediados del mes de agosto, tuve la oportunidad de acercarme a nuestros montes y ver de cerca los rigores del calor extremo, y puedo asegurar que a eso del mediodía, a 40 grados más o menos, es duro siquiera respirar.
«…Nosotros hemos tenido el privilegio de conocerlos desde casi su nacimiento hasta sus primeros vuelos, quedándome un sentimiento familiar para mi… y para mucha gente, cuando vas por algún sitio y ves una cara que te suena en ocasiones se cruza una mirada y asalta una pregunta: ¿Nos conocemos? Este es un sentimiento que tengo con muchas de las aves que sigo y fotografío…»
Hoy nos centramos en el mochuelo, simpática rapaz nocturna de tamaño pequeño pero una gran cazadora de insectos, reptiles, roedores y aves.
Todo esto empezó con la instalación de uno de mis Hides pensado, en este caso, para la fotografía de abejarucos en un posadero colocado para estas aves, pero que no estuvo lo frecuentado que hubiese deseado, y que no dio mucho resultado fotográfico, pero que se acabó convirtiendo en un estupendo observatorio, (de ahí que lo pasara a llamar “topera observatorio”).
Imágenes invernales del Parat del Catxuli tras la nevada.
Falso, habiendo una familia de grajillas cerca, el escándalo está servido.
Hacer piragüismo en el Pantano de Elche, darse un baño salutífero-medicinal en La Rambla de Salinetes de Novelda o relajarse bajo una cascada en el nacimiento del río son sólo algunas de las posibilidades que nos ofrece, a día de hoy, el Vinalopó
Uno
de los principales factores que explican la gran expansión del arruí en nuestro territorio hay que buscarla en la tasa de reproducción tan alta que tiene la especie, con una media de dos crías por parto y generalmente dos partos al año, uno en primavera y otro en otoño. Las imágenes aquí presentadas tienen como protagonista, precisamente, a algunas de las crías que nacieron en la estación que acaba de pasar.
…La pasada noche pusimos la cámara nocturna en alta sensibilidad y sacó más de mil fotos, hasta que se acabó la tarjeta, a eso de las dos y media de la mañana. El objeto de tanto revuelo eran unas jóvenes «garduñitas» que hicieron sus pinitos nocturnos tal y como hiciera su progenitora días antes…